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Fuerte repudio a las declaraciones de Milei contra la educación obligatoria y gratuita

El candidato presidencial de la ultraderecha había propuesto aplicar un sistema de vouchers para que los padres manden a sus hijos a las escuelas, que competirían entre sí de acuerdo con las reglas de oferta y demanda del mercado.

«Milei tiene un deseo de impactar y llamar la atención y un deseo disruptivo de presentarse como distinto en la política», dijo Alberto Sileoni, director general de Cultura y Educación bonaerense. «Y fundamentalmente, un deseo de eliminar el Estado, que es el resguardo de los más sencillos. Sin Estado, sería una sociedad de lobos. Pareciera que no mide las palabras cuando dice lo que dice», remarcó.

El funcionario del Gobierno de la provincia de Buenos Aires añadió que esa propuesta es «regresiva» y ya se implementó sin éxito durante la década del noventa en Chile. «Carga con una tradición extraordinariamente potente de la Argentina en términos de educación pública, que tiene doscientos años» y que «está destinada a todos, es universal pero sobre todo para los que menos tienen». Además, en diálogo con la TV Pública dijo que es «injusta» porque «crearía una sociedad de desiguales». 

Por su parte, el ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk, también se refirió a la educación como derecho y a la larga historia de educación pública que tiene el país. «Creemos que la educación es un derecho y como tal requiere financiamiento del Estado. Desde 1884, la Constitución plantea que la educación primaria es gratuita y obligatoria. Milei cree en la educación como un mercado», declaró a Télam.

En tanto, Sonia Alesso, secretaria general de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA), subrayó que «lo que propone Milei es un sistema de exclusiones de los sectores populares». Su par de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), Angélica Graciano, dijo que el modelo de Milei para la educación «empieza con la ley de la oferta y la demanda y va contra cualquier tradición, incluso de los liberales más ilustrados que propugnaron al Estado como garante de la educación igualitaria».

En declaraciones radiales, Milei lanzó sin mayores precisiones que «lo que tenés que hacer es repartir vouchers. Nadie se va a quedar sin educación si repartís vouchers». 

La pedagoga Adriana Puiggrós le refutó: «Lo que está proponiendo Milei es que lo regule el mercado, mediante la oferta y la demanda; esto inhabilita la responsabilidad del Estado y los acuerdos sociales que son indispensables para convivir, los acuerdos sobre cómo educar a las generaciones para el futuro».

«Por ejemplo, las escuelas deben enseñar la Constitución y las leyes, pero Milei considera que esto ataca la libertad; con lo cual la idea de que con los vouchers cada familia pueda elegir cualquier escuela y que cada escuela pueda enseñar lo que decida —esa es la idea de libertad de Milei— implica que no solamente habría un retiro del Estado en la planificación educativa, sino que también afectaría a las escuelas privadas, en la medida en que las decisiones no serían tomadas por conducciones pedagógicas sino por la ley de oferta y de demanda del mercado», añadió la especialista a Página/12.

Milei había cargado contra el sistema educativo argentino. «El sistema de la obligación no funciona», dijo, y continuó: «Si querés estudiar, vas a tener un voucher y vas a poder estudiar, cambia el sistema, el tema de la obligatoriedad es querer controlar a los seres humanos e imponer tu patrón moral. El que quiera estudiar, estudia, pero obligar no me gusta». Y como propuesta deslizó que «la competencia entre escuelas elevaría la calidad del sistema educativo».

En este punto Puiggrós también lo rebatió: «La competencia entre escuelas no produce un mejoramiento de la educación para el conjunto de la sociedad, sino una mayor concentración de la inversión educativa en los sectores más pudientes. Las escuelas no mejorarían sino que, tal como está ocurriendo en la sociedad neoliberal, habría una mayor concentración de la riqueza material y también de las posibilidades de adquirir la cultura en los sectores más ricos», concluyó.