Por R.G.M.
“Sé que tengo todo pero siento que no tengo nada / A veces quiero ser algo que no soy / y otras veces siento que no va a salir mi voz / cuando tenga que decirlo, tenga que cantar”, pronuncia con franqueza Priscila Rauto. Sobre un cadencioso midtempo, las guitarras de “Ganar o perder” parecen oscilar del mismo modo que algunos de sus pensamientos. Esa oscilación se volverá aún más notoria en la intro de “Ojos negros, ojos lentos” donde volverá a confesar previo a un sinte adhesivo y trémulo: “Me atormenta la idea de no tener qué decir”.
Pero Rauto prescinde de cualquier histrionismo o exageración para exponer sus emociones. Contrariamente, expide cierta calma en su voz a pesar de la angustia de la hoja en blanco. Podríamos citar al citadísimo Oscar Wilde: «No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo”. Con la compañía de Guillermo Ruiz Díaz y Teodoro Caminos, la artista se expresa sin rodeos y a la vez deja caer en el aire algo tácito que no se llega a descifrar.
Quizá la hoja en blanco que la atormenta no sea específicamente la de una canción. “Algo peor que no tener ninguna historia que contar -dijo Polosecki alguna vez- es haber oído demasiadas y no poder olvidarlas». En paralelo a Las Bermudas, Rauto escribe sus propias páginas y lanza un par de canciones que habitan entre el pop, el rock y el indie como promesa de un álbum. “¿Por qué me cuesta tanto ponerme a hacerlo? ¿Es miedo o perfección?”, le pregunta a esa suerte de dios engañador, frágil, temperamental. Priscila Rauto, en definitiva, dice y hace. Lo no dicho, en cambio, ya es dominio de la poesía o como queramos llamar a esa forma de futuro imperfecto, esa hoja en blanco.
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“Son dos canciones que di a conocer en estos últimos meses, mi idea es seguir sacando algunos adelantos y quizá convertirlas en un primer disco para el año que viene”.
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“Las escribí y grabé en casa durante la pandemia. Una vez que ya habían pasado unos meses de encierro me acuerdo que llamé a Teo Caminos y le pregunté: -¿Puedo ir a buscarte para que grabes las guitarras y bajos de varias canciones que escribí? Aceptó, fui, subió al auto con sus instrumentos, abrimos las ventanillas y con la ayuda de Willy (Guillermo Ruiz Díaz) grabamos todo en casa y mezclamos. Luego terminamos el máster en el estudio de Juan Novello. Pasaron más de dos años hasta que me decidí a mostrarlas y fue ahí cuando, también con Willy, hicimos un vídeo para la canción Ganar o Perder y pinté las portadas con acrílicos. Así que ¡todo muy hecho en casa!
La idea para estas canciones era que fuesen más despojadas, con pocos elementos. Pienso seguir en esta línea, aunque ponerse a grabar es siempre una sorpresa, nunca se sabe por qué caminos puede llevarte una canción».
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“En paralelo a mi banda -Las Bermudas- creé este proyecto solista para poder tocar en cualquier momento, sola o acompañada, así que siempre que me llamen iré a tocarlas”.
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“Las mostré en Ciudad de Gatos el jueves pasado junto a Seba Rossello y Facu Iñigo y hasta diciembre no tengo presentaciones. Aunque con Las Bermudas tenemos varias fechas: un festi en Casa Unclan- junto a Dynammo, Playa Nudista y Club de Haters el 13 de octubre. Luego presentaremos un nuevo disco en Guajira el 3 de noviembre junto a Fraxu y el 8 del mismo mes, en Strummer junto a Gato 107”
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“Un buen momento para escuchar estas canciones es el principio del día, al levantarse o ya en el auto o en el micro cuando vas a hacer tus cosas. A mí me pasa que a la mañana las tareas me parecen imposibles.El día por delante es abrumador. Pero luego, cuando te levantás de la cama, hacés un café y escuchás una canción… siempre todo es mucho mejor, ¿a que sí?”.
