Por Contexto
El ex comisario general Miguel Osvaldo Etchecolatz podría ser condenado a 25 años de prisión por el secuestro y las torturas agravadas que sufrieron el poeta Daniel Favero y María Paula Álvarez durante la dictadura cívico-militar. Eso es lo que pidieron la Fiscalía Federal y las querellas de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) en los alegatos del juicio que realiza el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº1 de La Plata al ex director de inteligencia de la Policía Bonaerense y otros tres efectivos de esa fuerza.
Los alegatos comenzaron con el pedido de Hernán Schapiro y Juan Martín Nogueira, integrantes de la Unidad Fiscal Federal de La Plata, quienes solicitaron el máximo de pena previsto para los delitos de privación ilegal de la libertad y tormentos agravados.
Aunque Etchecolatz y sus subalternos Fernando Svedas, Raúl Orlando Machuca y Julio Argüello llegaron al juicio acusados sólo por la privación ilegal de la libertad (secuestro) de Favero y Álvarez, los fiscales pidieron al Tribunal acusarlos por torturas.
Schapiro y Nogueira solicitaron un “cambio de calificación” del delito y agregaron la figura de los “tormentos agravados” al secuestro cometido por Etchecolatz y su banda el 24 de junio de 1977, cuando arrancaron a la pareja de estudiantes y militantes de la Juventud Universitaria Peronista (JUP) de su departamento, donde los emboscaron. Los fiscales explicaron que, aunque no se había modificado la base fáctica –no se supo nada nuevo–, de los hechos se desprendía que fueron víctimas de tormentos.
En el caso de Etchecolatz, la fiscalía pidió que, como ya cumple una pena de prisión perpetua, se unifiquen las condenas. Y, junto con la acusación a Svedas, que era jefe de la Brigada de Investigaciones de La Plata, consideraron agravante el rol jerárquico que ocupaban. A Argüello y Machuca los consideraron coautores.
En sus alegatos, Pedro Griffo, de la Secretaría de Derechos Humanos, y Oscar Rodríguez, de la APDH, pidieron que se condene a los ex policías a 25 años de prisión por el delito de “desaparición forzada”.
Ambos coincidieron también en pedir al Tribunal que se los condene por el delito internacional de genocidio.
Favero y Álvarez tenían 19 y 22 años, respectivamente, al momento de ser secuestrados, ambos eran estudiantes de la Universidad Nacional de La Plata y militaban en la JUP. En la medianoche del 24 de junio de 1977, una patota de la Policía Bonaerense los emboscó en el edificio de calle 57 N° 880, entre 12 y 13, de La Plata, donde vivían. Los esperaron en el departamento G del 2º piso. Ellos vivían en el 2° E. Los emboscaron. Intentaron resistirse pero se los llevaron. Pasaron 39 años y aún permanecen desaparecidos.
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