El Día del Maestro encuentra a la educación pública en un estado de marcado deterioro. Pérdida de poder adquisitivo, escuelas en ruinas y universidades con presupuestos recortados son condiciones que se han vuelto una constante a lo largo de este año y que afectan a docentes y alumnos.
El ajuste sobre el sistema educativo bonaerense tuvo su peor desenlace con las muertes de la vicedirectora Sandra Calamano y el auxiliar Rubén Rodríguez de la Escuela Nº 49 de Moreno, a raíz de una explosión por una fuga de gas a inicios de agosto que demostró la crítica situación de las escuelas de la provincia de Buenos Aires y el abandono por parte del Estado.
“No hay nada que festejar”, señalan los gremios docentes bonaerenses, que todavía, a tres meses del final del ciclo lectivo, no tienen un aumento salarial tras rechazar los techos del 20% que ha buscado imponer el gobierno de Vidal en las negociaciones paritarias. Tras la última corrida cambiaria, las proyecciones arrojan que la inflación para este año será de alrededor del 42%.
“En este día del maestro lamentablemente no hay nada para festejar. Tendríamos que estar con Sandra y Rubén y no lo vamos a poder hacer por la desidia con la que tiene Vidal a las escuelas”, afirmó a Contexto Roberto Baradel, secretario general de Suteba.
El gremio advirtió que prueba del deplorable estado de las escuelas es que aún hoy hay 840 establecimientos con las puertas cerradas por la falta de obras en distintos puntos de la provincia. “Hay una suerte de abandono por parte del gobierno, un ajuste brutal, pero además incapacidad para resolver el tema del salario docente”, cuestionó Baradel.
La cuestión de infraestructura es una de las principales deudas del gobierno de Vidal con la educación pública. La semana pasada, la oposición en la Cámara Baja de la Legislatura bonaerense presentó un proyecto de ley para declarar la Emergencia en Infraestructura Escolar, que terminó siendo aprobado y girado al Senado.
Las universidades siguen en lucha
Los y las docentes de las universidades tampoco tienen motivos para alegrarse. A pesar de que la mayoría de los gremios aceptaron la última oferta salarial del Ministerio de Educación, que consistió en una suba del 26% en octubre con dos cláusulas de revisión, continúan con reclamos con respecto a los recortes presupuestarios que aplicó el gobierno nacional por tres mil millones de pesos.
“Sigue nuestro proceso de lucha habida cuenta de que hay un problema estructural en la educación pública argentina en todos los niveles. El de la provincia de Buenos Aires es el más crítico, por lo que este día del maestro es un día de descanso pero de lucha por el salario y fundamentalmente por las condiciones de seguridad en el trabajo que se llevaron la vida de dos compañeros”, dijo a Contexto Octavio Miloni, secretario general de ADULP (docentes de la UNLP).
“Docentes bonaerenses y universitarios nos enfrentamos de forma similar a cuestiones de ajustes presupuestarios que hacen que, en nuestro caso, los estudiantes tengan que dejar sus estudios por el ritmo inflacionario que está golpeando a sus familias. La subejecución presupuestaria y reducción de presupuesto en los gastos de funcionamiento hace que las universidades se vean complicadas para funcionar normalmente”, añadió el gremialista.
El paro
El próximo jueves, docentes bonaerenses y universitarios confluirán en un paro y movilización desde el Palacio Pizzurno hasta el Congreso de la Nación en rechazo al ajuste presupuestario para el sistema público de educación que el macrismo promete profundizar en 2019 para cumplir con el déficit cero según exige el FMI.
Los docentes reclaman, entre otros puntos, la reapertura de las paritarias, la continuidad del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid), y mejoras edilicias en escuelas. La huelga fue convocada por Ctera, UDA, Sadop y también por los sindicatos de profesores universitarios.