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Convertir al país en una colonia de EE.UU.

Trump y el FMI consumaron el salvataje económico y político a Milei. La cara oculta del “levantamiento del cepo” es un endeudamiento por 32.000 millones de dólares, que pagará el pueblo hasta que en algún momento -por ahora indeterminable- se le pongan límites. Peligran las jubilaciones

Por Miguel Croceri (*)

La economía mundial y la opinión pública internacional están dominadas desde hace pocas semanas por el impacto de la guerra comercial generada por Donald Trump mediante la imposición de aranceles descomunales a casi todos los países del planeta pero particularmente a China, la hiper-potencia emergente que el mandatario norteamericano ha convertido en su principal enemigo.

Sin embargo, incluso sin considerar los efectos que la ofensiva trumpista provocará también en nuestro país, aquí se viven acontecimientos de la propia situación nacional que tienen y tendrán extraordinarias y terribles consecuencias para la vida de cada persona y su grupo familiar, es decir para todo el pueblo.

Ocurre que -aunque quizás nadie lo dirá con estas mismas palabras- el gobierno de ultraderecha y el conjunto del régimen político y corporativo que tomó el control del Estado, están dando pasos agigantados para convertir a Argentina en una colonia económica y geopolítica de Estados Unidos, donde tiene epicentro el sistema de dominación integrado también por instituciones de poder global como el Fondo Monetario Internacional (FMI), entre otras.

Desde las últimas horas de este viernes (11/04), Javier Milei copó la agenda pública con una decisión cargada de espectaculariad que él mismo difundió en un mensaje por cadena nacional: “Eliminamos el cepo para siempre”. Agregó que “el Fondo Monetario anunció un programa inédito que cumplirá un papel importante en hacer esto posible”.

(Aclaración del autor de este artículo, por si fuera de utilidad para algún/alguna lector/lectora: la palabra “programa”, dicha como al pasar, se refiere a un nuevo y descomunal endeudamiento con el FMI. En la jerga técnica de los/las especialistas, el concepto alude a un programa “de financiamiento”).

Milei, al continuar con su mensaje, puntualizó: “Este programa, entre el FMI, Banco Mundial, BID (Banco Interamericano de Desarrollo) y un ‘Repo’ del Banco Central, asciende a 32.000 millones de dólares, de los cuales 19.600 millones serán desembolsados de modo inmediato”. (Una reseña del discurso presidencial puede verse, por ejemplo, en el portal Infobae. Nota del 11/04/25).

(Acerca del concepto técnico “Repo”, la organización dedicada a la verificación del discurso público “Chequeado” brindó una explicación a principios de enero, a raíz de una operación financiera realizada al comenzar el año entre el Banco Central y cinco bancos internacionales. Artículo del 03/01/25).

(Digresión: el término “cepo”, con el significado económico que tiene actualmente, fue implantado por el conglomerado mediático Clarín desde fines de 2011. Fue cuando la entonces presidenta Cristina Kirchner dispuso controles en el mercado de cambios, como forma de administrar la utilización de dólares en un país que no emite esa moneda sino la propia. Esa vez el mencionado grupo empresarial -de medios de comunicación y de muchos otros negocios- encontró la forma de que la percepción social de la medida fuera negativa, equiparable a un ataque contra la libertad. Luego el término fue adoptado en todos los discursos públicos y así quedó socialmente legitimado. El tema fue comentado hace casi seis años en un artículo que publicó Vaconfirma con el título “’Grieta’, ‘guerra’, ‘cepo’, ‘dinero K’ y más inventos de Clarín”. Nota del 15/07/2019).

El “secreto” y sus repercusiones

Lo más terrible y alevoso para el presente y futuro de la población argentina, quedó disimulado en el vértigo de noticias y comentarios superficiales, y en una planificada y minuciosa manipulación de la opinión pública.

