Por Gabriela Calotti
Con el propósito de aunar esfuerzos y compartir información para avanzar en la inscripción de los espacios culturales platenses en el Registro Municipal de Espacios Culturales Alternativos, representantes de unos cuarenta espacios culturales de la ciudad analizaron el miércoles la reglamentación de la Ordenanza 11.301 que el Concejo Deliberante sancionó el año pasado meses antes del cambio de gobierno.
“La idea de este encuentro es analizar esta Ordenanza, saber qué implica estar en el registro para acercarle al municipio consultas colectivas y que el municipio se comprometa a acompañarnos” pues hasta el momento “los compromisos fueron de palabra”, sostuvo Gisela Nomdedeu, integrante del espacio En eso estamos.
Del encuentro participaron espacios culturales que forman parte de las tres coordinadoras que hasta el momento funcionan en La Plata, como RECA (Ronda de Espacios Culturales Autogestivos), la Red de Centros Culturales y la Unión de Centros Culturales Alternativos y Artistas de La Plata (UCECCA), con el objetivo de desglosar los términos de aplicación de la Ordenanza 11.301, sancionada el 23 de septiembre de 2015, impulsada entre otros por la concejala Florencia Saintout, del bloque FpV Nacional y Popular.
“El Estado tiene que seguir estando presente para que podamos seguir adelante con nuestros espacios” y “por eso los reclamos los tenemos que hacer colectivamente”, sostuvo Sofía Urosevich, del conocido espacio “Olga Vázquez”, luego de que se repartieran copias de la Ordenanza y del proyecto de Reglamentación de la misma entre los participantes.
Los impulsores de la reunión, integrantes de la Mesa de Articulación con el Municipio que, desde diciembre de 2015 está en manos de Cambiemos, subrayaron que una primera etapa de preinscripción en el Registro concluye el 6 de agosto próximo. Recordaron que esa etapa comenzó el 6 de junio pero hicieron hincapié en que “no hubo mucha difusión desde el municipio y mucha gente no se enteró”. De allí el objetivo de este encuentro celebrado en una casona de calle 8.
En principio, los espacios culturales alternativos tienen plazo hasta agosto de 2017, si no es que logran extender ese periodo, para obtener la habilitación municipal y los subsidios prometidos en la Ordenanza.
Entre todos, algunos con más experiencia o años de lucha en estos menesteres que otros, fueron marcando y debatiendo los “grises” de la reglamentación, que en algunos aspectos demandará un costo importante a los espacios culturales para adecuarse en materia de medidas de seguridad, reformas edilicias, si tuvieran que hacerlas y presentación de planos, entre otros.
“Registrarnos en bloque es importante, justamente para que no se corten las actividades y hacerlo en bloque es importantísimo porque también lo vemos como una forma de solidaridad”, sostuvo uno de los participantes al referirse a los espacios más pequeños que no tienen los fondos suficientes para hacer frente a toda la lista de requisitos.
Entre las exigencias para la preinscripción e inscripción posterior figuran: DNI de los integrantes de la Asociación Civil (presidente, secretario y tesorero) aunque ésta no esté ni siquiera iniciada legalmente; un contrato de alquiler o de comodato que certifique que pueden utilizar ese espacio que puede ser una casa particular y no necesariamente un local comercial; un proyecto de planificación anual; una planilla con la declaración de bienes o inventario; algo que certifique la antigüedad del espacio previo a la Ordenanza; un seguro de responsabilidad civil y un servicio de ambulancia.
“La Ordenanza puede ser un arma de doble filo si no nos registramos. Porque si al cabo de 12 meses no te registraste, te clausuran y te multan”, advirtió Laura del colectivo de derechos humanos Aguafuerte. “Es como no tener el DNI para votar”, ilustró.
El artículo 2 de la Ordenanza considera Espacios Culturales Alternativos a los espacios no convencionales, experimentales o multifuncionales donde se realice la producción, formación, investigación y promoción del arte y la cultura en sus diversas manifestaciones: artes escénicas (danza y teatro), música, artes plásticas, literatura, medios audiovisuales, exhibiciones de artes visuales, proyecciones multimedia, charlas, conferencias, educación formal y no formal, otras expresiones culturales y cualquier actividad de carácter formativa relacionada con todas las manifestaciones tangibles e intangibles del arte y la cultura.
Aunque en teoría el Municipio debe respaldar la creación y desarrollo de estos espacios culturales alternativos varios de los participantes expusieron cierto temor a que esa premisa sea una realidad con las actuales autoridades.
“¿Si no le pagan a los cooperativistas, nos pagarán a nosotros los subsidios?”, se preguntó otro de los asistentes al encuentro al referirse a lo estipulado por la Ordenanza en relación a los subsidios que cada espacio cultural recibirá en función de sus actividades, calculados en base a los sueldos de las diferentes categorías municipales.
“La cultura no es una institución. Por eso tenemos que saber también qué pasará con los espacios culturales que lleguen después que nosotros. ¿Se podrán inscribir? ¿Qué va a pasar?”, insistió otro de los asistentes.
Los presentes, entre quienes también estaban integrantes de “La Grieta”, “Calle 1”, “El escudo”, “Pecera contracultural”, “Multiespacio 46” y “Escuela Nova”, coincidieron en ese sentido en que “la cultura es un derecho humano esencial” y como tal “está por encima de una Ordenanza municipal”.