Poco después de que se conocieran las relaciones entre Paul Singer y los fondos buitre con el fallecido fiscal Alberto Nisman y las autoriades de AMIA y DAIA, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner advirtió que el mundo se encuentra “ante un modus operandi de carácter global, que no sólo lesiona severamente las soberanías nacionales, sino que además genera operaciones políticas internacionales de cualquier tipo”.
En un extenso análisis -que tituló “Todo hace juego con todo” publicó a través de las redes sociales y de su página web-, Cristina rescató el texto que escribió en Página/12 Jorge Elbaum, sociólogo y ex director ejecutivo de la DAIA.
“Todo tiene que ver con la geopolítica y el poder internacional. Algunas veces sus efectos pueden ser globales sobre la paz, como por ejemplo impedir la posibilidad de un Acuerdo entre EE.UU. y otras potencias con Irán en materia nuclear, o colaterales, como imposibilitar acuerdos que contribuyan a que después de 21 años pueda haber Verdad y Justicia para las víctimas de la AMIA”, subrayó la jefa de Estado.
El texto citado por la presidenta confirmó que el fiscal Nisman se reunió en 2013 con las autoridades de la comunidad judía local para manifestarles que estaba dispuesto a poner “de sus propios recursos” para tratar de demoler el anunciado acuerdo con Irán plasmado en el Memorándum de Entendimiento.
Agrega que, de ser necesario, Paul Singer, el dueño del fondo buitre MNL, estaría dispuesto a ayudar, por lo que Cristina tomó esta columna para marcar las contradicciones que al interior de las propias autoridades comunitarias generó esa oferta de Nisman, entre quienes, desde el pragmatismo más cerrado, estaban dispuestos a aceptar tal ayuda y quienes mantenían sus dudas, precisamente, por el origen de esos dineros.
También detalla el lobby local que algunos periodistas argentinos desataron sobre las autoridades de AMIA y DAIA para que estas se opongan fuertemente al Memorándun, y la forma en que Singer financia grupos que, bajo el paraguas de ONG, funcionan como verdaderos grupos de presión que actúan sobre la política internacional.
Así, la nota menciona cómo a partir de enero de 2013, cuando se informa sobre el acuerdo con Irán, «los miembros del ATFA (Fondos Buitres) decidieron incorporar el Memorándum como un ariete más para condicionar a nuestro país a negociar de forma más vulnerable frente a los fondos especulativos».
«Además se resolvió contactar a dirigentes y políticos argentinos (¿argentinos?) para solicitarles que se expidan críticamente sobre el Tratado, ofreciendo todo tipo de ‘colaboración’ para defenestrar al Gobierno argentino», recuerda la mandataria.
Luego, Cristina profundiza sobre el modo en que los grupos se financian y sobre la relación del titular de una de esas ONG, la Foundation for Defence of Democracy, Mark Dubowitz, y su relación con Nisman, de quien se decía amigo personal.
«Estamos ante un modus operandi de carácter global, que no sólo lesiona severamente las Soberanías Nacionales interfiriendo y coaccionando el funcionamiento de los distintos poderes de los Estados, sino que además genera operaciones políticas internacionales de cualquier tipo, forma y color», puntualiza.
Pueden ser de lobbys que siempre “contribuyen”, hasta ataques financieros u operaciones mediáticas internacionales simultáneas, o, lo que es peor, acciones encubiertas de distintos “servicios” destinadas a desestabilizar gobiernos.
«Como lo definió el Papa al referirse a la negociación entre las potencias y Teherán: ‘El primer paso hacia un mundo más seguro y más fraterno’. Es que para muchos la paz es el mejor instrumento para lograr mayor seguridad global. Es una pena que algunos pocos, aunque poderosos aún, no lo hayan entendido o peor aun, no les importe porque no les sirve», cerró la presidenta.
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