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En América Latina la pobreza y la desigualdad tienen rostro de mujer

A pesar de las conquistas en materia de derechos que se han logrado en los últimos años, los datos indican que, en América Latina, las mujeres siguen siendo las principales víctimas de la pobreza, la desigualdad y la violencia.  

A fines de enero de 2022, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentó un informe titulado Panorama social en América Latina 2021. La secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, señaló que los datos indican que existe una «feminización de la pobreza».

Durante la presentación del informe, Bárcena detalló que en 2020 el porcentaje de hombres que no recibían ingresos propios era del 13,4 %, y que esa cifra aumentaba al 17,1 % si se excluía a aquellos que recibían algún tipo de transferencia no contributiva del Estado, mientras que en el caso de las mujeres el porcentaje era del 25,8 %, y ese número se elevaba al 36,7 % si se excluía a quienes recibían algún tipo transferencia no contributiva del Estado.

Según el informe, esto representa que el índice de pobreza en la región durante 2020 alcanzó el 33 % y el índice de feminización de la pobreza, el 112 %.

Cuadro del informe de la Cepal

También a principios de marzo de este año, Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), señaló que «en una región plagada de desigualdades, las mujeres, una vez más, se han visto afectadas de manera desproporcionada» por los efectos de la pandemia.

«Los datos de toda la región han dejado muy claro que la covid-19 tuvo un impacto asombroso en la mortalidad materna», afirmó Etienne.

Según informó, los casos de covid entre las embarazadas superaron los 365.000 en la región en los últimos dos años, y las muertes sobrepasaron las 3.000. «Esto es una tragedia, especialmente ahora que tenemos vacunas seguras y eficaces», afirmó Etienne, que remarcó que en la región la aceptación de la vacuna anticovid entre gestantes «aún es muy baja».

«Las tasas de morbilidad y mortalidad de coronavirus entre las mujeres embarazadas son significativamente más altas en América en comparación con otras regiones, lo que indica que los beneficios de la vacunación superan con creces los riesgos», destacó Etienne.

Un estudio de la OPS sobre la mortalidad materna en ocho países de la región mostró que, de las 447 mujeres embarazadas que murieron entre el 1º de marzo de 2020 y el 29 de noviembre de 2021, el 90 % ya presentaba síntomas que ponían en peligro su vida cuando ingresaron en el hospital, el 76 % dio a luz a sus bebés de forma prematura y el 60 % de estos nació con bajo peso.

La directora de la OPS destacó que, al ser mayoría entre el personal sanitario y estar en la primera línea de la respuesta a la pandemia, las mujeres representan el 72 % de los casos de covid-19 entre los profesionales de la salud.

«En una región llena de desigualdades, las mujeres se han visto, una vez más, desproporcionadamente afectadas», remarcó.

Etienne señaló que «en América, las mujeres representan solo el 30 % de los expertos que dan forma a las estrategias nacionales contra la covid-19, sin embargo, más del 70 % de nuestros trabajadores de atención médica de primera línea son mujeres».

Según consignó la agencia Telám, en algunos países de la región, la pandemia, además de generar un perjuicio laboral a las mujeres, produjo un aumento de la violencia de género, con un aumento del 40 % en llamadas a las líneas de socorro.

A ello se suma que, según los datos del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la Cepal, en 2020 «al menos 4.091 mujeres fueron víctimas de feminicidio en 26 países (17 de América Latina y 9 del Caribe)», lo que, si bien representa una disminución de 10,6 % con respecto a 2019, cuando se reportaron 4.576 casos, sigue siendo una cifra más que alarmante.

«En América Latina, las tasas más elevadas de feminicidio se registran en Honduras (4,7 por cada 100.000 mujeres), República Dominicana (2,4 por cada 100.000 mujeres) y El Salvador (2,1 por cada 100.000 mujeres)», señala el informe, y luego remarca que «la violencia feminicida está presente durante todo el ciclo de vida de las mujeres, aunque se expresa con mayor intensidad durante las edades reproductivas».

La Cepal también recordó que «la gravedad del fenómeno ha obligado a 18 países latinoamericanos a modificar sus leyes para sancionar el feminicidio: Costa Rica (2007), Guatemala (2008), Chile y El Salvador (2010), Argentina, México y Nicaragua (2012), Bolivia (Est. Plur. de), Honduras, Panamá y Perú (2013), Ecuador, República Dominicana y Venezuela (Rep. Bol. de) (2014), Brasil y Colombia (2015), Paraguay (2016) y Uruguay (2017)».


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