El Ministro de Economía, Sergio Massa, continúa con las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional para firmar un nuevo acuerdo, pero cuando resta definir los últimos puntos y en medio de la campaña electoral, el precandidato por Unión por la Patria (UP) volvió a tensar el escenario con el organismo y apuntó contra la gestión de Mauricio Macri que tomó la deuda.
Mientras participaba el lunes de la cumbre de ministros de economía del Mercosur en la provincia de Misiones, donde remarcó la necesidad de apuntalar el comercio regional en moneda local, Massa publicó un video en sus redes sociales con imágenes de una recorrida de campaña en un barrio del municipio bonaerense de San Martín.
Allí explica que la situación que vive el país con el Fondo es similar a la que vive una familia que contrae una deuda con «el prestamista del barrio», por los fuertes condicionamientos que implica. «Es como si el tío de la familia hubiese tomado una hipoteca con el prestamista del barrio. Y entonces el prestamista cuando te viene a cobrar siempre te pide algo más. Un día te pide una cosa, otro día te pide otra, eso es el Fondo», dice.
«Hace cinco años, el tío vago de la familia se fue al prestamista, tomó la hipoteca, la plata se fue de la Argentina y eso para la Argentina hoy es un problema que genera la faltante de dólares», señaló, en obvia referencia a Mauricio Macri, que en 2018 accedió al préstamo más grande de la historia del FMI en un programa que alcanzaba los 57.000 millones de dólares, pero que fue discontinuado por el Frente de Todos.
Además de encabezar la fórmula que el oficialismo apoyó en pos de evitar un escenario de elecciones internas, el ministro se encuentra abocado a renegociar los términos del acuerdo que alcanzó el año pasado su antecesor, Martín Guzmán, en el acuerdo de facilidades extendidas que brindó el organismo para el repago del fallido crédito a Macri.
Esas negociaciones, que prácticamente se daban por concluidas antes de la finalización de junio, todavía no llegaron a su fin. El pedido argentino consta de dos elementos principales para, al menos, los próximos seis meses: una reevaluación de las metas fiscales y de acumulación de reservas acordadas en 2022, producto del enorme impacto que tuvo en ambos aspectos la histórica sequía que sufrió el sector agroexportador y el impacto remanente de la escalada de precios internacionales producto de la guerra en Ucrania, por un lado. Por otra parte, la crítica situación financiera causada por esos mismos fenómenos tienen su correlato en la inflación y el mercado cambiario, por eso es que el país pide que se adelanten los desembolsos que restan para todo 2023. Hay además otro factor clave, que es la inestabilidad que pueda producirse en el marco del proceso electoral que comenzará en agosto en Argentina con las PASO.
Mientras tanto, la presión vuelve a estar del lado de Argentina: esta semana tiene que afrontar, nuevamente, un vencimiento importante de alrededor de 2.300 millones de dólares entre organismos y acreedores privados, a una semana de haber pagado otros 2.700 millones de dólares al Fondo.
