Por Roberto Álvarez Mur
En medio del ruido causado por un infausto llamado a la anulación de juicios a ex represores por parte de diario La Nación y la renuncia del referente máximo del radicalismo, Ernesto Sanz, al gabinete del presidente electo Mauricio Macri, el diario Clarín recibió al nuevo gobierno de Cambiemos con una enumeración de pretensiones, casi como una plataforma de pautas de interés respecto de la gestión por venir.
Las principales notas del gran diario argentino de ayer fueron un muestrario de la postura adoptada por el aparato mediático hegemónico frente al triunfo de Cambiemos. “Las 20 definiciones de Macri” fue el título para la suerte de organigrama en el que el diario presentó, sin mayores eufemismos, las prioridades y posturas que el nuevo presidente debería tener en torno a su primera conferencia de prensa como mandatario electo. La arbitraria selección en la que resaltaron tópicos como “AMIA”, “Cepo cambiario”, “Relación con la prensa” –históricamente en disputa desde el medio– fueron la base para establecer otros asuntos de “interés” de gestión, como cuestionar la continuidad de Alejandro Vanoli frente al BCRA o de la procuradora Alejandra Gils Carbó.
“El método Clarín ha sido siempre el mismo. Un ex socio de ellos lo reveló en algún momento en cuanto a qué relación tener con los políticos, según recomendaciones del propio (Héctor) Magnetto: los primeros días posteriores a una elección de un presidente hay que tratarlo con dulzura, ya que ahí es cuando se le podrá sacar más ventaja. Luego, los dos años siguientes se le pega para marcarle la cancha. Y los dos últimos años se lo destroza, no para sacarle ya nada, sino para advertir a quien viene”, explicó a Contexto Pablo Llonto, docente, periodista y ex delegado despedido por Clarín, autor del libro La Noble Ernestina.
“Lo que Macri ya está haciendo es intentando quedar bien con todos los medios, como una especie de hombre muy abierto a la prensa, y es el transcurrir de las medidas lo que va a ir marcando las definiciones de los medios con él.”
“La típica de Clarín es la misma en este caso, y aquí viene alimentada por el antikirchnersimo furioso del diario y su fracaso por no haber podido tumbar a un gobierno antes de finalizar su mandato. Por lo tanto, las páginas de hoy (del lunes 23 de noviembre) muestran un tono alegre y hasta burlón, con muchas mentiras. Y además con una cierta esperanza empresaria, bajo la idea de la supuesta ubicación de un desarrollista como Rogelio Frigerio, ni más ni menos que nieto de quien manejó Clarín durante los setenta”, expresó Llonto. Y agregó: “Ellos se siguen reivindicando como desarrollistas, tanto Ernestina como Magnetto. Y para ellos, Frigerio debe considerarse una especie de alianza estratégica desde lo económico”.
“Lo que Macri ya está haciendo es intentando quedar bien con todos los medios, como una especie de hombre muy abierto a la prensa, y es el transcurrir de las medidas lo que va a ir marcando las definiciones de los medios con él”, completó Llonto.
Las pautas del grupo
El despliegue de notas en manos de periodistas como Osvaldo Pepe o Ricardo Kirchbaun se encargaron de marcar la agenda sin rodeos. El artículo «La economía que se viene: Cóctel de dólar, tasas y viajes al exterior«, puso la lupa sobre perspectivas más que precisas. “El objetivo de permitir un salto cambiario es obvio: que el campo liquide los granos que tiene retenidos y las exportaciones demoradas para que el Banco Central pueda comprar ‘rápido’ entre US$ 6.000 y US$ 8.000 millones por esa vía”, asevera la nota. Y continúa: “En Nueva York (Cambiemos) buscarían un ‘paraguas’ legal que permita, bajo el compromiso de abrir una negociación con los fondos buitre, que el nuevo gobierno pueda intentar salir a buscar fondos sin riesgos de embargos”.
En tanto, la nota «Con méritos propios y votos contra Cristina» brindó el aplauso por el triunfo alcanzado y disparó los dardos a la vez que marca agenda: “La corrupción no puede ser tolerada, no importa los fines que se invoquen: es una estafa a la confianza de la gente. Macri aparece como de afuera de la política, pero no puede ni podrá ignorarla: se viene el tiempo de acuerdos”. Y continúa: “El 2017, con las elecciones legislativas, marcará el límite para los acuerdos que se intenten locales y nacionales. Las promesas que hizo Macri en la campaña respecto de la corrupción se constituyen en testigos de la palabra empeñada. La corrupción es una estafa a la confianza pública. No es algo secundario o un invento mediático, como intelectuales y científicos kirchneristas quisieron bajarle el precio. Las prácticas corruptas –muchas de las cuales se ventilan en la Justicia– fueron perpetradas en nombre de grandes ideales, añadiéndole otra bofetada a la ilusión”.
«Más allá del enorme peso de los medios hegemónicos, existe una prensa que decidió tomar partido con mucho compromiso. En estos años se marcó esa grieta y las diferencias entre un tipo de periodismo y otro.»
No obstante, Llonto aclaró la importancia de tener en cuenta el panorama mediático construido en los últimos años, pues sin duda significará un elemento clave en el desarrollo de esta nueva etapa política: “Hay que remarcar que el escenario es otro hoy. Más allá del enorme peso de los medios hegemónicos, existe una prensa que decidió tomar partido con mucho compromiso. En estos años se marcó esa grieta y las diferencias entre un tipo de periodismo y otro. Macri va a intentar este absurdo de estar bien con todos”.
Mientras se aguardan los días hasta la asunción definitiva del nuevo Gobierno, el monopolio de Héctor Magnetto no duda en mostrar qué expectativas posee frente a esta nueva etapa.