Por Alejandro Palladino
La Ley del Boleto Especial Educativo (14.735), aprobada en agosto de 2015 por unanimidad en la Legisatura bonaerense a instancias de diputados del Frente para la Victoria, no fue implementada aún y el movimiento estudiantil espera noticias concretas por parte de la autoridades del Gobierno de María Eugenia Vidal. No hay acercamiento a pesar de que los fondos para afrontar este beneficio fueron incorporados en el presupuesto 2016.
Mientras tanto, las agrupaciones y los legisladores mantuvieron una reunión entre sí en febrero en la que decidieron pedir una audiencia con Vidal. El reclamo fue enviado hace dos semanas, con la intención de que la normativa entre en vigencia lo más pronto posible, considerando el inicio de las clases. La gobernadora no emitió respuestas aún y tampoco nombró siquiera el tema en su discurso en la inauguración de las sesiones ordinarias del martes.
La ley establece la creación de un boleto de carácter gratuito para los estudiantes de todos los niveles de enseñanza (primario, medio, terciario, superior, universitario y bachilleres populares) que asistan en transporte público a instituciones educativas públicas de gestión estatal y de gestión privada con aportes del Estado en la provincia de Buenos Aires.
“esta ley tiene que ver con generar inclusión al ampliar el acceso a la educación mediante políticas públicas que garantizan el derecho al boleto.”
“Estamos preocupados por la falta de señales del Gobierno bonaerense a cargo de María Eugenia Vidal en cuanto a la reglamentación del boleto educativo gratuito, que debería concretarse antes de marzo”, habían advertido a fines de enero desde la Federación de Estudiantes del Conurbano de la Provincia de Buenos Aires, reclamo que no tuvo eco por parte de la gobernadora.
Desde la Juventud Universitaria Peronista informaron a Contexto que la ley está trabada y no hay señales que indiquen su puesta en marcha desde el Gobierno bonaerense de Vidal.
El factor simbólico por la lucha histórica por el boleto, que se remonta a los jóvenes de La Noche de los Lápices secuestrados y asesinados por la última dictadura cívico-militar en 1976, y el factor económico que facilita el acceso a más sectores sociales a la educación –teniendo en cuenta la devaluación, el tarifazo y el fuerte aumento de precios reciente y constante–, son los dos principales puntos que sostienen las agrupaciones estudiantiles para empujar la pronta aplicación de la ley.
“La ley es un un hito, es un paso fundamental en el recorrido histórico de la lucha”, dijo a Contexto Ezequiel Pavón, presidente del Centro de Estudiantes de la Universidad Nacional de 3 de Febrero. Pavón resaltó el momento propicio actual para concretar la ley: “Nunca estuvimos tan cerca de lograr el boleto”, aunque advirtió que “la ley está en el freezer y Vidal no dio respuestas al pedido de audiencia”.
“El boleto se materializó por una decisión política del Frente para la Victoria como parte de un proceso que atravesó distintos procesos políticos, y es resultante de una lucha que juntó a estudiantes, interclautros y docentes”, a la vez que “contribuye a la reconstrucción de la memoria, de los derechos humanos por los estudiantes de La Noche de los Lápices ”, dijo a Contexto Marcel Aguilera, de la Juventud Universitaria Peronista de La Plata, quien, por último, agregó que “también esta ley tiene que ver con generar inclusión al ampliar el acceso a la educación mediante políticas públicas que garantizan el derecho al boleto”.