Más de 20 mil trabajadores de la empresa Petróleo Brasilero S.A. (Petrobras) se encuentran en huelga desde el 1° de febrero. Diez días consecutivos de protestas contra el despido de mil empleados de una de las subsidiarias de la petrolera, la reducción de derechos de los trabajadores y el avance del proyecto de privatización.
En el marco del proyecto de achicamiento del Estado impulsado por el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y su ministro de Economía, Paulo Guedes, a mediados de enero se anunció el cierre de la Fábrica de Fertilizantes de Nitrógeno de Paraná (Fafen-PR), subsidiaria de Petrobras, lo que deja en la calle a más de mil empleados.
La respuesta de los trabajadores fue inmediata. Desde el 1º de febrero comenzaron un paro por tiempo indeterminado que aún continúa. La medida es acompañada por la Federación Única de Petroleros (FUP) y la Central Única de Trabajadores (CUT).
Con el correr de los días, más 20 mil trabajadores paralizaron 92 unidades (entre ellas, plataformas, refinerías, terminales, bases administrativas y unidades operativas). El paro afecta trece estados y podría extenderse.
La empresa intentó contratar extrabajadores para remplazar a los huelguistas, pero la medida no tuvo éxito.
El deterioro de Petrobras, producido por el vaciamiento y las medidas del modelo privatizador, se ve reflejado en que Brasil pasó de producir y exportar diesel a ser el mayor importador de ese producto desde Estados Unidos.
Cabe recordar que el mandatario brasilero ha señalado, en más de una oportunidad, su admiración por la dictadura chilena de Augusto Pinochet (1973-1990) y por el modelo neoliberal instalado en el país desde aquel oscuro momento, modelo que convirtió a Chile en uno de los países más desiguales del mundo.
En la misma línea se encuentra su ministro de economía, Paulo Guedes, un hombre formado en la Escuela de Chicago, desde donde salieron los denominados Chicago Boys, grupo que (con Milton Friedman a la cabeza) articuló el modelo chileno.
Guedes ha señalado que planea realizar un gran achicamiento del Estado brasileño y reducir al menos a la mitad la cantidad de empresas estatales del gigante suramericano.
El fanatismo de Guedes y Bolsonaro por el achicamiento del Estado los llevó a crear, en la cartera de Economía, la Secretaría de Desestatizaciones y Desinversiones.
La disputa entre el modelo neoliberal y la defensa de los derechos y las fuentes laborales de los trabajadores brasileros está en pleno auge. La batalla por Petrobras será clave para saber hacia dónde se termina de inclinar la balanza.
