Desde el 1º de junio, unos 9.000 jubilados que viven en la localidad de Firmat y en pueblos del sur santafecino entre Casilda y Venado Tuerto, vieron como el PAMI les recortó las prestaciones y los medicamentos. Muchos de ellos trabajaron duramente en el campo toda su vida, dado que se trata de una zona cerealera y lechera por excelencia. La inmensa mayoría cobra la jubilación mínima.
En Firmat, la clínica que los atendía no renovó su contrato con el PAMI porque no hubo negociación posible, explicó a Contexto María Gladys Fleitas, hija de una enfermera jubilada que lamenta esta situación después de años de trabajo.
Gladys se convirtió desde principios de junio en una de las impulsoras de reuniones de jubilados autoconvocados que vienen reclamando ante las autoridades locales, provinciales y nacionales que se revise la situación porque, para atenderse con especialistas, hacerse estudios o ser internados, tienen que ir hasta Venado Tuerto, a unos 70 km, por la segunda ruta más peligrosa y transitada del país.
“Siempre trabajé en salud en el norte de la provincia. Cuando llegó la hora de la jubilación me tuve que acoger a la jubilación nacional, la del PAMI. Nos descontaban y nos descontaban, éramos pobres pero pensábamos que íbamos a tener un respaldo cuando nos jubiláramos”, explicó a Contexto María Ernestina “Tina”, enfermera jubilada de 67 años.
“Y llegamos a este momento en el cual no tenemos ningún tipo de cobertura en la ciudad de Firmat por parte de PAMI (…) Ni siquiera tenemos el mínimo servicio en el hospital porque toda la zona está colapsada, inclusive en Venado Tuerto”, aseguró esta mujer que trabajó siempre en zonas inhóspitas de la provincia. Firmat está a 100 km de Rosario y a 270 km de la ciudad de Santa Fe.
Hilda Giner es otra jubilada de Firmat. “Estoy muy desconforme con esta situación, preocupada. Esto nos dejó muy trastornados a todos los jubilados”, aseguró esta señora que sin embargo no baja los brazos. “Creo que tenemos que seguir en la lucha, que es dirigirnos a PAMI Buenos Aires. Es la última alternativa que nos queda”, sostuvo en un audio enviado a este medio.
Noris Salinas, también de Firmat, tiene su mamá a cargo: Clementina Rosa. “Estamos muy tristes porque vamos viendo que PAMI va cada vez recortando más los medicamentos”, explicó Noris, antes de precisar que de los “siete medicamentos” que toma su madre, “tres los tengo que comprar” porque PAMI ya no se los da.
“El sentimiento de abandono es terrible y el manoseo. Es gente grande y a mi mamá no le puedo explicar todas estas cuestiones políticas que están sucediendo porque es una persona de 85 años. Es muy triste lo que está pasando”, aseguró Noris a Contexto.
“Desde el primero de junio deambulamos por la ruta que va de Firmat a Venado Tuerto, considerada la segunda ruta en peligrosidad del país por ser la más transitada de la provincia de Santa Fe, por la que pasan 9.000 camiones diarios hacia la ciudad de Buenos Aires. Por esa ruta van nuestras ambulancias a Venado Tuerto”, aseguró María Gladys.
La clínica local que atendía a los jubilados y jubiladas del pueblo, pero también de otras comunas vecinas, dejó de hacerlo porque “no llegó a un acuerdo con PAMI porque PAMI quiso imponer un contrato”.
A Firmat se venían a atender los afiliados de PAMI que viven en los pueblos cercanos como Chovet, Quirquinchos, Cañada de Ucle, Bombal, Miguel Torres y Melincue.
“Primero nos quedamos sin nada. No sabíamos dónde teníamos que atendernos. Nos negaban información o nos mentían diciéndonos que se iba a arreglar el servicio que teníamos con PAMI. Así estuvimos dos semanas. Después nos habilitaron dos clínicas para algunas especialidades, pero eso duró dos semanas”, relató Gladys.
“Al día de la fecha PAMI nos dejó sólo los médicos de cabecera y las ambulancias pero recortó remedios y prótesis”, sostuvo Gladys, hija de María Ernestina, y que en los últimos meses se convirtió en “secretaria de los autoconvocados”.
A raíz de la falta de prestación en Firmat empezaron “a peregrinar por Venado Tuerto, con esperas de medio día y a veces más, descomponiéndose en algunos casos” por las largas horas de espera y en dos casos con un desenlace fatal, aseguró María Gladys.
A la primera reunión de los “autoconvocados” concurrieron unos 50 jubilados y jubiladas, pero a las siguientes, y pese al frío en algunos casos, se fueron sumando decenas de ellos. En la cuarta asamblea, que tuvo lugar en el playón de ferrocarril de Firmat, ya eran más de 350.
“La irresponsabilidad del PAMI llegó a romper más aún la salud pública. Estamos en estado caótico de la salud. También se han producido muertes en pasillos de hospitales y rutas. Eso lo sabemos”, afirmó María Gladys esa tarde. “Una persona en terapia no llega los 70 km que separan Firmat de Venado Tuerto”, sostuvo.
El próximo viernes, dos días antes de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) que se celebrarán en todo el país, y en las cuales están habilitados para votar ocho millones de adultos mayores, según datos de la Confederación de Jubilados, Retirados, Pensionados y Adultos Mayores del País, los jubilados autoconvocados de Firmat se reunirán por quinta vez. En esta ocasión el encuentro será a las 14.30 bajo el arco de la ciudad.
“Me siento muy mal pero tengo esperanza. Si hay algo que me quedó de esta larga vida es que nosotros no sabremos mucho, pero sabemos muy bien lo que el pueblo argentino no quiere”, sostuvo “Tina”.
Las PASO son la antesala de las elecciones legislativas previstas para el 22 de octubre. Los santafecinos renovarán nueve escaños en la Cámara de Diputados, pero también elegirán a los candidatos definitivos de 12 intendencias, a la mitad de los concejos deliberantes de 55 ciudades y a las comisiones de las más de 300 comunas de la provincia.
“Después de tanta batalla de vida, seguimos dando batallas en la vejez”, advirtió “Tina” que no se dará por vencida como muchos de los adultos mayores que están padeciendo los recortes del macrismo en su derecho a la salud.
