Distintos bloques de la oposición en Diputados presentaron formalmente ayer en el Congreso el pedido de sesión especial para repudiar el golpe de Estado en Bolivia contra Evo Morales que obligó al mandatario a renunciar a su función el pasado domingo para evitar que la escalada de violencia fuera aún mayor.
Los diputados buscan tratar cuatro proyectos de resolución y uno de declaración para condenar el avance de civiles, policías y ejército sobre la institucionalidad en el país andino. En su mayoría son peronistas, aunque también figuran uno de la izquierda y uno del PRO. La sesión especial será desde las 15:30, luego de la Asamblea Legislativa en la que el Congreso va a convalidar el resultado de las elecciones generales de octubre y proclamar a Alberto Fernández como presidente.
«Defendamos las instituciones ahora para no tener que arrepentirnos mañana», dijo vía Twitter Felipe Solá, diputado del bloque Red por Argentina y posible canciller del próximo gobierno. También suscribieron los diputados del bloque FpV-PJ José Luis Gioja, Luana Volnovich, Cristina Álvarez Rodríguez, Daniel Filmus, Gabriela Cerruti, Andrés «Cuervo» Larroque, Horacio Pietragalla y Mónica Macha.
También firmaron Carla Pitiot, Cecilia Moreau, José Ignacio De Mendiguren y Carlos Selva (Frente Renovador); Daniel Arroyo (Red por Argentina); Leonardo Grosso (Movimiento Evita); Victoria Donda (Somos); Juan José Bahillo, Carolina Moisés y José Luis Martiarena (por el bloque justicialista); la santafesina Alejandra Rodenas, el puntano Andrés Vallone y Nicolás Del Caño (PTS-Frente de Izquierda).
En líneas generales, los proyectos repudian el «golpe de Estado perpetrado en Bolivia», instan al «inmediato cese de la injerencia de las Fuerzas Armadas y de Seguridad» y piden el «restablecimiento del orden institucional y la democracia».
Por el lado del oficialismo, quien firmó los proyectos para que haya sesión especial fue Daniel Lipovetzky, que así se manifestó en Twitter, actitud que fue reconocida por Alberto Fernández.
Su posición se diferencia frente a la que adoptó el gobierno nacional. Ayer, una vez más el canciller Jorge Faurie rechazó hablar de «golpe de Estado» y consideró que «en Bolivia hay una grave crisis institucional pero no hay golpe». Por su parte, el presidente Mauricio Macri repudió la «violencia» y abogó por «elecciones» en Bolivia ayer por la mañana desde Casa Rosada, pero en ningún momento durante su intervención se refirió directamente a Evo Morales.
Sin embargo, la crítica situación que se vive en Bolivia acrecentó las fisuras al interior del interbloque oficialista que se venían sucediendo luego de la derrota electoral. Mientras el PRO y la Coalición Cívica opinan en línea con el gobierno nacional, además de Lipovetzky también el radicalismo habló de «golpe de Estado». Fue en boca de los gobernadores Alfredo Cornejo (Mendoza) y Gerardo Morales (Jujuy).
El interbloque de Juntos por el Cambio ayer redactaba un proyecto para presentar en la sesión especial con la difícil misión de dejar conformes a todas las fuerzas que allí confluyen.