Tras una primera quincena del mes que convocó a medio millón de personas en la Plaza de Mayo en repudio al dictamen que benefició a genocidas con el 2×1, y una noche memorable en La Plata con la presidenta destituida de Brasil Dilma Rousseff recibiendo el premio Rodolfo Walsh en compañía de Hebe de Bonafini, la Universidad Nacional de La Plata organizó la charla “Abuelas: 40 años”, en el marco del “Mes de la Memoria”, con la presencia ni más ni menos que de la propia presidenta de la organización, Estela de Carlotto.
Tras la apertura musical del grupo Camiones, la exponente de Abuelas de Plaza de Mayo disertó en el salón principal de la Biblioteca Pública de la UNLP junto a la periodista y referente de la organización H.I.J.O.S., Lucía García Itzigsohn, repasando el pasado y presente de la lucha iniciada hace cuatro décadas por los familiares de víctimas del terrorismo de Estado, hoy en pleno escenario de disputa frente al avance de la derecha argentina, encolumnada detrás del Gobierno de Cambiemos. Acompañaron la conferencia Ana Barletta y Verónica Cruz, vicepresidenta y titular de Derechos Humanos de la UNLP, respectivamente.
“Cuarenta años después, tenemos que estar explicando que sí fueron 30 mil. Todo porque a un señor se le ocurrió decir ‘Son menos, mienten’. Pero lo que es peor que juzgarnos como mentirosas es que dijo que entre gallos y medianoches nosotras habíamos buscado recursos y subsidios. Que esto era para cobrar plata”, expresó Carlotto al iniciar su disertación en referencia, de manera ineludible, a la seguidilla de expresiones infortunadas que el Gobierno expresó respecto de la lucha por los derechos humanos, casi desde iniciada su gestión. “Y pensar que en el transcurso de estos cuarenta años nos han ofrecido tantas ofertas impúdicas. De venir a decirnos ‘si ustedes conceden el perdón, nosotros sabemos dónde están y se lo podemos decir, pero sólo si ustedes conceden’. Esa propuesta indecente tuvo su respuesta: jamás vamos a negociar la sangre de nuestros hijos”, manifestó la referente de Abuelas.
Entre los presentes se distinguió a Herenia Sánchez Viamonte, también Madre y figura local, y a la decana de la Facultad de Trabajo Social de la UNLP, María Alejandra Wagner, además de decenas de estudiantes universitarios y escolares. “Para nosotros, hijas e hijos, la lucha de las Madres representó la posibilidad de tener un identidad, de tener una historia. Hoy muchos de nosotros mismos somos madres y padres, por eso, saber que las Madres y Abuelas siguen luchando es invalorable y se lo voy a agradecer eternamente”, expresó Lucía García Itzigsohn, quien aprovechó la oportunidad para recordar la memoria de Miguel Bru, joven estudiante de periodismo desaparecido en La Plata en el año 1993. Además, mencionó el brutal intento de asesinato sufrido este fin de semana por la referente de la asociación OTRANS, Claudia Vásquez Haro, como parte de los diferentes signos de persecución y hostigamiento a la militancia y participación política, recrudecidos en el último año y medio.
“Argentina es un ejemplo para el mundo. Todos los Gobiernos constitucionales, desde 1983 a ahora, han sido cien por ciento proclives a esto. Pero no fue fácil llevar adelante esa lucha”, dijo Estela de Carlotto, tras hacer mención a los primeros juicios a las Juntas, las leyes de Punto Final y Obediencia Debida y los indultos del menemismo. “Y luego llegó un desconocido del sur, con un apellido muy difícil de pronunciar. Y nos asombró. Nos recibió a todos los organismos de derechos humanos, nos escuchó y nos dijo: ‘Todo lo que nos pidieron hay que hacerlo, pero si no empezamos por la justicia, lo demás no sale’”.
Sin dudas, más allá de sentidos recuerdos de las primeras reuniones de las Madres, su relación con los distintos Gobiernos desde el retorno de la democracia y un anecdotario de su construcción como colectivo militante, Carlotto no pudo evitar ahondar con dureza sobre el escenario crítico que se desarrolló en los últimos meses en materia de derechos y, de manera fundamental, en lo concerniente a los juicios por delitos de lesa humanidad. “El delito de lesa humanidad es único, intocable, tremendo. Naciones Unidas le está diciendo a nuestro país el carácter que esos delitos representan a nivel internacional. Y con toda desfachatez dicen: ‘No, acá decidimos nosotros, ustedes afuera’. Lo que está pasando es una vergüenza para lo que hemos vivido y pasado durante años”.
En esta línea, lanzó fuertes críticas contra el presidente Mauricio Macri, a quien acusó de no haberlas recibido nunca, salvo por un mero oportunismo por la llegada a la Argentina del mandatario francés François Hollande. “En su campaña, él mismo dijo que somos un ‘curro’, como si fuéramos delincuentes. Cuando nos recibió fue sólo porque Hollande vino a la Argentina y quería realizar un acto con nosotras. Cuando llegué a ese evento y lo vi me descompuse”, dijo Carlotto, y añadió: “Verlo ahí con su mirada fría. Cuando intercambiamos algunas palabras sobre por qué no nos recibía, me contestó: ‘¿Cómo la vamos a recibir si usted apoyó a Aníbal Ibarra cuando pasó lo de Cromañón?’. Y nunca más volvimos a vernos”.
Asimismo, Carlotto concluyó con un guiño, incluso, a las elecciones legislativas de este año: “No queremos revancha, queremos memoria, verdad y justicia. Hay que seguir pensando qué más hay que hacer, por eso pensemos en octubre. Y entonces sí, quizás, vamos a tener la seguridad del Nunca Más”.