El bloque de diputados bonaerenses de Unidad Ciudadana-FpV-PJ realizó ayer un homenaje a la militante feminista de izquierda brasileña, Marielle Franco, asesinada a balazos el 15 de marzo en Rio de Janeiro.
La actividad fue presidida por la diputada y presidenta del bloque, Florencia Saintout, en el edificio anexo de la Cámara de Diputados. Del panel participaron el periodista Martín Granovsky, la socióloga Paula Klachko, el parlamentario del Parlasur Oscar Laborde y la integrante de la Garganta Poderosa María Claudia Albornoz.
En la semana de la memoria, a un día del 42º aniversario del último golpe de Estado, la actividad tuvo como eje encuadrar el femicidio político de la activista brasileña de 39 años en la actualidad de América Latina como un hecho que condensa el constante crecimiento de la violencia que aplican los gobiernos de derecha sobre los sectores populares y opositores a sus políticas.
Las pericias del crimen de Marielle Franco establecieron que el motivo de su muerte no fue un robo. Las recientes denuncias que había hecho como concejal de Rio de Janeiro contra la militarización de las favelas, donde ella misma había nacido, reflejan el contenido disciplinador del asesinato político, en un país donde hubo durante este año 157 muertes por la represión del Estado ordenada por el presidente Michel Temer.
Saintout afirmó que “el crimen está absolutamente ligado al neoliberalismo”, y señaló el paralelismo con los asesinatos que ha hecho la policía argentina contra jóvenes con disparos por la espalda. Agregó que “no es nada nuevo en la región, pero de todas formas no deja de impactarnos y de hacernos parar para pensar ante algo que no podemos naturalizar”. La diputada remarcó que “impacta mucho cómo la asesinaron y cómo siguen asesinando a sus compañeros”, resaltó la “entrega” de Franco por su compromiso social con los sectores más vulnerados de Rio por “la embestida infernal de la derecha” y llamó a “no resignarnos” ante este tipo de hechos.
El periodista Martín Granovsky dedicó su intervención a contextualizar el crimen en el mapa político de Brasil, “que se encuentra bajo Estado de excepción, que es la anulación de las normas más elementales de las libertades individuales y el Estado de derecho, lo cual es natural en un país que vive bajo un régimen de facto, con un gobierno surgido de un golpe de Estado”. Granovsky comparó el modus operandi del asesinato con el estilo utilizado por las “mafias”, “la Triple A”, “la CNU” (Concentración Nacional Universitaria) y “los escuadrones de la muerte de Brasil de la época de la dictadura y de la actualidad, que matan chicos para ejemplificar y determinar quién pone orden en una favela”.
A seis meses de las elecciones presidenciales que dan a Lula da Silva como ganador, Granovsky dijo que el gobierno de Temer está apoyado por “una corporación de poder que incluye a los grandes medios de comunicación, la gran banca nacional y trasnacionalizada, los industriales más poderosos de São Paulo y sectores del Poder Judicial y de la policía”.
Proveniente de un complejo de favelas y egresada universitaria en Sociología y Administración Pública, Marielle Franco ocupaba un lugar como concejal de Rio y desde allí luchó por los derechos de los sectores populares y de las mujeres. En este sentido, María Albornoz, de La Garganta Poderosa, afirmó que “Marielle recuperó la palabra y la educación que nos han robado”. Y añadió que “representa una bandera en función de haber podido recuperar la palabra, y desde su lugar de poder exigió por todo aquello que nos robaron”.
Por su parte, Oscar Laborde, director del Instituto de Estudios de América Latina que depende de la CTA de los Trabajadores, sostuvo que las políticas de concentración económica y de represión son una “venganza brutal” de las derechas, porque “no perdonan” que los sectores populares ocupen espacios de poder. Y ejemplificó con los exgremialistas Lula da Silva y Nicolás Maduro y con el cocalero Evo Morales. “La derecha de Brasil no perdona que un obrero conduzca la séptima economía del mundo y su gobierno haya sido virtuoso”.
En tanto, la socióloga e investigadora Paula Klachko analizó el crimen de Franco como un “asesinato selectivo”, por su condición de militante de género, lesbiana, de izquierda y defensora de los derechos sociales de los sectores más postergados de Rio de Janeiro.