«Los enemigos de la paz no descansan», indica un tuit del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), en el que expresan sus condolencias por el asesinato de otro de los firmantes de los Acuerdos de Paz.
Durante 2020 han sido asesinados 61 excombatientes, y desde la firma de los Acuerdos de Paz (en 2016) ya suman 249.
El pasado fin de semana, mientras el mundo terminaba de festejar Navidad y comenzaba a prepararse para el Año Nuevo, eran asesinados Manuel Alonso y Rosa Amalia Mendoza Trujillo.
Desde la cuenta oficial de Twitter del partido FARC anunciaron el domingo: «asesinaron a Manuel Alonso de 55 años, conocido en las antiguas FARC-EP como Romel o Carmelo. Fue encontrado muerto en el municipio de Miranda, Cauca. Con él se completa la lamentable cifra de 248 sueños de paz apagados. Los enemigos de la paz no descansan. Nuestras condolencias».
Poco después debieron volver a comunicar: «ayer asesinaron Rosa Mendoza (Karen Palmera) indígena firmante de la paz. Socia fundadora de ASOVISBOL Asociación de Vivienda Agraria y Ambiental del Sur de Bolívar. Víctima de la masacre en la quebrada Honda, Montecristo, Bolívar junto a 4 personas de una familia. QEPD» (Rosa Mendoza se convirtió en la firmante del acuerdo de paz número 249 en ser asesinada).
En relación con ese crimen, el líder del partido Colombia Humana, Gustavo Petro, aseguró en Twitter: «nueva masacre. Un niño y una joven firmante del acuerdo de paz, entre los cinco muertos, en Montecristo, Bolívar. No quieren que termine el año sin hacer trizas los acuerdos de paz».
Ese mismo fin de semana se llevó adelante la masacre número noventa en lo que va de 2020. Según el registro que lleva el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), esas masacres ya dejaron 375 personas asesinadas.
El senador Iván Cepeda, también en Twitter, señaló: «en Colombia hay una masacre cada cuatro días. Y el presidente Iván Duque dice: ‘Logramos la cifra más baja de homicidios desde 1974’. ¿Nos cree inocentes? ¿Qué piensan ustedes?».
En otro tuit, Cepeda criticó al presidente Duque por intentar de forma falaz «reducir la explicación de los asesinatos de lideresas y líderes sociales a una simple cuestión de narcotráfico».
A las masacres se suma que, según el registro de Indepaz, este año también fueron asesinados 300 líderes sociales, 12 familiares de líderes sociales y 61 excombatientes.
Un informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) en Colombia, publicado a principios de diciembre, señala que se habían documentado, en lo que iba del año, al menos 66 masacres, en las que 255 personas fueron asesinadas, en 18 departamentos.
Mediante un comunicado, Michelle Bachelet, alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, sostuvo: «Es trágico ver a tantas personas ser víctimas de la violencia persistente a lo largo del país».
Mientras Colombia se desangra y el gobierno de Duque busca excusas para evadir sus responsabilidades, los medios hegemónicos de comunicación de la región prefieren mirar para otro lado o reproducir el discurso oficial. La paz tan anhelada sigue siendo el sueño, por ahora lejano, de la mayoría del pueblo colombiano.