Entre abril de 2016, cuando se lanzó esta línea de crédito, y mayo de este año, la cuota aumentó de los 6.153 pesos iniciales a los 15.212, lo que representa una erogación mensual de 9.059 pesos adicionales para el tomador del préstamo, es decir, un 147% más alta en términos nominales. Estos montos, en el caso hipotético de una suma total equivalente a 70.000 dólares (1.031.800 pesos), en las condiciones crediticias ofrecidas en ese momento por el Banco de la Nación Argentina (BNA), a veinte años de plazo y con una tasa de interés del 3,5% anual.
«De la información expuesta es posible concluir que los préstamos hipotecarios UVA, tal como fueron concebidos por el gobierno, fracasaron como alternativa para el acceso a la vivienda. Ese fracaso deja al desnudo además la ausencia de una política habitacional, más allá de estos préstamos hipotecarios», sostuvieron desde el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), autores del informe que analiza la situación actual de los hipotecados.
El último año, signado por la fuerte devaluación del peso y la inflación que ese proceso disparó, fue el periodo en el que las cuotas aumentaron con mayor énfasis sobre los salarios. Pasaron de 9.870 pesos en mayo de 2018 a los 15.212 ya referidos en mayo de 2019. Se trata de un incremento de 5.342 pesos en un año, lo que representa un 55% de aumento. «Si miramos solo los meses de octubre de 2018 hasta mayo de este año, la cuota se incrementó en $ 4.183, un 38% en tan sólo 8 meses que reflejaron la aceleración del proceso inflacionario», detalla.
Los UVA fueron lanzados por Sturzenegger en 2016 para dar préstamos hipotecarios a largo plazo, pero en el último año esa oportunidad se volvió un tormento para los tomadores. En 2018, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue del 47,6%, el más alto desde 1991. La última medición oficial de abril fue 3,4% y acumuló un 55,8% en los últimos doce meses. Mientras que el promedio de las negociaciones paritarias fue menor al 40%. Esto derivó en una pérdida del poder adquisitivo promedio del 14,32% en términos interanuales para el conjunto de trabajadoras y trabajadores registrados.
«Para aquellos que lograron acceder a la línea de financiación, el problema radica en la ausencia de cláusulas que limiten el ajuste por inflación cuando los ingresos evolucionan por debajo, como viene ocurriendo desde el segundo trimestre del año pasado. Las supuestas ventajas para los tomadores resultaron no ser tales: no hubo un proceso de desinflación como fuera prometido».
En 37 meses (siendo el préstamo a 240 meses), la cuota pasó de representar el 48% de la versión tradicional a un 119%. En el mes de enero de este año, en la cuota 33, ya superaba la cuota que ese mismo capital tenía en la modalidad en pesos a tasa fija de la línea «Nación Tu Casa» que ofrecía el Banco Nación. Así, quienes indexaron sus líneas de crédito a la inflación sufrieron fuertes pérdidas.
Ante este complejo panorama, los montos otorgados en líneas de préstamos hipotecarios UVA decrecieron sustantivamente. En diciembre de 2017, antes de la crisis, hubo un alto crecimiento, llegando a alcanzar para ese último mes más de 11.465 millones de pesos en el sistema bancario local. Para los meses de enero y febrero de 2018 se experimenta una importante caída en torno a los dos mil millones (9.497 millones para enero y 9.442 millones para febrero).
En marzo hubo una significativa recuperación (13.937 millones), y a partir de ese mes «se inicia una continua caída de los montos otorgados, pasando en diciembre de 2018 a otorgarse $2.692 millones (equivalentes a U$S 69,38 millones / 88,36 millones de UVA), lo que representa una caída del 81% en relación a los montos otorgados en pesos en marzo de ese año y del 90% en relación a su equivalencia en dólares estadounidenses».