Fernando Sabag Montiel, Brenda Uliarte y Nicolás Carrizo irán a juicio oral y público por el atentando contra Cristina Fernández Kirchner, según dispuso la jueza federal María Eugenia Capuchetti este lunes, dando lugar al pedido de la fiscalía y echando el pedido de la querella de avanzar en otras líneas de investigación, entre ellas, la «pista Milman».
«En función de todo lo analizado, y toda vez que las defensas de Sabag Montiel, Uliarte y Carrizo no se opusieron a la elevación a juicio ni dedujeron excepciones, declárese clausurada parcialmente la instrucción de la presente causa con relación a los nombrados y elévese al Tribunal Oral Federal que por sorteo resulte desinsaculado», sostuvo la jueza Capuchetti en la resolución.
Sabag y Uliarte están sindicados como coautores de tentativa de homicidio, mientras que Carrizo, jefe de ambos, está acusado como partícipe secundario. Las posibles vinculaciones políticas en este tramo no se investigarán.
«Con todo lo mencionado en relación a la posibilidad de superar la etapa de instrucción en torno a las personas que se encuentran detenidas, mientras que se continúa profundizando, en paralelo, en relación a las líneas de investigación pendientes (o aquellas que pudieran surgir a sugerencia de cualquiera de las partes, o de terceras personas), habré de adoptar el temperamento sugerido por el MPF (ministerio público fiscal) en su dictamen (extracción de testimonios)», señaló la jueza.
La magistrada manifestó que «no resultan novedosas las cuestiones planteadas por la acusación privada a la hora de oponerse a la elevación a juicio: la querella había reclamado que se avanzara con otras líneas investigativas antes de elevar la causa a juicio, como la ‘pista Milman’ (por los dichos del diputado Gerardo Milman en un bar y el testimonio de su exsecretaria Ivana Bohdziewicz) y cualquier otra que pudiera apuntar a una posible autoría intelectual del ataque».
«Aun sustanciándose numerosas medidas, algunas de particular injerencia en la esfera privada de las personas (allanamientos, secuestros y requisas), no se han podido reunir elementos objetivos de contundencia que permitan superar el terreno de la mera conjetura respecto de las hipótesis que aquí, de forma tan enfática, se sostienen», dijo la jueza.
En ese sentido, se eleva «parcialmente» la causa sobre los tres acusados, algo que fue rechazado por los abogados de la vicepresidenta en su oportunidad, al señalar que «elevar la causa a juicio por tramos es una práctica incorrecta y daña el descubrimiento de la verdad».
La misma Cristina Kirchner criticó al fiscal federal Carlos Rivolo, cuando el 29 de mayo pasado pidió la elevación de la causa. «Lo dije una y mil veces: ni Capuchetti ni Rívolo quisieron investigar el intento de asesinato y ahora pretenden cerrar la investigación con una celeridad que nunca demostraron en ninguna causa», manifestó en esa oportunidad en una carta.
Para la vicepresidenta, «toda la investigación se caracterizó por evitar conocer la verdad. Está plagada de testigos que borraron sus teléfonos, prueba que se destruyó sin investigar sus causas y motivaciones, y un intento evidente y desesperado por evitar hallar la posible participación de terceros, financistas e instigadores».
«Todo ello, sin perjuicio de que en otra investigación inexplicablemente separada a la del atentado, hay pagos injustificados de la familia Caputo y posible lavado de dinero en torno a personajes relacionados con el atentado, junto a innumerables indicios pendientes de investigación que muestran un vínculo entre agrupaciones pseudo políticas violentas y los perpetradores del ataque», señaló.
La pista Milman
«Cuando la maten, yo voy a estar en la Costa», fue la frase que pronunció Milman horas antes del atentado, en reunión con dos asesoras en el bar Casa Blanca, según la declaración de un testigo. Al ser indagadas sobre el hecho, las asistentes del secretario negaron tal reunión, aunque la cita fue reconstruida a través de cámaras de seguridad, con lo cual debieron rectificar su primera versión.
«Al lado mío estaba Milman con dos pibas y graciosamente decía que cuando la maten yo voy a estar en La Costa. Y se mataban de risa. Están las cámaras que no me dejan mentir. HDMP (Sic.) lo escuché. Creeme que estoy temblando», fue la declaración del testigo sobre la frase que habría pronunciado Milman dos días antes del intento de asesinato de CFK. Las «dos pibas» a las que se hace referencia son Carolina Gómez Mónaco e Ivana Bohdziewicz, ambas asesoras del legislador.
Asimismo, trece días antes del atentado, presentó un proyecto de declaración que alertaba sobre la posibilidad de que un «iluminado» atentara contra la figura de CFK. Uno de los cofirmantes de ese proyecto fue el diputado neuquino Francisco Sánchez, que días antes había pedido públicamente la pena de muerte para la vicepresidenta.