Científicas y científicos argentinos, en tan solo 45 días, desarrollaron «COVIDAR- IgG», un test serológico que permite determinar a partir de muestras sanguíneas o suero si una persona tiene anticuerpos contra el COVID-19. «Es una muestra de soberanía sanitaria», consideró el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la nación, Roberto Salvarezza.
En el marco de las acciones por la emergencia sanitaria que llevan adelante el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT), el CONICET y la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación con la Unidad Coronavirus COVID-19, investigadores e investigadoras del Instituto Leloir (FIL) y el CONICET alcanzaron un avance que ubica a la Argentina en uno de los siete países que logró producir este test (se suma a USA, China, Suiza, Alemania, Singapur y Corea del Sur).
Según se detalló oficialmente, el nuevo test fue validado en 5.000 pruebas y ya tuvo la aprobación de ANMAT. Detecta en sangre y suero anticuerpos que el sistema inmune produce para el COVID-19. Si este resultado da positivo, «significa que la persona testeada estuvo cursando la infección o lo está haciendo».
«Que Argentina pueda realizar sus propios test es una muestra de soberanía sanitaria, de soberanía científico tecnológica y un ejemplo de la capacidad que tienen los científicos de nuestro país, que, en 45 días, pudieron desarrollar un producto 100% nacional. Esta situación pone de relieve que con buenas políticas es posible hacer foco, articular y estructurar el sistema de ciencia en torno a la resolución o a la atención de problemas que puede tener nuestro país», afirmó Salvarezza.
«El desarrollo de este kit diagnóstico es un orgullo para todos los investigadores y todas las investigadoras de la Argentina, y para el CONICET en particular. En muy poco tiempo y con un gran esfuerzo, Gamarnik y su equipo desarrollaron ‘COVIDAR IgG’, lo que demuestra una vez más la capacidad y la excelencia de la comunidad científica argentina», opinó en tanto Ana Franchi, directora del CONICET.
La jefa del Laboratorio de Virología Molecular de la FIL e investigadora del CONICET, y una de las líderes del proyecto, Andrea Gamarnik, explicó que «hasta ahora se realizaron cerca de 5000 determinaciones en distintos centros de salud con excelentes resultados. Están dadas las condiciones para ofrecer de inmediato una producción de 10.000 determinaciones por semana que podría escalarse a medio millón en el término de un mes».
El test es 100% de producción local, por lo que tiene un costo menor a los importados. «Traer los kits serológicos del exterior a nuestro país también tiene un costo adicional. Nuestro objetivo es producir miles de placas y ponerlas al servicio de las autoridades de Salud sin un fin comercial», explicó al respecto Diego Álvarez, quien también participa del proyecto y se desempeña como investigador del CONICET en la Universidad Nacional de San Martín.
Tras este logro, Gamarnik celebró la inversión y capacidad en la investigación argentina. «Lo que se pone de manifiesto en este estado de emergencia es el capital humano que tiene el CONICET, científicos capacitados para resolver problemas. En nuestro laboratorio nunca desarrollamos ensayos serológicos ni trabajamos en coronavirus ni en virus respiratorios. Sin embargo, tenemos una formación que nos permite abordar problemas de virología y resolverlos. Tenemos criterio y experiencia, algo que no se compra de un día para otro, lleva muchos años de formación. Este es el fruto de la inversión del CONICET para generar recursos humanos», destacó.
«Con la conformación de la Unidad Coronavirus COVID-19 estamos poniendo a disposición todas las capacidades de desarrollo de proyectos tecnológicos, recursos humanos, infraestructura y equipamiento que puedan ser requeridas para realizar tareas de diagnóstico e investigación sobre Coronavirus COVID-19», finalizó Salvarezza.
Desde la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación detallaron a Contexto que se están destinando 25 millones de pesos para proyectos de investigación en el marco de la emergencia sanitaria. Uno de ellos es el llevado a cabo por el equipo de Gamarnik. Los otros tres corresponden a kits de detención: el primero a partir de una enzima asociada a una nanopartícula que busca lograr una respuesta visual en una tira reactiva portable; el segundo busca desarrollar un sistema «rápido, ultrasensible y portátil» para la detección del virus, y el tercero es un test de base molecular.
«Estos resultados confirman que el apoyo a la ciencia y la tecnología no son un gasto sino una excelente inversión», manifestó el presidente de la Agencia, Fernando Peirano. «Ser un país que apuesta y defiende a su sistema de ciencia y tecnología otorga un plus al momento de enfrentar la pandemia», agregó en diálogo con Contexto.
«En momentos así, desde las políticas de promoción en ciencia y tecnología debemos orientar las capacidades científicas y tecnológicas hacia soluciones oportunas», consideró.