La figura del histórico neurocirujano Ramón Carrillo tomó centralidad en los medios en los últimos días, no solo por la noticia de incluir su rostro para ilustrar un eventual billete de 5.000 pesos (dato que luego fue desmentido), sino por los agravios proferidos contra su nombre por parte del Centro Simón Wiesenthal y luego replicados por el macrista Claudio Avruj, que lo calificó como «admirador de Hitler». El gesto generó un enorme repudio que incluyó pronunciamientos de sindicatos y asociaciones civiles.
En primer lugar fue Ariel Gelblung, director del Centro Wiesenthal, quien hizo la asociación entre Carrillo y el nazismo, y luego se plegó a esas críticas el titular del Museo del Holocausto local y ex funcionario de Derechos Humanos del macrismo, Claudio Avruj. Allí también se alinearon los embajadores de Israel, Galit Ronen, y del Reino Unido, Mark Kent.
De inmediato, la familia del referente de la medicina y funcionario de gobierno de Juan Domingo Perón intentó comunicarse con las autoridades del Centro Simón Wiesenthal y también con el exfuncionario de Cambiemos, aunque sin recibir respuesta alguna.
«Me duele ver como muchos tildan a mi abuelo, Dr. Ramón Carrillo, de nazi, de homofóbico, entre otras cosas. Cosas que se basan en vaya uno a saber qué. Yo estoy orgulloso de ser su nieto, de llevar su nombre, y de saber que van a reconocer su labor en materia de salud pública», fue el descargo realizado por Facundo Carrillo, nieto del histórico médico.
Carrillo fue recibido ayer incluso por el presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), Jorge Knoblovits, quien desestimó las acusaciones y hasta recordó un reconocimiento realizado en 1954 por el propio ministro de Salud Pública de Israel hacia Ramón Carrillo. «Yo quiero ser serio, no puede ser que estemos permanentemente agitando fantasmas que no existen, no está bien. Fue un excelente sanitarista Ramón Carrillo», expresó Knoblovits en declaraciones públicas.
Los rechazos a las acusaciones del Centro Wiesenthal comenzaron a hacerse públicos desde múltiples sectores. El Partido Justicialista lanzó un comunicado donde expresa: «No vamos a tolerar que se manche el buen nombre y honor del Dr. Ramón Carrillo, profesional sin tachas, hombre de familia y un militante por las causas sociales y populares como ha habido pocos en el país. Toda nuestra solidaridad con sus familiares».
Por su parte, la propia CGT también hizo ayer su respectivo descargo contra las acusaciones. «La CGT repudia enérgicamente las infundadas acusaciones realizadas por el ex secretario de DDHH del gobierno macrista, Claudio Avruj, contra uno de los más grandes sanitaristas de nuestro país, el 1er Ministro de Salud de la historia argentina, el Dr. Ramón Carrillo», manifestaron desde la central obrera.
Desde la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires también hicieron público su rechazo a los agravios. Impulsado por la legisladora Florencia Saintout, desde el Frente de Todos presentaron un proyecto de declaración de repudio y reivindicaron la figura de Carrillo: «La igualdad y la justicia social orientaron su mirada sobre la salud, poniendo en el centro de la concepción sobre la salud pública la insoslayable convicción de que la vida en condiciones de dignidad es la que previene las enfermedades».
Otra de las entidades que emitió su repudio fue la organización por la identidad judía Llamamiento Argentino Judío, que fue más a fondo y realizó una lectura política de las acusaciones a Carrillo con un fuerte foco en la coyuntura actual. «Las imputaciones contra Carrillo son parte de una indudable ofensiva protagonizada por la derecha de nuestro país contra las políticas que desarrolla el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner en relación a la pandemia producida por el COVID-19», manifestaron desde el organismo.
«Es indudablemente vejatorio que el mismo integrante del PRO [en referencia a Avruj] que negó a la existencia de los 30.000 compañerxs desaparecidxs, y el número de 6.000.000 de masacrados durante la Segunda Guerra Mundial, se atreva a ultrajar la memoria de quien dedicó su vida a los más humildes de nuestra Patria», sostuvieron en un comunicado, donde agregan: «Su labor comprometida con los más humildes fue reconocida por múltiples instituciones nacionales e internacionales, motivo por el cual sufrió la artera persecución de los golpistas fusiladores, de la denominada Revolución Libertadora. Hostigado por quienes violaron la constitución se refugió en Brasil y falleció sin recursos y escasa atención médica, a la edad de 50 años».
Desde Llamamiento Argentino Judío remarcaron que «la infame denuncia de Avruj, escoltada por la franquicia local del denominado Centro Simón Wiesenthal» supone una afrenta cuyo último objetivo busca «asociar en forma inadmisible al movimiento nacional y popular con el fascismo». Además, resaltan como dato a tener en cuenta que «la Embajadora del Estado de Israel haya decidido involucrarse en un tema vinculado a la imagen de un billete bancario argentino, sin siquiera requerir información académica a reconocidos historiadores israelíes como Raanan Rein».