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Con fuertes críticas, Rosatti asumió al frente del Consejo de la Magistratura

El presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, fue nombrado titular del Consejo de la Magistratura de la Nación, en una designación que lleva la firma suya y de los magistrados de la Corte, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda. De esta forma, con autovoto, estará ahora a cargo del organismo que designa y remueve jueces.

«A partir del dictado de la presente decisión, el Consejo de la Magistratura de la Nación deberá continuar funcionando de manera inmediata y de pleno derecho según las pautas fijadas por el Tribunal en su sentencia firme del 16 de diciembre de 2021», señaló la resolución que lleva la firma del mismo Rosatti más la de sus pares.

Además del nombramiento de Rosatti, se dispuso que el nuevo Consejo, con veinte miembros, comience a funcionar de manera inmediata con un trámite que también realiza la Corte.

Con esta resolución, la Corte anuló lo determinado por el juez federal de Paraná, Daniel Alonso, quien había dispuesto una cautelar sobre el fallo del máximo tribunal; y frenado así la designación de representantes en el Consejo de la Magistratura.

Duros cuestionamientos a Rosatti

El domingo por la tarde, una de las primeras en cuestionar esta maniobra fue la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, advirtiendo de «una casta de la que nadie habla», en relación con el silencio mediático y político con esta medida. En ese sentido, citó al periodista Martías Mowszet: «Mañana el presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti, va a asumir como presidente del Consejo de la Magistratura (el órgano que designa y remueve jueces) gracias a un fallo dictado por él mismo y sin dejar su puesto en la Corte, que también ganó auto-eligiéndose meses atrás».

También expresó su repudio el ministro de Justicia, Martín Soria, quien advirtió que la Corte Suprema dio un «golpe institucional» con el desembarco de Rosatti al frente del Consejo de la Magistratura, y sostuvo que «no están salvando la República» sino «protegiendo a los saqueadores de la Argentina y sus cómplices».

En el mismo sentido lo acompañó el viceministro de Justicia, Juan Martín Mena, para quien la situación es «absolutamente anormal e ilegal» porque «no está previsto en la Constitución Nacional que la Corte Suprema emita fallos inconstitucionales», según advirtió en declaraciones radiales.

Desde el Poder Judicial también surgieron críticas, como las del presidente saliente del Consejo de la Magistratura, el camarista Alberto Lugones, y el titular del Juzgado Federal N° 1 de La Plata, Alejo Ramos Padilla.

«Rosatti no podría asumir sin incumplir el fallo que él mismo dictó», planteó Lugones, camarista y docente de Derecho Constitucional, en declaraciones a El Destape Radio. En ese sentido, detalló que el fallo de la propia Corte sobre la Magistratura es «contundente» porque especifica que el titular del máximo tribunal va a poder asumir «recién cuando se integren los demás miembros hasta llegar a los veinte de la ley derogada».

Por su parte, Ramos Padilla calificó el hecho como «un golpe de Estado institucional» y afirmó que la Corte Suprema «se está arrogando facultades legislativas al dictar un fallo contrario a la Constitución».

Desde el Congreso, la directora general de Asuntos Jurídicos del Senado, Graciana Peñafort, alertó que con sus decisiones de esta lunes la Corte «está quemando la Constitución nacional», y equiparó la situación con «un golpe institucional». «Las papas no están quemando sino que la Corte está quemando la Constitución nacional. Quiere aplicar una ley que derogó el Congreso y, aunque sea ‘suprema’, eso no la vuelve legislador», argumentó la letrada al insistir con el principio de que el Poder Judicial no tiene funciones legislativas.

En sintonía con esos planteos, los diputados y senadores del Frente de Todos encuadraron la acción de la Corte como «un asalto al estilo Rambo», según palabras del neuquino Oscar Parrilli, y coincidieron en que el máximo tribunal está protagonizando «un golpe institucional».

Con información de Telám.