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Bolivia: un modelo para rearmar

Desde que el Movimiento al Socialismo (MAS) llegó al gobierno en 2006, hasta el golpe el Estado de 2019, el modelo económico, político y social boliviano se transformó en un ejemplo para toda América Latina.

En el gobierno encabezado por Evo Morales y Álvaro García Linera jugaron un rol clave Luis Arce (en los lineamientos económicos) y David Choquehuanca (en política exterior).

Tras el desastre que deja el gobierno de facto conducido por Jeanine Áñez y Arturo Murillo, el Estado Plurinacional de Bolivia deberá recuperar el sendero del que fue arrancado por la fuerza.

Vale la pena recodar las cifras del modelo que ahora, con Luis Arce a la cabeza, el pueblo boliviano deberá reconstruir.

Según los datos de organismos nacionales e internacionales, entre 2006 y 2019 en Bolivia se vio un marcado y constante avance en salud, educación, distribución de la riqueza, crecimiento y generación de empleo, como así también en las políticas de inclusión de las mujeres y de los miembros de los pueblos originarios en la vida social y política.

La recuperación por parte del Estado de la explotación de los recursos naturales, que se encontraban en manos de empresas extranjeras, sumada a la aprobación e implementación de leyes que permitían consolidar un modelo social y político soberano e inclusivo, fueron las bases para la contundente recuperación.

Desde la llegada de Evo Morales a la presidencia se crearon más de 243.000 empresas. Según cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se redujo el desempleo hasta llegar al 4,5 %, lo que transformó a Bolivia en el país con menor tasa de desocupación de toda la región. Según el estudio del BID, el gobierno de Bolivia no solo bajó la desocupación, sino que también disminuyó la desigualdad, en un 28 %.

Diversos estudios indican que en 2006 la pobreza representaba el 59,9 % de la población, y el gobierno del MAS logró reducirla al 36 %, según la medición realizada en 2017. De igual manera, la pobreza extrema, que era del 36,4 %, se redujo al 17,1 %.

En doce años de gobierno, la distribución de la riqueza permitió que la clase media aumentara en más de 3 millones de personas, pasando del 35 % de la sociedad al 58 %, mientras que la clase baja se redujo del 61 % al 37 %.

Durante los últimos cinco años del gobierno del MAS, Bolivia lideró el crecimiento de la región, con un promedio de 4,5 % anual.

En lo que respecta a la salud, sin dudas el logro más destacado se refleja en que la mortalidad infantil se redujo en un 52 %. Los datos indican que en 2008 la mortalidad infantil era de 50 cada mil niños nacidos vivos, mientras que en 2016 se alcanzó la cifra de 24 cada mil niños nacidos vivos.

En educación, los datos muestran que antes de la llegada de Evo Morales al gobierno la tasa de analfabetismo era del 23 %, mientras que en 2017 ese número bajó al 2,7 %. En esta marcada reducción, la implementación del programa cubano de alfabetización «Yo, sí puedo» fue fundamental.

Las políticas inclusivas han llevado a un marcado aumento de la participación de las mujeres en la vida política y social del país. Antes de la llegada de Morales a la presidencia, solo el 9,8 % de las mujeres eran propietarias de tierras, y luego de diez años de gobierno ese número subió al 45 %. De igual manera, la participación de la mujer en la vida política aumentó, al punto de que, antes del golpe de Estado, el Congreso contaba con un 53 % de mujeres en su composición –superando ampliamente los números de participación de la mayoría de los países de la región e incluso de Europa–.

La mayoría de estas políticas se vieron atacadas tras el golpe de Estado. En menos de un año el gobierno de facto produjo un retroceso brutal. Ahora, con Arce a la cabeza, ese pueblo deberá reconstruir el modelo que transformó a Bolivia en un ejemplo a nivel mundial.

Ampliación de derechos, políticas soberanas e inclusivas, crecimiento económico y distribución de la riqueza son algunos de los aspectos que caracterizan al modelo implementado por Evo Morales, un modelo que la mayoría de los medios hegemónicos prefiere ignorar.


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