Así lo consideró el candidato a diputado nacional Leopoldo Moreau tras denunciar la manipulación de datos de Cambiemos luego del proceso electoral. Desde Unidad Ciudadana explicaron que en los distritos con mayores votos para esta fuerza, el porcentaje de escrutados es notablemente menor. Los trabajadores encargados de los cómputos confirmaron esta versión.
Leopoldo Moreau, quien se convirtió en el portavoz de la denuncia sobre la manipulación de los datos por parte de Cambiemos en la carga de los resultados de las PASO 2017, encabezó ayer en el Instituto Patria una conferencia de prensa en la que se brindaron detalles de la operación que llevó a cabo el Gobierno para adjudicarse un triunfo que, con el correr de la madrugada, no fue tal.
“La democracia fue manipulada para obtener un resultado publicitario. Por eso hoy estamos enfrentados a esta inédita situación que significa que pasadas 24 horas del acto electoral no se conocen los resultados electorales del principal distrito del país”, dijo Moreau, quien destacó que 1.500 mesas no fueron incorporadas al escrutinio provisorio.
Primero se instaló “una cifra ficticia que hablaba de un triunfo del candidato oficialista, se la congeló durante varias horas secuestrando el resto de los datos vinculados al proceso electoral y se le dio espacio en ese ínterin al Presidente de la Nación para que montara un show publicitario donde quiso demostrar lo que no podía demostrar por los datos objetivos de la elección: que habían obtenido un triunfo contundente”, evidenció el candidato de Unidad Ciudadana.
En la madrugada del lunes, la supuesta ventaja de Esteban Bullrich sobre Cristina Fernandez de Kirchner se fue acortando notablemente, pero este número se detuvo al llegar a escrutarse el 95% del padrón. Adrián Pérez, titular de la Secretaría de Asuntos Políticos e Institucionales, reconoció en ese marco un «empate técnico», con una diferencia de aproximadamente seis mil votos.
“Cuando en un punto la afluencia de esos datos descontó la diferencia que habían inventado para dar el golpe publicitario, volvieron a paralizar la carga de datos”, afirmó Moreau, quien denunció que dejaron solo el 20% del personal encargado de los datos, por lo que la carga comenzó a ser más lenta. «Esto no tiene precedentes. Eso significa alrededor de 300 mil votos”.
“El Gobierno decidió usar la democracia para montar un show publicitario. Esto degrada al proceso democrático en Argentina. Es sumamente grave”, consideró el candidato, quien agregó Mauricio Macri y María Eugenia Vidal manipularon estos datos al no querer reconocer “no solamente el triunfo de Unidad Ciudadana, sino el hecho de que dos de cada tres bonaerenses votaron en contra del ajuste”.
El referente radical destacó que no se va a denunciar fraude, pero sí que se conozca el resultado de las mesas sin escrutar. Teniendo en cuenta la mínima diferencia, tal caudal de votos puede estirar la brecha entre ambas fuerzas electorales. Sin embargo, desde esta fuerza destacaron que no solo falta escrutar un 5%, sino que donde falta son en los territorios más afines al kirchnerismo.
“El escrutinio se ha detenido alrededor del 95% del total de votos. Este número tiene una caprichosa conformación cuando uno empieza a desagregar. Los lugares donde la alianza Cambiemos hizo una buena elección tienen un porcentaje de carga superiores al 95%”, explicó Graciana Peñafort, apoderada de Unidad Ciudadana.
En ese marco, San Miguel y San Isidro llegan a un 98% de datos cargados, mientras que Vicente López al 97,5%, Bahía Blanca al 97%, General Pueyrredon al 95%. Sin embargo, los distritos donde Cristina Kirchner ha hecho una buena elección, sobre todo en regiones populosas del conurbano, esta cifra es menor: Florencio Varela llegó solo al 92%, Berazategui al 90%, Ezeiza al 92%, La Matanza al 94% y en José C. Paz el 93% de los votos.
“Podrá observarse que la intención de la carga de los escrutinios tiene alteraciones que en su repetición hacen que claramente no sean una casualidad. Lo que ha habido fue una manipulación de la carga de los datos tendiente a construir una realidad ficticia”, sostuvo Peñafort.
Según informaron en conferencia de prensa, el día miércoles en La Plata comenzaría a corroborarse el escrutinio definitivo, con la presencia de fiscales de todas las fuerzas para rever los telegramas de votación, proceso que podría tardar aproximadamente quince días.
«Fallas en el sistema»
Mientras el ministro del Interior Rogelio Frigerio y el jefe de Gabinete Marcos Peña se encargaron de remarcar que fue todo “transparente”, descartando la manipulación y la especulación denunciada e intentando volver a volcar en agenda el voto electrónico, las versiones de Unidad Ciudadana fueron corroboradas por los trabajadores encargados de la suba de datos.
Federico Lemos, uno de los data entry que trabajó en la suba de los resultados, en diálogo con Contexto relató las irregularidades de este proceso. Explicó que estaba contratado para trabajar desde las 12 hasta las 8 de la mañana y que en la primera hora los telegramas llegaban con cierta rapidez. Los que cargó él correspondían a La Plata y Bahía Blanca.
“En esos telegramas Cambiemos ganaba tranquilo. A partir de la 1:15 de la mañana empezaron a caer telegramas de La Matanza y de Quilmes, donde Cristina Fernández de Kirchner estaba sacando casi el doble de votos que Esteban Bullrich. Lo que me resultó muy extraño fue que a partir de esos minutos que empezaron a caer esos telegramas el sistema comenzó a fallar”, relató Lemos, y agregó que a las 2 de la mañana el sistema estaba colapsado y la demora de los telegramas comenzó a ser notable.
“Cuando yo le voy a preguntar a uno de los coordinadores qué había pasado y por qué la lentitud del sistema me dijo que no sabía pero que igualmente cuando llegue al 95% de votos escrutados en la provincia se iba a cortar”, explicó el data entry. Casualmente este porcentaje llegó cuando la brecha entre los principales candidatos era solo de un 0.1%.
“Cuando la tendencia iba a un empate de voto a voto o una victoria de Cristina por un puñado de votos, justamente ahí empezó a fallar el sistema y el Gobierno detuvo el conteo”, sostuvo Lemos.
Según comentó el data entry, en esos minutos demoró aún más la llegada de los telegramas, al punto de que los responsables del área comenzaron a reducir el personal encargado de la carga de cómputos, quienes se encontraban prácticamente sin tareas. “Cerca de las 6 nos dijeron que ya terminábamos por hoy, que no había más nada que cargar”, agregó Lemos.