Por Mirta Taboada
El colectivo, formado por científicos destacados del país, presentó a fines del mes pasado un petitorio firmado por cerca de 3.500 integrantes del sistema científico ante las autoridades del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MinCyT). Entre sus puntos se incluyeron los temas de salarios y estipendios, subsidios, otorgamiento de becas, el Plan Federal de Infraestructura, el Programa RAICES y convenios internacionales, el funcionamiento de Institutos y el presupuesto del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
Roberto Salvarezza, doctor en Bioquímica e Investigador Superior del CONICET, fue presidente de ese organismo desde 2012 hasta el año pasado y renunció a su cargo porque consideró que no estaban garantizadas las políticas científicas con el nuevo Gobierno. Consultado por Contexto, relató que la iniciativa “surgió a comienzos del año como un documento político donde tomábamos una posición en tema de políticas nacionales, vislumbrando lo que luego confirmó las políticas que iba a implementar el nuevo Gobierno, como los despidos y el racionamiento de los recursos sociales”.
Para Salvarezza, “juntar esa cantidad de firmas y adhesiones fue realmente un reto, porque es un documento muy duro, con una preocupación política muy grande. Para nosotros es un dato muy alto, porque son personas que ponen el nombre y el apellido en un momento donde uno ve despidos por todos lados y la gente tiene miedo”.
En el análisis de la reunión con las autoridades del MinCyT, los científicos destacaron que la negativa de solicitar un aumento de emergencia y esperar lo que se resuelva en las paritarias de junio “confirma un retorno a la política salarial previa a 2003, con su falta de estímulo hacia los jóvenes para incorporarse a la carrera de investigador. Como los salarios de los investigadores guardan relación con los del personal de apoyo y los estipendios de los becarios, el efecto desalentador afectará todo el espacio CONICET”.
Respecto de este punto, Salvarezza manifestó que “los becarios hoy en día están ganando 11 mil pesos, lo cual es una cifra muy baja para un graduado universitario y también para los investigadores más jóvenes, muchos de los cuales retornaron del exterior y bien podrían elegir volverse a ir, teniendo en cuenta que muchos de ellos tienen una excelente performance afuera, y eso sería revertir el flujo de recursos humanos”.
Asimismo recordó que “en el año 2004 Néstor Kirchner dio un aumento del 50% en el salario de los investigadores que frenó el éxodo que se estaba produciendo a comienzos de 2000, y en ese momento lo hizo en una situación económica muy mala. Sin embargo, era una decisión política de apostar a retener los recursos humanos del país. Creemos que esto se debe hacer inmediatamente”.
Otro punto nodal fue el de la estimación de los ingresos a la Carrera del Investigador para el año 2017, que rondaría en un promedio histórico de 600, un 30% menos que los ingresantes del año 2015. Para el grupo, ello demuestra la falta de visión del actual Gobierno en “la necesidad de más investigadores para abordar temas fundamentales para nuestro desarrollo tecnológico y social, como el fortalecimiento de YTEC (YPF+CONICET), la producción pública de medicamentos, ARSAT”; y alertan que ese mensaje “tendrá un efecto negativo en aquellos jóvenes que han apostado su futuro a realizar actividades de investigación en el marco de proyectos de transferencia”.
En suma, para el ex presidente del CONICET, durante la reunión mantenida con los funcionarios “no hubo una respuesta concreta” en ninguno de los puntos tratados. En cuanto a las acciones futuras, indicó que “vamos a seguir reclamando los salarios y las becas, sobre todo de los más jóvenes, para que sean recompuestos lo más rápido posible ante el riesgo de caer en una fuga de gente como ha habido en 2001”.
Los integrantes de Ciencia y Técnica Argentina (CyTA) expresaron su adhesión a la marcha nacional educativa en defensa de la educación pública del jueves pasado. “Nosotros somos parte de la Universidad, somos indisolubles con ella. Hay que tener en cuenta que el CONICET tiene el 90% de sus investigadores que son universitarios, el 90% de sus institutos son compartidos con la Universidad”, concluyó el ex titular del organismo.
Dos modelos de ciencia y de país
Según el análisis del Grupo CyTA, los desarrollos de tecnologías complejas durante el período 2003-2015 fueron impulsados sobre la base de un triángulo conformado por empresas del Estado, pymes e institutos del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología.
Sin embargo, “el modelo de país que impulsa Cambiemos es la contracara de esto. El Estado hoy se encuentra en retirada de los emprendimientos tecnológicos de avanzada que lideró en el período 2003-2015, con la postergación de Atucha III y ARSAT III, la cancelación del intento en FAdeA de un desarrollo local de tecnología aeronáutica”, enumera el colectivo científico.
Asimismo, sostienen que, lejos de impulsar el desarrollo tecnológico local, la política emprendida por el Gobierno de Mauricio Macri “ha decidido una apertura de importaciones en medio de una crisis global en la que la falta de ventas hace que los precios del mercado internacional sean muy inferiores a los costos de la producción local”.
El escenario actual, según las observaciones de los investigadores, es de una gran transferencia de ingresos desde los sectores motores del mercado interno y la industria nacional hacia sectores que desarrollan actividades extractivas que “no producen trabajo de calidad, ni desarrollo tecnológico local pero sí fuga de divisas y contaminación”.
Para Salvarezza, las perspectivas no son prometedoras para el desarrollo científico y tecnológico: “Si la mejor salida que vamos a tener es la de nuestros doctores abriendo sus propias empresas, sabemos cuál es el destino de muchas de ellas: que la compre una multinacional. En el mercado, una empresa pyme exitosa que tenga alguna experiencia interesante de tecnología cae inmediatamente y la compra una empresa. No creemos que eso genere toda una cadena de creación de trabajo. Realmente es una transferencia de inversión del Estado a una multinacional”, sostuvo.
De acuerdo con la evaluación del doctor en Bioquímica, las condiciones actuales externas e internas “no son las que llevan a un proceso de soberanía, al empleo nacional, el desarrollo de tecnología, sino que va a llevar a otra cosa: a mantener un sistema encapsulado, un sistema que dará sus funciones de producir sus trabajos y sus publicaciones, con un impacto en la sociedad que va a ser muy bajo”.
En ese sentido, el análisis que hace el colectivo que integra es que “hoy en el país el mercado es la fuerza orientadora de la actividad económica, y el desarrollo local de tecnología es considerado un despilfarro. En este proyecto de país, la ciencia es solamente una actividad que da lustre internacional y por lo tanto no constituye una temática prioritaria para el país”.