Por Eduardo Aller
“La Cámpora manejaría el control de las telecomunicaciones”. “Crean un mega organismo para controlar todas las telecomunciaciones”. “Manejará una caja de $15 mil millones”. “Contará con un plantel de 20 mil personas”.
Un Clarín en “estado de alerta”, como interpretó el portal de análisis de medios Diario Sobre Diarios, informaba con estas temerarias afirmaciones hace unos días sobre la creación por decreto de la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (AFTIC), la autoridad de aplicación de, principalmente, la telefonía e Internet, en todas sus posibilidades.
El autodenominado “gran diario argentino” señala que se trata de una estrategia para dejar funcionarios K que sigan gestionando organismos y suculentas ‘cajas’ durante el próximo Gobierno”.
No hay explicación sobre ese millonario presupuesto ni sobre los miles de puestos a ocupar. Y tampoco, claro, se pone énfasis en que la implementación de la AFTIC es cumplir con el mandato del Congreso, ya que es una instancia de la ley Argentina Digital, que por primera vez propone una regulación a las telefónicas y la transmisión de datos.
Este nuevo organismo será quien continúe con las atribuciones que tienen la Secretaría de Comunicaciones y la Comisión Nacional de Comunicaciones, además de incorporar bajo su órbita el plan Nacional Argentina Conectada y las empresas ARSAT y Correo Argentino.
Es más, en un primer momento, la normativa no incluía la AFTIC, pero a partir del debate parlamentario y de las objeciones de la oposición y las empresas del sector, se incluyó el diseño de una dirección federal a imagen y semejanza de la AFSCA.
La Ley 27.078, llamada Argentina Digital, fue sancionada por la Cámara de Diputados el 16 de diciembre de 2014 y promulgada por el Poder Ejecutivo dos días después. Su objetivo es “declarar de interés público y posibilitar el acceso de la totalidad de los habitantes de la República Argentina a los servicios de la información y las comunicaciones en condiciones sociales y geográficas equitativas, con los más altos parámetros de calidad”.
La regulación también busca ser antimonopólica, ya que “busca establecer con claridad la distinción entre los mercados de generación de contenidos y de transporte y distribución, de manera que la influencia en uno de esos mercados no genere prácticas que impliquen distorsiones en el otro”.
Para esto se introduce el concepto de “neutralidad de red”, es decir que las firmas que ya tienen, por ejemplo, el cableado desarrollado, estarán obligadas a alquilarlo. Por ello, los clientes podrán elegir al prestador de los servicios sin importar cuál de ellos llega con infraestructura propia al hogar.
Y en su artículo 77, establece: “Créase como organismo descentralizado y autárquico en el ámbito del Poder Ejecutivo nacional, la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones”. Y eso sucedió con el decreto 677/2015.
La AFTIC contará con siete miembros: dos designados por el Poder Ejecutivo Nacional; tres seleccionados por la Comisión Bicameral de Promoción y Seguimiento de la Comunicación Audiovisual, las Tecnologías de las Telecomunicaciones y la Digitalización; un representante de las provincias y la CABA; y uno designado por el Consejo Federal de Tecnologías de las Telecomunicaciones y la Digitalización. Luego de las postulaciones, será el Poder Ejecutivo quien realizará las designaciones.
Al mismo tiempo, la Secretaría de Comunicaciones deberá crear el registro para la inscripción de las instituciones que participarán del Consejo Federal, para luego convocar a todos los actores implicados en la conformación del directorio de AFTIC a que envíen sus postulantes para ocupar los lugares preestablecidos en cada caso.
Según el decreto 677/2015, el Consejo estará compuesto por 34 miembros de prestadores de telefonía fija y móvil; prestadores sin fines de lucro de telecomunicaciones; prestadoras de conectividad, servicios de banda ancha o Internet; las universidades; sindicatos del sector; y las asociaciones de usuarios y consumidores.
La sanción definitiva en la Cámara Baja se dio, en general, por 131 votos a 97. De manera afirmativa se pronunció el Frente para la Victoria (bloque impulsor), Nuevo Encuentro, el Frente Cívico de Santiago del Estero, el Movimiento Popular Neuquino, el Movimiento Solidario Popular y el Frente por la Inclusión Social. En tanto, la oposición estuvo encabezada por la UCR, el PRO y el Massismo. En el Senado, obtuvo 38 votos positivos contra 21 negativos.
Desafío
Ahora, en menos de un mes, la AFTIC deberá remitir a la Presidencia los siete candidatos para ocupar un lugar en el directorio, que no deberán tener vinculación alguna con las empresas a controlar. Los nombres de los elegidos deberán aparecer en el Boletín Oficial y en diarios de circulación nacional
Los especialistas coinciden en que uno de los principales desafíos de este organismo será el esquema de apertura de redes, para que pequeños y medianos operadores y cooperativas puedan ofrecer un servicio en igualdad de condiciones con los grandes jugadores, como Cablevisión-Fibertel, Telecom o Telefónica.
En tanto, si bien los licenciatarios podrán fijar sus precios de manera “libre”, la nueva autoridad de aplicación podrá regular sobre esta temática por razones de “interés público”. También estará facultada para establecer cuándo una empresa alcanzó “un poder significativo de mercado”. A diferencia de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, no se tipificó con exactitud las cuotas máximas de clientes
Cuando Clarín habla de un supuesto futuro control de la AFTIC por parte de La Cámpora, se refiere puntualmente a Norberto Berner, el actual secretario de Comunicaciones, quien fue uno de los principales defensores de AD durante el debate parlamentario a favor de “garantizar la calidad y eliminar las asimetrías”. Pero parece no importar que desde la Casa Rosada todavía no se propusieran nombres.