Por Pablo Pellegrino
Los datos oficiales indican que en Argentina cerraron 43 empresas por día entre enero y abril de este año, y que la gran mayoría fueron pymes. La información surge del informe de seguridad social que elabora la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) en base a los datos de seguridad social del Sistema Integrado Previsional Argentino.
En los primeros cuatro meses del año fueron 5.170 las firmas que desaparecieron en medio de una crisis económica que parece haber encontrado un veranito que promete durar hasta las elecciones. A pesar de la baja en la cotización del dólar y la leve relajación de las tasas del Banco Central, el mercado interno no repunta y el golpe en los sectores productivos continúa acentuándose.
Si se analiza por tamaño el número total de firmas que desaparecieron en ese cuatrimestre, las pymes, que son mayoría, concentran el mayor número de persianas bajas. De hecho, las que contaban con un solo empleado y dejaron de existir son 5.408, es decir, más que el total de las 5.170 mencionadas antes. Eso porque, al mismo tiempo que desaparecieron las pequeñas, se incrementaron otras de mayor cantidad de personal.
En ese sentido, un reciente informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) analiza los datos de las ocho primeras categorías que clasifica la AFIP y que son aquellas que no superan los cien empleados: entre diciembre de 2015 y abril de 2019, las pymes registradas pasaron de 559.318 a 540.465 (una diferencia de 18.853 firmas entre un período y otro).
«El dato del cierre de empresas es importante, pero hay que tener en cuenta que detrás del cierre de empresas se pierden mil puestos de trabajo diarios, y ese es el fondo de la cuestión», alertó durante una entrevista en radio Caput el titular de la Asociación de Empresarios Nacionales para el Desarrollo Argentino, Leo Bilanski.
Bilanski: «detrás del cierre de empresas se pierden mil puestos de trabajo diarios, y ese es el fondo de la cuestión».
En un comunicado difundido ayer, también el Frente Productivo Nacional cuestionó la falta de respuestas por parte del gobierno. «Mientras Cambiemos se esfuerza por vender espejitos de colores con un tratado de libre comercio entre Mercosur y la Unión Europea, las cifras demuestran cómo esta gestión ha llevado al abismo a las pymes desde su asunción: los procedimientos de crisis por año aumentaron 160% en solo tres años y medio», dijeron desde la organización.
«Los motivos de este incremento son múltiples: al 3.500% de aumento en las tarifas de los servicios públicos se le suma la severa caída en las ventas por el brutal descenso en el poder adquisitivo de los trabajadores», continúa el comunicado. También destacaron que en este esquema y con una elevada tasa de interés «se vuelve utópico cualquier tipo de financiamiento para una pyme, al mismo tiempo que se incentiva el crecimiento de la timba financiera».
Los Procesos Preventivos de Crisis son un sistema que permite desarrollar una negociación entre las empresas y los trabajadores en caso de crisis que pueda redundar en despidos masivos. En el informe del CEPA destacan que si bien es una ley que data de los años noventa y que existieron los procesos preventivos durante el kirchnerismo, no hay registro de que se haya homologado ninguno porque frecuentemente se comprobaba que eran maniobras fraudulentas con el fin de obtener beneficios para disminuir sus costos laborales.
Lo que se utilizó en lugar de ese instrumento fueron los Programas de Recuperación Productiva (Repro). Estos permitían que las empresas que atravesaran una genuina crisis recibieran por parte del Estado un incentivo que consistía en cubrir parte de los salarios de la empresa, pero desde 2017 los Repro prácticamente dejaron de existir y se multiplicaron los procesos preventivos de crisis.