En menos de una semana, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, lanzó una amenaza militar contra Venezuela, y el vicepresidente norteamericano, Mike Pence, realizó una gira por Colombia, Argentina, Chile y Panamá para pedir más sanciones contra el país caribeño.
En entrevista con Contexto, el embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Argentina, Carlos Eduardo Martínez Mendoza, habló de la campaña de agresión lanzada desde Washington, desmintió que la Asamblea Nacional Constituyente suprima otros poderes del Estado, como la Asamblea Nacional, y al analizar el nivel de desinformación que existe contra su país, aseguró que “en nombre de la libertad y la democracia, los medios hegemónicos construyen mecanismos de esclavitud mental”.
– ¿Qué lectura hace de la visita del vicepresidente norteamericano a una serie de países de la región para tratar, como tema central, la situación política de Venezuela?
– Primero, el presidente norteamericano, Donald Trump, declara que existe la posibilidad de no limitar el ataque contra Venezuela a sanciones diplomáticas, políticas y económicas, sino que evalúa la opción militar. Luego el vicepresidente, Mike Pence, sale de gira por una serie de países de la región (Colombia, Argentina, Chile y Panamá). En cada una de esas visitas, en las declaraciones y conferencias de prensa, ha colocado a Venezuela como un tema prioritario para los Estados Unidos, con la intención de buscar consenso para seguir condenando a nuestro país. El gobierno norteamericano, una serie de líderes regionales y los medios hegemónicos tratan de imponer en el imaginario internacional versiones sobre Venezuela que están muy lejos de la realidad.
– ¿Y cuál es esa realidad?
– Desde que llegó la Constituyente, Venezuela se ha pacificado. Se está iniciando un proceso de elecciones regionales. Se ha fortalecido la posibilidad de reanudar el diálogo y la mayoría de los sectores de la oposición han interpretado que la única vía posible para Venezuela es la pacífica, la electoral, la política.
– Sin embargo, los medios hegemónicos no muestran esa imagen.
– Ellos siguen demonizando a un Gobierno legítimo y que siempre ha actuado en el marco de la legalidad. Un Gobierno que ha sido víctima de la violencia, sembrada, promovida y financiada desde afuera. Un Gobierno que ha debido enfrentar a una derecha violenta, criminal y terrorista.
La visión imperial de la política regional busca profundizar las contradicciones que puede haber en América Latina y el Caribe. Parecen querer fomentar el regreso de la violencia a una Venezuela que hoy vive en paz.
Hoy hay una Asamblea Nacional Constituyente, que es legal, constitucional y que fue legitimada por más de 8 millones de venezolanos, que está en plena función y tiene una convivencia perfectamente reglamentada con los otros Poderes públicos. Muchos mintieron asegurando que la Asamblea Nacional Constituyente desconocía a los otros Poderes. Ella tiene carácter plenipotenciario, pero no desconoce a los otros Poderes.
– Volviendo a las amenazas que lanzó el presidente norteamericano, ¿cómo evalúa la reacción del pueblo venezolano, de mandatarios y organismos regionales?
– Han sido extraordinariamente masivas las manifestaciones que hubo en Venezuela en rechazo a las amenazas militares del presidente del imperio. No solo lo repudiaron los militantes chavistas: se vio una expresión generalizada de toda una sociedad, que no acepta el intervencionismo.
Más allá de la postura que pueda asumir algún Gobierno en particular, los pueblos de América Latina y el Caribe también han rechazado la posibilidad de que se utilice la situación de Venezuela como un argumento para generar conflictos de magnitudes regionales. Porque ese parece ser el objetivo final del imperio.
Esta es una región que fue declarada por la UNASUR y la CELAC como zona de paz. Pero Washington busca intervenir y ahora la excusa que intenta imponer es la de “pacificar a Venezuela”. Ya todos sabemos que cuando en Estados Unidos hablan de “pacificar países”, hablan de la pacificación a plomo, la pacificación con bombardeos, con ocupaciones militares, con empresas contratistas de mercenarios, que hoy ocupan diferentes naciones en el mundo. ¿O acaso no se ve la realidad del Medio Oriente, la realidad de África y del Oriente más Lejano? Parece que el objetivo de Estados Unidos es desestabilizar toda la región, generar una situación de conflictividad generalizada, como sucede en Medio Oriente y en África.
– ¿La gira de Pence va en ese sentido?
– Hay que saber interpretar el pensamiento de los sectores que hoy gobiernan Estados Unidos y que responden al complejo militar-industrial, a esa visión violenta, belicista. Por eso hay que entender que el vicepresidente norteamericano vino a presionar, para imponer una visión intervencionista contra Venezuela.
Si intentan una opción militar contra Venezuela, van a encontrar un país de pie, y estoy convencido que encontraran a toda una región de pie.
– ¿Los medios hegemónicos se han transformado en la principal arma de los sectores que quieren atacar a Venezuela?
– Quieren sostener en el imaginario colectivo internacional que en Venezuela nos estamos matando. La realidad es que desde la realización de la Constituyente no hubo más hechos de violencia.
Lamentablemente, estamos viviendo un momento en que la conformación hegemónica de los medios de comunicación es de una magnitud tal, que las sociedad no se dan cuenta que el mundo está al revés. Cuando algo pasa en Venezuela, todos los medios hegemónicos responden al ladrido del amo y dicen exactamente lo mismo.
– ¿Cómo se enfrenta ese discurso hegemónico?
– Existe la necesidad de ampliar los canales. Las redes sociales son fundamentales, pero también pueden ser enajenadas mediante mecanismos tecnológicos. Es necesario trabajar mucho en las redes, hay que diversificar la información, hay que darle lugar a los medios alternativos. Es fundamental abrir el debate en nuestras sociedades, en las casas, en la familia, en las escuelas.
Tenemos que entender que en Venezuela no se da el choque de dos modelos para un país, sino un choque de modelos para toda América Latina y para todo el mundo.
Hoy, la dimensión de la confrontación en Venezuela responde a tres objetivos fundamentales. El primero, la geopolítica de los recursos naturales en el mundo. El segundo, la desaparición de las bases que sustentaron, en estos últimos años, movimientos progresistas en la región, Gobiernos que fueron más parecidos a sus pueblos. Quieren desaparecer a todos los referentes y por eso están yendo a lo simbólico. Intentan borrar en el imaginario lo que representó la democracia popular en boca de nuestros próceres. Intentan erradicar las bases que han sustentado nuestra idiosincrasia, nuestro desarrollo político. El tercer objetivo es la enajenación psicológica de las personas, el nivel de violencia que se ve en televisión ha llegado a límites increíbles.
Los medios hegemónicos son antidemocráticos. No dan información para la reflexión del auditorio, sino para condicionar posturas. En nombre de la libertad y la democracia, los medios hegemónicos construyen mecanismos de esclavitud mental.