El “secreto” escondido por la maniobra del régimen gobernante es que la deuda externa y la deuda pública de la Nación aumentan nada menos que en U$D 32.000.000.000 (treinta y dos mil millones de dólares). Un pasivo gigantesco que pagarán/pagaremos varias generaciones de argentinas y argentinos, como viene ocurriendo desde la dictadura genocida (1976/1983) que inició el endeudamiento depredador de las riquezas nacionales y destructor del bienestar general de la población.

En lo inmediato, y mientras el gobierno, sus aliados corporativos y los demás los poderes capitalistas están de festejo, este lunes (14/04) la cotización del dólar inundará las pantallas televisivas, las redes digitales y el resto del ecosistema comunicacional.

Acerca de otras repercusiones en la economía nacional y de modo particular en las economías familiares, desde la semana entrante la realidad mostrará en qué medida las decisiones sobre el tipo de cambio -es decir sobre el precio de una moneda, en este caso la argentina, respecto de otras monedas- se trasladarán a los precios.

Justo el mismo día viernes en que se hicieron los anuncios, por una coincidencia que se debió al habitual cronograma de publicaciones mensuales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), se supo que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió el 3,7 % solamente en marzo. Y comparado con igual mes del año pasado, la medición oficial arrojó un aumento del 55,9 %. (Resumen del diario Ámbito, nota del 11/04/25).

El agravamiento de la inflación fue tapado momentáneamente por el propagandizado “levantamiento del cepo”, pero constituye una vivencia cotidiana para las personas comunes del pueblo.

Ese drama económico que sufre la abrumadora mayoría de la gente, es una de las motivaciones esenciales de las protestas y huelgas que se producen en el país de forma prácticamente diaria.

La más reciente expresión de ese fenómeno, el miércoles y jueves de la semana pasada, fue el paro general con movilizaciones en todo el todo el territorio nacional.

Semejante muestra de descontento generalizado coexiste y se superpone con niveles importantes -aunque imposibles de determinar con precisión- de respaldos y/o expectativas favorables respecto de la gestión del gobierno nacional.

Las sociedades, como manifestación colectiva de la complejidad humana, naturalmente son intrincadas, contradictorias, diversas, plurales, heterogéneas.

Jubilaciones en peligro

Otros componentes del nuevo préstamo del Fondo Monetario, que tampoco son secretos sino información de acceso público pero ocultada en los discursos dominantes, son los condicionamientos que impone a nuestro país el organismo acreedor. Y allí aparece una palabra clave: “pensiones”.

Mientras se emitía el discurso de Milei por cadena nacional, y a través de su directora general Kristalina Georgieva, el FMI comunicó que había aprobado “un nuevo programa para Argentina en reconocimiento al impresionante progreso en la estabilización de la economía”, y como “voto de confianza en la determinación del gobierno al impulsar reformas”.

Luego elogió “el déficit cero y el primer superávit fiscal en casi dos décadas”, y dijo que “el programa se centra en la calidad y sostenibilidad del ancla fiscal”. En ese punto agregó que “esto se sustentará en una disciplina continua del gasto, medidas de eficiencia, y reformas bien secuenciadas de los sistemas tributarios, de coparticipación de ingresos y de pensiones”.

Con esta última referencia, en un lenguaje técnico que las/los conocedoras/as del tema entienden perfectamente pero la inmensa mayoría de la población ignora, está planteada la exigencia de una modificación del régimen jubilatorio. (Información del portal El Destape, nota del 11/04/25).

En el presupuesto de la Nación, a pesar de que nunca nadie haga mención a este dato fundamental -y que también es información de acceso público pero deliberadamente ocultada-, más del 45 % se utiliza para el pago de jubilaciones, pensiones, asignaciones familiares y asignaciones universales. El sistema a cargo de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) está ahora frente a un peligro mayor.

La escueta mención de Georgieva a la reforma “de pensiones” significa que los grandes conglomerados financieros del mundo pretenden apropiarse de casi la mitad del presupuesto nacional, tal como ocurrió a partir de 1993 cuando el gobierno de Carlos Menem perpetró la privatización de las jubilaciones. La medida resultó catastrófica para los/las trabajadores/as retirados/as y para el propio Estado. Fue revertida una década y media más tarde, en 2008, por la presidenta Cristina Kirchner.

