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Abdel Wahed: «El sionismo, además de racista, es colonialista y expansionista»

El 1° de julio de 2020 puede transformarse en una fecha clave, un nuevo día negro para Medio Oriente. Los gobiernos de Donald Trump y Benjamín Netanyahu determinaron que ese día comenzara la aplicación del mal llamado «Acuerdo del siglo» (anunciado el 28 de enero). El supuesto «acuerdo» no es otra cosa que una decisión unilateral de los gobiernos de Estados Unidos e Israel sobre los territorios palestinos ocupados. En él se plantea que desde el 1° de julio Israel podrá comenzar con la anexión del Valle del Jordán y el norte del Mar Muerto (territorios palestinos), a la vez que se reconoce Jerusalén como de Israel. La decisión recibió un gran rechazo de la comunidad internacional.

Para entender la difícil situación en esa región y saber cuáles pueden ser las consecuencias de la aplicación del supuesto acuerdo, Contexto charló con el embajador del Estado de Palestina en Argentina, Husni Abdel Wahe.

¿Qué implica el supuesto «Acuerdo del siglo»?
Lo primero que hay que decir es que al ser unilateral no es un acuerdo, es una decisión de una de las partes. Recordemos que esta situación en un principio era llamada «conflicto árabe-israelí», luego se lo minimizó a un «conflicto palestino-israelí», y ahora se lo aborda como si fuera un «problema interno israelí».

El 28 de enero de este año, Donald Trump anunció que iba a dar a conocer lo que él llamó «Deal of the century» (cuya traducción literal no es «Acuerdo del siglo», sino «Transacción del siglo», y es lógico, porque para Trump, en su mentalidad de comerciante, todo es una transacción). En aquel momento el presidente de Estados Unidos invitó al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y al líder de la oposición israelí, Benny Gantz. Así trató este tema, como un problema interno de la política israelí.

Trump dijo que era un plan para la paz entre palestinos e israelíes. Pero lo abordó entre el oficialismo y la oposición israelí. Algo que se sostiene hasta el día de hoy, dado que el embajador norteamericano en Israel, David Friedman, es el que hace de intermediario entre los componentes del mismo gobierno israelí para acelerar el proceso de anexión de los territorios palestinos ocupados.

¿Esta decisión de Estados Unidos busca legitimar la anexión israelí de territorios palestinos?
El tema de la anexión se viene planteando desde el primer día que Israel ocupó territorios palestinos y árabes en la llamada Guerra de los seis días, en 1967, haciendo honor a la esencia del movimiento que gobierna Israel, porque el sionismo, además de racista, es colonialista y expansionista.

En 1947, la Resolución 181 de Naciones Unidas determinó la partición de Palestina y se le destinó al Estado judío el 55% del territorio palestino; a los pocos meses, cuando se retiraron las tropas británicas y les otorgan sus posiciones al movimiento sionista, este ocupó el 78% del territorio (23% más de lo que se le había destinado en la Resolución 181). Este ha sido el patrón de comportamiento de los distintos gobiernos israelíes.

La anexión está penalizada en el derecho internacional, en las convenciones, tratados, protocolos, acuerdos y hasta puede ser considerada un crimen de guerra. Israel aprovecha que el mundo está pendiente de la pandemia y preocupado por el futuro de la humanidad para implementar sus políticas colonialistas. Además, cuenta con el apoyo incondicional de Estados Unidos, quien no solo lo protege, sino que lo alienta y lo guía.

«Todos pretenden quedar bien con Israel porque creen que tiene la llave del paraíso. Creen que Israel tiene la llave del Fondo Monetario Internacional, de los Fondos Buitres, etc. Entonces, creen que si quedan bien con Israel conseguirán el buen trato de estos otros. La verdad es que eso no es así. Pero muchos no lo entienden. El capital no tiene patria ni religión»

¿La aplicación de esta decisión puede marcar la política internacional en general?
Tanto en derecho como en política los precedentes son muy importantes. Cuando una acción se reitera una y otra vez, es tomada como parámetro en casos similares. La anexión de Jerusalén (territorio palestino ocupado en el año 1967, que ahora Estados Unidos reconoce como capital de Israel), la anexión de los Altos del Golán (territorio sirio ocupado que también es reconocido como territorio israelí por Estados Unidos) y ahora la intención de anexar los asentamientos del Valle del Jordán y el norte del Mar Muerto (territorio palestino ocupado también en 1967) es parte de una lógica que se repite y se puede tomar como precedente para otros casos, por ejemplo, para la situación de las islas Malvinas. Se trata del retorno a la ley de la selva. El más fuerte se come al más débil. El más fuerte impone su voluntad sobre el más débil. Esta doctrina que se basa nuevamente en el dominio colonial destruye el derecho internacional.

