Por Héctor Bernardo
Theresa May, actual primera ministra británica y líder del Partido Conservador, se impuso en las elecciones realizadas este jueves en el Reino Unido con el 42,4% de los votos, lo que representó un mínimo margen sobre su rival, el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn (quien obtuvo el 40%) y un retroceso en la cantidad de parlamentarios conservadores.
May había decidido adelantar las elecciones con el fin de aumentar su poder en el Parlamento y así negociar a su medida la salida de la Unión Europea (el Bexit). Sin embargo, el resultado fue totalmente opuesto a sus pretensiones. Ahora tendrá que buscar alianzas para conformar Gobierno.
Los resultado finales indican que, del total de parlamentarios, los conservadores lograron 319 (en un claro retroceso, ya que contaban con 330), el Partido Laborista obtuvo 261 (un aumento de 29 parlamentarios), el Partido Nacional Escocés 34 y el Partido Liberal Demócrata 14.
Estos resultados que echaron por tierra la intención de la primera ministra de consolidar su poder llevaron a que Corbyn pidiera su renuncia. El líder laborista aseguró que May “perdió escaños conservadores, perdió votos, perdió respaldo y perdió confianza. Yo diría que es suficiente para marcharse”.
Corbyn llevó como programa de campaña la propuesta de frenar los recortes, eliminar las políticas racistas y xenófobas, nacionalizar el correo y el ferrocarril, recortar los aranceles que pagan los alumnos en la Universidad, la construcción y distribución de viviendas sociales, subir el salario mínimo, incentivar la economía creando un Banco de inversión, suspender la venta de armas a Arabia Saudita y reconocer el Estado Palestino.
Un dato que no es menor es que Corbyn se había mostrado abierto al diálogo con Argentina frente a la disputa por la soberanía de Malvinas. En 2013 respaldo la declaración que reclamaba que los Gobiernos del Reino Unido y Argentina tuvieran conversaciones abiertas, de respeto mutuo y sin condicionamientos, para buscar una solución pacífica a la disputa por la soberanía de las islas. En aquel momento, el líder laborista participó de la convocatoria realizada por la entonces embajadora argentina en Londres, Alicia Castro, para fomentar las conversaciones entre los dos Gobiernos y apoyó el documento en el que se criticaba la creciente militarización de las islas Malvinas por parte del Reino Unido.
Corbyn tomó un gran impulso en el último tiempo y a menos de una semana de las elecciones muchas encuestas daban un empate técnico entre los dos principales candidatos. Sin embargo, el sábado previo a las elecciones, los ciudadanos de Londres y Manchester fueron víctimas de una serie de atentados terroristas. La sensación de inseguridad, miedo y desprotección causada por esos hechos puede haber ayudado a inclinar la balanza hacia la líder conservadora.
Llama la atención que, a principios de este año, cuando se iba a realizar la primera vuelta en Francia, y el líder progresista Jean-Luc Mélenchon disputaba voto a voto la posibilidad de llegar a una segunda vuelta, se produjo un atentado terrorista en París que inclinó la balanza de los votos hacia las opciones más conservadoras y reaccionarias, como la de Emmanuel Macron y Marine Le Pen.