Hace dos años, vivir en Villa Elvira, el barrio más poblado de La Plata, se había tornado una odisea, una cuestión de supervivencia, donde descansaba la tristeza de cientos de familias que, con esfuerzo y amor, habían logrado construir lo poco que tenían. Luego de la gran inundación comenzó una historia épica, donde los jóvenes organizados políticamente en La Cámpora y los propios vecinos decidieron recomponer el barrio a partir del trabajo en conjunto y la participación activa del Estado nacional.
A dos años de aquella inolvidable tragedia que dejó a decenas de familias sin casa y sin gran parte de sus pertenencias, hoy el barrio luce totalmente distinto. Y eso, según los propios vecinos, se debe a la voluntad de organizarse y ser, ellos mismos, quienes lograron transformar la realidad.
Luego del proceso de reconstrucción que implicó la recuperación de algunas casas y la recomposición de los espacios públicos, los vecinos junto a los militantes de La Cámpora y de otras organizaciones políticas y sociales comenzaron un proceso de organización a partir de la puesta en funcionamiento de Centros de Referencia y espacios culturales que sirvieron para aglutinar las demandas de las familias que debieron restablecer sus vidas.
La reinserción del Estado en el territorio permitió recomponer la relación de los vecinos con las instituciones, y a través de reuniones y encuentros vecinales comenzaron a gestarse actividades deportivas, culturales, sociales y políticas que abrieron las puertas a una nueva concepción del barrio, donde la prioridad ya no es uno mismo, sino el otro. Bajo esta concepción solidaria y cooperativa, los vecinos y los militantes consolidaron un espacio de referencia, a la vera del Arroyo del Gato, en 3 y 91, donde construyeron la plaza “La Patria es el Otro” y levantaron un espacio político y cultural que conjuntamente denominaron “Héroe Colectivo”.
A partir de la consolidación de este espacio de referencia, varios vecinos se sumaron a las actividades que desarrolla La Cámpora en la zona, y lograron descentralizar su trabajo en diferentes casas de familia, donde también se realizan reuniones políticas, y sirven como espacios de contención en el que los chicos toman la merienda y se relacionan entre sí. Y, a partir de la gran cantidad de chicos que comenzaron a relacionarse con la organización a través de actividades recreativas y solidarias, los jóvenes tuvieron la iniciativa de conformar grupos interdisciplinarios, donde convergen profesionales de la psicología, de trabajo social, de la salud, del deporte y de las ciencias jurídicas.
Con la conformación de estos grupos de jóvenes profesionales militantes, se abrieron diferentes frentes de trabajo que permitieron dar respuesta a las demandas que fueron surgiendo desde los propios vecinos. La primera de las actividades, que hoy cuenta con más de cincuenta chicos, es un taller de hockey popular, donde asisten de forma gratuita jóvenes y chicos que practican este deporte, bajo la supervisión del profesor Juan Carlos Correa, con una visión solidaria y cooperativa, donde se pone en valor el juego en equipo y la sana competencia.
Por otro lado, debido a la gran cantidad de jóvenes y adultos que no lograron terminaron sus estudios secundarios, funciona hace más de un año una sede del Plan Fines, y también se realizan clases de apoyo para los más chicos que tienen dificultades en la escuela. La idea es sostenerlos dentro del sistema educativo y darles la posibilidad, a quienes no terminaron el secundario, de concretar sus estudios para luego guiarlos en la búsqueda de una carrera terciaria o universitaria que les permita seguir formándose mientras también trabajan.
Estas dos iniciativas generaron un flujo importante de vecinos que permitieron identificar otras problemáticas y demandas en concreto, vinculadas con las necesidades reales del territorio y de cada familia, que abrieron la puerta a la puesta en marcha de otras iniciativas, desde una concepción interdisciplinaria.
En la misma línea, el grupo de profesionales de la organización comenzó a realizar jornadas de asesoramiento jurídico gratuito, que luego se trasladaron de forma rotativa al resto de los barrios de la ciudad, gracias a la conformación de un grupo más amplio de abogados con conciencia social y vocación de transformación. Y, junto con esta actividad, los militantes lograron consolidar un esquema de encuentros en los que se acercan decenas de vecinos, lo que permitió articular con los jóvenes del Programa Integradores de Anses, para descentralizar la atención y agilizar los trámites para que todos los vecinos puedan acceder a los nuevos derechos sociales, como la Asignación Universal por Hijo y por Embarazo, el Plan Progresar, la Ayuda Escolar. La articulación con los militantes es fundamental para poder canalizar las demandas de la sociedad y lograr la articulación con el Estado nacional de forma directa con el territorio y reconstruir la relación entre la ciudadanía y las instituciones del Estado.
En definitiva, en Villa Elvira, allí donde el agua había dejado devastación, hoy florece un barrio.