Una amplia columna atravesó este miércoles el centro platense, desde Plaza Italia hasta el Palacio Municipal, en rechazo del nuevo Código de Convivencia Ciudadana que avanza en el Concejo Deliberante y que el oficialismo busca aprobar antes de las elecciones.
Tal como viene advirtiendo este medio, el proyecto genera múltiples rechazos, centralmente por dos puntos controversiales: los límites a la protesta social y la penalización a trabajadores de la economía popular que desarrollan su labor en la vía publica (manterxs, trapitxs, vendedorxs ambulantes, trabajadorxs sexuales, recicladorxs urbanos, artistas callejerxs, entre otros).
Desde este último sector es de donde se impulsó la movilización que, según advierten las organizaciones, no será la única de cara al 3 de noviembre, fecha en la que podría tratarse el proyecto en el recinto.
Manteros y la falta de alternativas
Uno de los sectores que se hizo presente es el de las y los manteros, que hace tiempo vienen siendo blanco fácil de Control Urbano, por lo que piden una alternativa para desarrollar su labor. Ahora se encuentran con que podrían recibir multas de hasta 136.500 pesos.
Gladys, mantera de la zona de Plaza San Martín, mostró su preocupación por la iniciativa oficialista. «Nos perjudica directamente. Nosotras trabajamos en la calle vendiendo ropa usada, somos recicladoras. Hace un tiempo venimos peleando por un espacio para realizar una feria americana», explicó a Contexto. La iniciativa presentada ante el Ejecutivo local busca la creación de un espacio ferial en una plaza, al igual que los de Parque Saavedra o Plaza Azcuénaga, pero hasta ahora no ha habido respuesta.
«Desde el Municipio nunca hemos sido convocadas ni nos han dado la posibilidad de debatir nuestro proyecto», explicó Gladys, quien junto a 38 mujeres se encuentra organizada en una asociación civil que busca tejer estrategias y nuevas alternativas para desarrollar su labor.
«Nos movilizamos para decirle No al Código que tiene multas altísimas y cosas descabelladas y nos perjudica directamente y no nos deja otra alternativa de trabajo. No es que ellos nos ofrecen otra alternativa, no hay, no nos dan diálogo, no nos dan tregua e imponen este Código que perjudica nuestro laburo y el de miles de personas que laburan en las calles de la ciudad de La Plata», indicó Gladys.
«Queremos trabajar tranquilos», el reclamo del sector cartonero
«Venimos a acompañar por dos cosas: somos parte de la economía popular y porque aun quedan muchos compañeros, más de mil, que no pueden trabajar de una forma organizada. Este señor intendente quiere sacar este Código, que lo saca cada tanto para que los vecinos y vecinas de la ciudad se tiren contra los pobres. No es Código de Convivencia, es un Código de represión, discriminación y persecución», señaló Marisa Cantariño, del Movimiento de Trabajadores Excluidos y de la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR).
El proyecto de Garro establece normas de «convivencia responsable con animales», con la prohibición en el artículo 229 de la tracción a sangre, con penas de hasta 136.500 pesos «y la realización de un curso de cuidado animal con una carga horaria de 8 horas».
Este resulta un punto controversial para el sector cartonero, que ante los constantes decomisos de los caballos piden al Municipio otra alternativa para el traslado. Si bien Garro señaló días atrás que se estaba avanzando al respecto, desde el MTE lo negaron.
«Los cartoneros y cartoneras somos parte de esta ciudad también. El señor Garro cree que no vivimos acá. Acá vivimos, acá votamos y acá trabajamos, por eso hoy venimos para decirle fuerte para que escuche él y todos los que lo acompañan: no al código de represión, no al código de convivencia. Queremos trabajar tranquilos, ser libres, no discriminados. Por eso estamos acá», manifestó Cantariño.
Trabajo sexual y la posibilidad de crear un antecedente peligroso
De la movilización también fueron parte las y los trabajadres sexuales, para quienes el nuevo Código busca establecer una zona para prestar y solicitar este servicio. En caso de que esto suceda fuera del área delimitada -que aún no se conoce-, se establecerían multas de hasta 81.900 pesos. Desde AMMAR, el sindicato de trabajadoras sexuales, consideran que esto «lo único que hace es generar más estigma y discriminación».
«No sabemos bien qué zona ni en qué condiciones va a ser, eso no ha sido consensuado con ninguna organización, ni ningún sector de quienes nos atraviesa esta modificación», señaló Valentina Pereyra, secretaria general de AMMAR La Plata, en diálogo con Contexto. «Nunca nos han convocado a nada a pesar de haber pedido diferentes reuniones con los concejales. Han hecho a puertas cerradas estas modificaciones. Lo que nosotras entendemos es que lo que viene a hacer esta propuesta de delimitar o habilitar una zona genera un gueto, y si hay una zona habilitada, hay otra prohibida», destacó.
Pereyra manifestó su preocupación sobre el estigma y la discriminación que esto genera, sobre todo en aquellas personas trans y travestis. «No vamos a poder circular por la ciudad de La Plata por simplemente ser travesti trans, teniendo en cuenta que eso quedaría a discrecionalidad de la fuerza de seguridad que tenga que cumplir con este proyecto, que sabemos bien que son hostiles en todos los ámbitos. Yo no voy a poder estar parada en 7 y 50 esperando un taxi porque si viene un patrullero puede pensar que yo estoy ejerciendo el trabajo sexual y yo cómo compruebo que no lo estoy haciendo. Queda a la interpretación de los agentes de seguridad», indicó.
Vale recordar que en 2018 el Senado de la provincia de Buenos Aires derogó el artículo 68 del Código de Faltas, el cual establecía arresto y sanciones económicas. Desde AMMAR consideran que el proyecto de Garro va en contra de esta normativa provincial y temen que, de aprobarse en La Plata, genere un precedente para todo el territorio bonaerense y «volvamos a un retroceso de derechos humanos», indicó Pereyra.
Para la dirigente de AMMAR, el Código » es una estrategia política de cara a las elecciones legislativa, tratando de agradar a un sector de la sociedad, el cual está con el partido oficialista».
Muralistas hicieron oír su reclamo
Uno de los colectivos que participaron de esta movilización fue el de muralistas nucleados en TRAMA. «Estamos afectades por el Código Represivo de Garro. Como trabajadores y pintores del espacio público, estamos siendo señalades por ‘degradación del espacio público urbano’ cuando quieren una ciudad gris, que no represente, que no visibilice los debates y las expresiones que hay en esta gran ciudad y que tenemos sosteniendo», indicaron durante la intervención frente al Municipio.
Para este sector, el nuevo Código establece sanciones para la realización de «todo tipo de grafiti, pintada, mancha, garabato, escrito, inscripción o grafismo, con cualquier materia (tinta, pintura, materia orgánica, o similares) o bien rayar la superficie».
También será sancionado todo aquel «que coloque carteles fuera de los lugares autorizados, distribuya panfletos publicitarios masivos, dirigidos a público indeterminado en la vía pública, o coloque pancartas sin la autorización municipal previa o instale cruzacalles en calles, plazas, terrenos baldíos, y en cualquier otro lugar similar».