Los organismos e instituciones que miden el crecimiento de la economía a nivel mundial anunciaron que, en gran parte debido a la pandemia, la mayoría de los países decrecieron y en ellos se produjo un marcado aumento de la pobreza y la desigualdad. Pero hubo una clara excepción: China.
El jueves 25 de febrero, el gobierno de China anunció que, como se lo había propuesto en sus planes quinquenales, logró eliminar la pobreza extrema en todo su territorio. Según afirmó, durante los últimos ocho años el gigante asiático logró sacar de la indigencia a 98 millones de personas, lo que representa un promedio de 12 millones de personas por año que salían de esa situación extrema.
Para comprender cómo ha sido posible este gran logro político y social, Contexto dialogó con Gustavo Girado, director de la carrera de posgrado de la Especialización en Estudios en China Contemporánea de la Universidad Nacional de Lanús (UNL).
¿Cómo fue posible que, a pesar del marco generado por la pandemia, en el que en la mayoría de los países del mundo creció la pobreza y el desempleo y se acentuó la desigualdad, China haya podido anunciar que logró la erradicación de la pobreza extrema?
El trabajo de China para convertir el crecimiento en desarrollo, prácticamente desde la muerte de Mao, en 1976, tiene muchos hitos y no se puede considerar un proceso que tiene tal dinámica como un efecto particular que responde a una medida política. El Politburó (Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China) tiene un objetivo muy claro, y es que no se repita otro Tiananmen, como en 1989, y para eso debe hacer mucho trabajo para homogeneizar el virtuoso círculo de crecimiento que sigue la economía china. China logró convertir el crecimiento en desarrollo, y lo hizo de forma extraordinaria, sin antecedentes, por lo menos con un registro estadístico que en occidente lo replique ni siquiera mínimamente.
Durante la pandemia señalé, en varias entrevistas, que una de las pocas economías de crecimiento mundial iba a ser China. Sencillamente porque lo que hace China desde hace cuatro planes quinquenales hasta la actualidad es estimular el consumo, porque tiene que ser la variable que dinamice la demanda agregada para reemplazar las importaciones en la inversión pública, como la variable que encabeza el crecimiento. Dicho esto, y como ya pasó luego de la crisis de 2008 en Estados Unidos, con Lehman Brothers, y la caída importante de la actividad económica en el hemisferio norte occidental, China hace mucho uso de fondos públicos, especialmente de inversión, para mantener alta la demanda agregada. No solo China se mantiene en números positivos con eso, sino que también todos sus vecinos regionales, que dependen fuertemente de China también. De esa manera, Asia del Pacífico se mantuvo bastante ajena a la crisis de Lehman Brothers. Por eso, no es ninguna sorpresa que China anuncie números positivos en el 2020.
¿Qué parámetros son los que se toman en China para considerar pobreza extrema?
Los parámetros son los del Fondo Monetario Internacional (FMI) y los del Banco Mundial: el nivel de ingresos diarios y el nivel de consumo por día. No hay ningún parámetro distinto al del resto de los países. Lo que hay que tener en cuenta es que lo que en China se denomina «pobreza extrema» es lo que aquí denominamos «indigencia». Las políticas implementadas por China sacaron de la pobreza a más de 770 millones de personas en veintitrés años y medio.
En China hay 600 millones de personas viviendo con un altísimo grado de ruralidad. China es el segundo país en cantidad de pobres después de la India. Pero ha logrado eliminar la indigencia y se propone eliminar también la pobreza.
¿Cuál es el concepto de calidad de vida para la sociedad china?
En China la calidad de vida es el resultado de un proyecto colectivo y no de proyectos individuales. Claramente, las democracias liberales de occidente han fracasado por no poder distribuir más homogéneamente el fruto del trabajo que es la riqueza. Los parámetros que indican si la vida es digna implican tener las necesidades básicas satisfechas, más allá de desde qué punto de vista político o filosófico se lo vea. En China, el nivel de vida promedio mejora paulatinamente año tras año desde hace más de cuarenta años. Habría que preguntarse cómo hace Argentina, que genera alimentos para 400 millones de personas pero tiene la mitad de su población en la pobreza y una gran parte de ella en la indigencia.