El Congreso de la Nación tendrá una semana por demás agitada, con el tratamiento de cuatro proyectos que despiertan interés tanto en la oposición como en el oficialismo: el veto a la movilidad jubilatoria, los fondos de la SIDE, la suba del presupuesto universitario y la Boleta Única de Papel. Con todas las de perder, el Gobierno ya comenzó con reuniones con los partidos más dialoguistas en busca de evitar otra catarata de derrotas en el parlamento.
El puntapié lo dará la Cámara de Diputados con el tratamiento del veto presidencial este miércoles. El lunes ya se oficializó la sesión pedida por la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica y Encuentro Federal, en busca de darle la sanción definitiva, a pesar del veto de Javier Milei, a los cambios en la movilidad jubilatoria. Estos tres partidos, a los que se le sumará Unión por la Patria, tendrán que conseguir dos tercios de la Cámara para lograr el quorum, y lo mismo para su aprobación, una tarea nada sencilla pero no imposible. Las ausencias serán también claves en esta sesión.
Con esta sesión como primer desafío, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, encabezaron un encuentro con diputados de la Libertad Avanza, el PRO y el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID). «Vamos a ratificar el veto del presidente», señaló el diputado del PRO Cristian Ritondo, ratificando así el voto de su partido, que ya había rechazado en la Cámara la movilidad jubilatoria.
Según explicaron diputados presentes, en la reunión se busco «coordinar una agenda parlamentaria» y conocer, además de la ley hojarasca que impulsa Sturzenegger, la letra chica de tres proyectos más que impulsa el Gobierno, que aún no trascendieron. El Presupuesto 2025 también llegará a manos de estos sectores aliados para que hagan devoluciones.
El jueves será el turno del Senado, con un temario que tiene como primer tema candente el de los fondos reservados a la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE), que ya tuvo su proyecto de rechazo aprobado en Diputados y que se encamina al mismo rumbo en el Senado, donde la Libertad Avanza solo cuenta con seis bancas propias. En la Cámara Baja, incluso sectores aliados, como el PRO, rechazaron otorgarle 100 millones de dólares al organismo comandado entre las sombras por Santiago Caputo. De aprobarse este proyecto, será la primera vez en la historia que el Congreso logre bajarle un DNU a un presidente.
Otra derrota que podría sumar el Gobierno es la del incremento del presupuesto universitario, ya aprobado también en Diputados. La semana pasada la oposición consiguió el dictamen, acompañado por representantes de casi todos los bloques del cuerpo, a excepción del oficialismo. «Vamos a ratificar las políticas de recomposición de los haberes jubilatorios, así como el financiamiento educativo, y para terminar con ese fondo corrupto de 100.000 millones para la SIDE», expresó la semana pasada el presidente del bloque de UP, José Mayans.
Para apaciguar estas derrotas, el oficialismo metió en la misma sesión la boleta única de papel. Este proyecto, que llega con el impulso del Gobierno, podría aprobarse pero con modificaciones. Así las cosas, el Gobierno construiría una victoria pero con sabor a poco, ya que debería volver a la Cámara de Diputados