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Elecciones legislativas en Cuba: un proceso invisibilizado

Ocho millones de cubanas y cubanos están habilitados para acudir a las urnas, ejercer su derecho al voto y renovar 470 cargos de la Asamblea Nacional. La derecha apuesta a que el nivel de participación sea bajo, para poder construir la narrativa que le permita descalificar las elecciones.

El domingo 26 de marzo, los cubanos y cubanas participarán del proceso electoral para renovar cargos de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), máximo órgano legislativo del país.

Ocho millones de cubanos y cubanas están habilitados para ejercer su derecho al voto y elegir a 470 diputados y diputadas que integrarán la ANPP los próximos cinco años.

Para esta votación se habilitaron 23.648 colegios electorales en todo el país. Cabe recordar que en Cuba el voto no es obligatorio y que el requisito para votar es ser mayor de 16 años y residir en el país. El voto es secreto y las urnas, a diferencia de otros países, no son custodiadas por militares sino por estudiantes con su uniforme escolar.

Según el portal del canal Telesur, tras ejercer su voto, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, afirmó que la Asamblea Nacional debe cambiar su sistema de trabajo para facilitar el intercambio con las personas y avanzar en la agenda legislativa. También expresó su confianza en que el pueblo cubano está defendiendo el futuro, la patria y la unidad de la Revolución con su voto consciente y optimista.

En el mismo acto, según destacó la agencia de noticias Prensa Latina, el mandatario aseguró que «con un voto unido, estamos defendiendo la unidad del país y la construcción socialista, estamos haciendo también un acto de dignidad con Fidel y con Raúl Castro».

El proceso electoral cubano se lleva adelante en medio de una marcada crisis económica provocada por el aumento y la profundización de las medidas que componen el bloqueo ilegal y arbitrario que Estados Unidos mantiene de manera unilateral contra la isla, lo que ha provocado un marcado aumento de la migración en los últimos años.

En ese marco, frente al proceso electoral cubano, los medios de la derecha internacional han tomado dos estrategias: algunos han optado por invisibilizarlo, otros, por descalificarlo.

Claros ejemplos de quienes han tomado esta segunda vía son el diario La Nación y portal TN de Argentina.

La Nación decidió hablar del proceso cubano como «un nuevo simulacro electoral», y TN tituló, antes de que la votación se realice, que «En un virtual plebiscito, Cuba renueva el Parlamento en elecciones marcadas por la sombra del abstencionismo», y remarcaba que esperaba que participe el 60 % de los habilitados para votar. Es llamativa la preocupación por este dato premonitorio, dato que TN nunca pareció preocuparse cuando se elegían candidatos de derecha como Sebastián Piñera en Chile o Iván Duque en Colombia, en procesos electorales donde participaba apenas en 50 % de los habilitados para ejercer el voto

También cabe recordar que La Nación y Clarín fueron cómplices de la dictadura que asoló Argentina entre 1976 y 1983 y que dejó 30.000 desaparecidos. Gracias a esa complicidad, estos medios, en especial Clarín, se transformaron en el imperio mediático que son en la actualidad.


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