Por Daiana Giménez
El sábado, Enrique Aurelli, dirigente de La Cámpora y fundador de H.I.J.O.S., se vio ante una situación lamentable en San Telmo. Su hijo de un año y medio, dando los primeros pasos en la vereda de su negocio, recibió un rodillazo de un hombre de unos sesenta años, que sin pedir disculpas ni asistir al chico se metió a un comercio escapando de la situación.
Aurelli ayudó a su hijo junto con su mujer y cuando el agresor salió de la tienda le pidió explicaciones por lo sucedido. “¿En calidad de qué me hablas?”, preguntó entonces el hombre.
“En ese momento me doy vuelta y por atrás viene con un arma gritándome ‘ahora vas a conocer a un loco’, y ahí es cuando me pega en la cabeza haciéndome un tajo”, relató el militante de La Cámpora en diálogo con Contexto.
Los vecinos y transeúntes asistieron a Aurelli y le pidieron al hombre que se retire sacandole fotos previamente. Con las imágenes y charlas con los comerciantes descubrieron que el agresor en cuestión era un ex oficial de la Policía Federal Argentina.
Se trata de Gustavo Andrade, un ex efectivo que horas después de lo sucedido borró su cuenta de Facebook y su blog en el que compartía su simpatía por el nazismo y por las guerras, dejando otros dedicados al modalismo donde precisamente lo bélico es su principal temática.
“No creo en las casualidades. Sinceramente con todas las subas de las situaciones conflictivas con toda la militancia en todo el país no creo que sea gratuito”, dijo Andrade, quien sostiene que también hay responsabilidad de “las autoridades de la Ciudad y de la Nación de este tipo de reacciones”.
Recordemos que durante 2016, cuando desde Cambiemos se hablaba de sacar “la grasa de la militancia”, hubo una serie de hechos de violencia a militantes de diferentes espacios. Cabe mencionar por ejemplo el ataque a balazos en marzo del año pasado a militantes de Nuevo Encuentro mientras inauguraban un local en Villa Crespo. También en La Plata Gustavo Docters, militante peronista e hijo de Walter Docters, preso político durante los siete años de la dictadura, recibió un mensaje intimidatorio de la Juventud Nacionalista.
Para Aurelli, la forma “deshumanizada” de Andrade de golpear a un bebé habla de que “la persona no está bien” o que a hombres como a él los mandan a hacer estas prácticas “para generar situaciones conflictivas con los militantes”.
La agresión, que causó un gran repudio dentro del arco político fue denunciada en la Comisaría N° 2 de San Telmo y derivada a la Fiscalía N° 7 de la Ciudad.