El ajuste y la recesión causada por el Gobierno libertario de Javier Milei y su consecuente impacto en la pérdida salarial siguen profundizando las caídas en los niveles de consumo de las familias argentinas. Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), se proyecta que para este año el consumo anual de carne bovina por habitante sea solo de 44,8 kg, el más bajo desde 1920, y muy por debajo del promedio histórico de 72,9 kg.
La caída en el consumo de proteínas se traslada a otras carnes. El consumo total de carnes bovina, aviar y porcina en Argentina podría ubicarse en el año 2024 en torno a los 105,7 kg por habitante. De esta manera, según las proyecciones de la BCR, cada habitante consumiría en 2024 siete kilos menos de carnes en comparación con el promedio de los últimos diez años, que es de 112,8 kg.
Estas estimaciones se realizan con base en los datos de consumo de carnes proporcionados por la Subsecretaría de Ganadería y Producción Animal de la Secretaría de Bioeconomía.
Otro dato que refleja la pérdida de poder adquisitivo es que, por primera vez desde que se tienen registros, el habitante promedio en Argentina consumiría en 2024 la misma cantidad de carne vacuna que de carne aviar (alrededor de 44,5 kg). La composición de la dieta cárnica del habitante promedio sería la siguiente: 42 % de carne bovina, 42 % de carne aviar y 16 % de carne porcina. La proporción de carne bovina cayó 3,5 puntos porcentuales respecto del 2023.
El ajuste de la gestión libertaria impacta en que cada vez haya menos carne vacuna en las mesas argentinas. La BCR señaló que con el dinero que cuesta adquirir un kilo de carne vacuna pueden comprarse casi 2 kilos de carnes sustitutas. «El promedio de los últimos 10 años es de 1,7, lo cual significa que la carne vacuna está más costosa que lo usual respecto de sus sustitutos, siendo este uno de los factores que explican la pérdida de participación relativa del consumo de carne de vaca contra el de cerdo y pollo».