En su afán de imponer salarios de hambre y profundizar el ajuste en la provincia de Buenos Aires, el Gobierno de María Eugenia Vidal no soluciona el conflicto docente y tampoco llama a negociar con estatales, judiciales ni profesionales de la salud, estos últimos sin siquiera haber podido cerrar la paritaria del año pasado.
Los médicos entraron hoy en la décima semana de conflicto con un nuevo paro de veinticuatro horas en los ochenta hospitales bonaerenses, nosocomios municipales y centros de salud, mientras que ya prevén continuar la lucha con una huelga de 48 horas para la semana próxima, que incluirá una marcha en La Plata y la instalación de una Carpa Sanitaria frente al Congreso de la Nación.
Tras solidarizarse con los maestros que fueron reprimidos el domingo, cuando intentaban montar en ese mismo lugar la “Escuela Itinerante”, desde la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud (CICOP) aseguraron a Contexto que defenderán “a ultranza el derecho a la huelga y a la protesta, garantizado por el artículo 14 bis de la Constitución”, y que más allá de las “amenazas y provocaciones” del macrismo, no darán “un solo paso atrás”.
“Vidal tiene un desprecio absoluto por la salud pública. Recortó el presupuesto para el área del 6,37% al 5,6% del PBI provincial –el más bajo del país en términos relativos–, nos debe el cierre de la paritaria 2016 y no convoca a la de este año, lo que no sólo impide discutir salarios sino también temas fundamentales como infraestructura, violencia, recursos humanos y situación previsional”, dijo el secretario general del gremio, Guillermo Pacagnini.
Con este panorama, la crisis del sistema sanitario se agudiza a pasos acelerados. Los trabajadores estiman que los 29.000 millones de pesos destinados este año para la salud se acabarán en julio, no hay stock de insumos, faltan profesionales y muchos hospitales se caen a pedazos.
En este sentido, Pacagnini explicó que a los hospitales Vicente López y Planes de General Rodríguez y Meléndez de Adrogué “hay que hacerlos de nuevo porque están obsoletos por donde se los mire”. Otros, como el Evita de Lanús, el Presidente Perón de Avellaneda o el Eva Perón de San Martín, que en su momento fueron modelo en América Latina, presentan “tremendos problemas” edilicios y muchas veces “no tienen profesionales para atender las guardias”.
A esto se suma el colapso del sistema. Aquellas familias que durante los últimos dieciséis meses perdieron su obra social o prepaga como consecuencia del desempleo, terminan indefectiblemente en el hospital público. “Este Gobierno es una máquina de generar pobres y eso, en la salud pública, significa un cóctel explosivo entre mayor demanda y menor capacidad de respuesta”, advirtió el secretario de CICOP.
Para el gremio, el cierre del diálogo y el vaciamiento de los hospitales son parte de una política deliberada de Vidal y su ministra del área, Zulma Ortiz, para avanzar con la llamada Cobertura Universal de Salud (CUS), un sistema de aseguramiento rechazado por trabajadores, profesionales y especialistas al considerar que va “en desmedro del derecho a la salud de la población”, bajo un paradigma más asistencialista que preventivo.
“El Ministerio de Salud, donde ya han renunciado siete funcionarios de primera línea, es un engranaje del plan de ajuste de la gobernadora. Ortiz nunca fue a una reunión paritaria y jamás nos convocó a discutir sus políticas sanitarias. No hay ningún tipo de interlocución”, lamentó Pacagnini.
Si Vidal y Ortiz no dan respuestas esta semana, los 10 mil afiliados de la CICOP volverán al paro los días 19 y 20 de abril, con movilización hasta la sede del Ministerio de Salud provincial y la instalación de la Carpa Sanitaria frente al Congreso, como hicieron en mayo del año pasado en los principales puntos de la ciudad de Buenos Aires.