Si esta vez volvieran a hacerlo, sería otro paso gigantesco en el camino de convertir a Argentina en una colonia dependiente de los poderes extranjeros regidos por Estados Unidos.

El gobierno actual de nuestro país es el más abyecto y servil a esa potencia imperial. Es por eso que Donald Trump, aún en medio de la guerra arancelaria que él mismo desató y que provoca una convusión mundial, se ocupa de garantizar la supervivencia y continuidad del régimen que encabeza Milei.

Uno de los gestos públicos que expresan ese respaldo es el viaje del secretario del Tesoro, Scott Bessent. El funcionario norteamericano, cuyo cargo equivale al de ministro de Economía, llega a Buenos Aires hoy (lunes 14/04) “para reafirmar el pleno apoyo de Estados Unidos a las audaces reformas económicas de Argentina”. (Más detalles en el portal Perfil, nota del 10/04/25).

En una edición de Contexto hace dos meses, un artículo consideraba que “para no hundirse políticamente el mileísmo espera un salvavidas” del gobierno estadounidense, “que consistiría en una decisión política -una orden, en realidad- para que el FMI le entregue dinero al Estado nacional”. (El texto se publicó cuando estallaba el escándalo de la criptomoneda $Libra, pero el tema central del comentario era otro e incluía una afirmación y un interrogante formulados desde el título: “El país se hunde. ¿A Milei lo salvará Trump?”. Nota del 16/02/25). https://www.diariocontexto.com.ar/el-pais-se-hunde-a-milei-lo-salva-trump/

América Latina y el Caribe

Mientras Argentina sufre el escarnio y la humillación generadas por su propio gobierno, la abrumadora mayoría de los países del centro y sur continental -incluidas varios que tienen gobiernos de derecha o centroderecha- acaban de reafirmar su voluntad de integración y cooperación recíprocas.

La posición fue adoptada por 30 de las 33 naciones que integran la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), cuyos jefes/jefas de Estado, o cancilleres, se reunieron el miércoles y jueves pasado en la capital de Honduras.

Entre los países presentes se contaron Brasil y México, los dos más importantes por cantidad de habitantes y volumen económico, y los cuales estuvieron representados por su respectivo/va presidente/ta, Lula Da Silva y Claudia Sheinbaum.

La casi totalidad de los/las participantes firmaron la “Declaración de Tugucigalpa” (por el nombre de la ciudad donde tuvo lugar el encuentro). Las únicas tres excepciones fueron Argentina, Paraguay y Nicaragua (este último país, se opuso a la firma por razones completamente distintas a los otros dos).

El pronunciamiento ratifica la “Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz”, y define que esta tiene como base el respeto a los propósitos y principios de la Organización de las Naciones Unidas y del derecho internacional; la cooperación internacional; la democracia y el Estado de Derecho; la protección y promoción de todos los derechos humanos; la soberanía y la integridad territorial. Además, la declaración rechaza la imposición de medidas coercitivas unilaterales y contrarias al Derecho Internacional, incluidas las restricciones al comercio internacional. (Información de Telesur, nota del 10(04/25).

Al sur del río Bravo la mayoría de las naciones está sometida a la hegemonía de Estados Unidos y a los intereses del capitalismo trasnacional, o al menos fuertemente condicionadas. Pero no existe otro/otra gobernante que tenga el fanatismo colonizado de Milei, como tampoco -obviamente- su desquicio emocional ni la explícita violencia de su discurso y gestualidad.

Trump y el Fondo Monetario acaban de otorgarle un salvavidas económico y político al gobierno argentino. Las consecuencias del endeudamiento infinito serán pagadas por millones y millones de personas a lo largo de un tiempo indeterminable.

Nadie sabe en qué momento esa catástrofe encontrará algún tipo de límite. Por ahora, en el conjunto de los poderes dominantes y en una parte de la sociedad hay jolgorio por el “levantamiento del cepo”.

(*) Publicado en www.vaconfirma.com.ar