Si se concreta el anuncio, ¿se agravará el conflicto?
No sabemos si se va a implementar total o parcialmente este plan o si no se va a posponer. Israel suele tratar de familiarizar la conciencia de la opinión pública y de la comunidad internacional con algo que pretende hacer. Es una campaña constante. La primera vez no se implementa, entonces todos se relajan. La segunda vez que se hace el anuncio la reacción es menos contundente. Cuando se implementa definitivamente la medida no hay reacción de la comunidad internacional, que simplemente se limita a emitir una condena o un rechazo, lo cual a Israel no le preocupa en lo más mínimo.

¿Por qué la comunidad internacional no reacciona eficientemente?
La comunidad internacional ha sido muy complaciente. Todos pretenden quedar bien con Israel porque creen que tiene la llave del paraíso. Creen que Israel tiene la llave del Fondo Monetario Internacional, de los fondos buitre, etc. Entonces, creen que si quedan bien con Israel conseguirán el buen trato de estos otros. La verdad es que eso no es así. Pero muchos no lo entienden. El capital no tiene patria ni religión.

¿Cuál será el futuro de esa región y del mundo con este acuerdo?
Esta acción amenaza la estabilidad y paz de la región, es una agresión directa, no solamente contra el pueblo palestino, sino también contra los otros vecinos. La reacción del pueblo palestino ya fue anunciada, no vamos a aceptar la anexión, no importa si es parcial o total, porque estamos en contra del principio de anexión. A la larga todo esto va contra los propios intereses de Israel, porque consagra la realidad que el mundo no quiere ver: el dominio colonialista israelí sobre el pueblo palestino y la implementación de un sistema de apartheid, de segregación racial.

La humanidad no aceptó el apartheid en otros sitios, no lo aceptará aquí. Hasta el momento, por el complejo de culpabilidad que tiene hacia los judíos, occidente ha aceptado las prácticas israelíes, pero eso no podrá seguir.

¿Qué rol han cumplido los medios de comunicación en toda esta situación?
El rol de los medios es fundamental, porque lo que circula es el relato israelí. Que es «el pequeño David que se enfrenta a Goliat», «el perseguido que encontró un refugio», «el oasis de democracia en pleno desierto de dictaduras de Medio Oriente». Si en Medio Oriente hay dictaduras sería bueno preguntarse quién es el responsable de esas dictaduras y quién las sostiene. El vínculo de los grandes medios de comunicación con el proyecto colonialista del sionismo es innegable. 

Recordemos que el año pasado se aprobó la ley de Estado nación en la que se confirma que Israel es «el Estado de los judíos» y plantea que el derecho a la autodeterminación es exclusivo de los judíos. Si esto ocurriera en cualquier parte del mundo sería tildado de segregacionista y se estremecería el mundo.

El actual gobierno anunció, en su programa, la intención de anexión de los territorios palestinos y la mayoría de los gobernantes del mundo felicitaron a Netanyahu por la conformación de su gobierno (que lleva implícito su programa, claro). Israel utiliza el chantaje, con el discurso de que cualquiera que se oponga a sus políticas es antisemita.

«Israel aprovecha que el mundo está pendiente de la pandemia y preocupado por el futuro de la humanidad para implementar sus políticas colonialistas. Además, cuenta con el apoyo incondicional de Estados Unidos, quien no solo lo protege, sino que lo alienta y lo guía»

¿Cuál es el camino que le queda hoy al pueblo palestino, teniendo en cuenta toda esta descripción que usted ha hecho?
La Liga de Estados Árabes en su reunión ministerial rechazó tajantemente la intención israelí de anexar los territorios palestinos; también lo hicieron la Conferencia de Cooperación Islámica y la Unión Europea, porque con esta acción Israel está enterrando la llamada «Solución de dos Estados» (que había sido aprobada por Naciones Unidas). Esta acción de Israel es rechazada por la mayoría de los países, pero si no hay alguna medida concreta de la comunidad internacional a Israel no le afectan los rechazos ni los comunicados.

El pueblo palestino seguirá luchando y rechazando cualquier intento de anexión. Los pueblos que luchan por su independencia y su soberanía no se rinden ni se doblegan. El futuro es de los pueblos.