Por Juan Artero
El cine de la ciudad de La Plata está en movimiento y alerta. En un contexto de retroceso de políticas públicas pensadas para el sector, las posibilidades de los realizadores de acceder a financiamientos estatales que les permitan producir parte de sus películas se ve limitada por la voluntad del gobierno de coartar el incentivo a la industria nacional del cine.
Parafraseando a un gran artista local, quien puso un ejemplo similar con la música, para el gobierno la cultura es que una sola película sea vista por miles y no que miles hagan sus propias películas. La industria, la renta y el espectáculo se ponderan por sobre la posibilidad no solo de realizar, sino de discutir, crear, formarse, trabajar y también hacer circular las películas nacionales.
Estos y otros temas fueron abordados en la entrevista pública a cineastas platenses en el marco del 12º Festival de Cine Latinoamericano de La Plata (FESAALP), en la que participaron Diego Galliani (realizador del documental Bosque profundo), Igor Galuk (Movimiento Audiovisual Platense), Hernán Biasotti (director de En busca del muñeco perdido), Irene Franco (directora del cortometraje Profundidad) y Natalia Dagatti (directora de Las olas). La conversación fue moderada por Federico Ambrosis, organizador del festival.
Los realizadores locales contaron sus múltiples experiencias a la hora de producir una película. El trabajo cooperativo, el crowfunding (financiación colectiva), el acceso a subsidios estatales, el canje y la autogestión, entre otras formas para contar con los recursos que se precisan para hacer un film.
Plantearon también que los subsidios del INCAA dictaminados en los últimos concursos no fueron otorgados, por lo que muchas películas no se realizan, y otras fueron canceladas ante la incertidumbre generada en productores asociados.
Nuevos cambios en las condiciones de estos créditos movilizaron a los cineastas este jueves 28 de septiembre a las puertas del Instituto para exigir la conformación y puesta en funcionamiento del Nuevo Consejo Asesor, exigir el cumplimiento de la cuota de pantalla de cine nacional, y particularmente manifestarse en contra de las políticas que limitan la producción independiente en beneficio de las grandes productoras, corporaciones del entretenimiento. La política cultural acompaña los movimientos del capital y deja afuera lentamente, disolviendo la discusión, a los pequeños productores y trabajadores de la industria del cine.
También se planteó el reclamo por una ley provincial de cine, un reclamo necesario que supo también organizar a los cineastas de Córdoba, y el estímulo local a la producción contemplado en las legislaciones vigentes pero no puesto en práctica. La organización del sector, la posibilidad de vincularse con espacios alternativos, y sobre todo la experiencia del Pantallazo (movilización histórica del cine local con proyecciones en diversos puntos de la ciudad) fueron otros de los ejes puestos en común.
Los cineastas remarcaron la necesidad de la organización y de la lucha por los derechos conseguidos, en pos del desarrollo de una industria nacional de cine, que brinde trabajo a los egresados de las Universidades públicas y permita crear películas que den cuenta de la historia, la política y los debates contemporáneos.
Mientras tanto, el FESAALP continúa, año tras año, dando pantalla a cientos de producciones nacionales y latinoamericanas y brindando espacios como esta entrevista pública, para dar cuenta de que el cine no es solo un producto del entretenimiento, que miles de jóvenes se forman en la Universidad de La Plata como realizadores audiovisuales, y que todos los trabajadores vinculados a la industria audiovisual resisten los intentos de las políticas que promueven el silencio filmando y haciendo cine.