Mientras se avecina un nuevo recambio de etapa en el aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO) en todo el país, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, brindó este mediodía una conferencia de prensa donde dejó asentados los principales criterios que adoptará su gestión de cara a las próximas semanas. Con el foco puesto en el AMBA, el mandatario descartó nuevas aperturas y llamó a «no politizar» la pandemia.
«El aprendizaje que logramos es que es un error abrir prematuramente, es un error abrir de más. Ha pasado en nuestro país y lamentablemente también en nuestra provincia. No estamos de acuerdo con eso, no podemos acompañar más aperturas. Lo que podemos hacer es tratar de estabilizar. No podemos arriesgar lo logrado en cinco meses, a perderlo en cinco días», expresó el gobernador.
Acompañado por funcionarios como la vicegobernadora Verónica Magario, el jefe de Gabinete bonaerense, Carlos Bianco, y el ministro de Salud, Daniel Gollan, Kicillof brindó la conferencia desde el palacio de Gobernación, ubicado en el centro de La Plata. En un gesto de unidad política y territorial estratégica, la conferencia fue integrada también por intendentes de varios de los distritos más importantes del Gran Buenos Aires, tanto del oficialismo como de la oposición. Allí se hicieron presentes las y los alcaldes Mayra Mendoza (Quilmes), Juan Zabaleta (Hurlingham), Néstor Grindetti (Lanús), Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y Julio Garro (La Plata).
Cabe destacar que fueron varios los referentes de Juntos por el Cambio que ya comenzaron a manifestar sus intenciones de poner en marcha sus plataformas electorales de cara al 2021 y 2023, aun en pleno contexto de pandemia. En ese sentido, el gobernador realizó un fuerte señalamiento. «Estamos en medio de una pandemia. No es un año electoral. No es momento de hacer política con esto, con algo tan delicado. Necesitamos que nos ayuden. Hay una parte que pareciera que incentiva y busca que la gente se contagie. No es un año para politizar. Lo que daña la economía no es el gobierno, es el virus. Hay que cuidarnos. A mí me eligieron para gobernar y tomar decisiones, y no voy a hacerlo con focus groups ni con encuestas», destacó Kicillof.
Vale señalar que las principales discusiones de cara al nuevo recambio de etapa se concentran en el pedido de liberar actividades comerciales tales como las del sector gastronómico. Así se pudo observar en la decisión del gobierno porteño de habilitar la asistencia a determinados bares y restaurantes. Asimismo, desde Casa Rosa plantearon la posibilidad de liberar actividades al aire libre en las regiones del país donde haya menor impacto del virus. No obstante, desde Provincia ratificaron que la próxima etapa no incluirá mayores cambios en las modalidades ni nuevas flexibilidades.
En esa misma línea, también hubo mensajes contundentes a los sectores llamados «anticuarentena», que en las últimas semanas realizaron distintas manifestaciones concurridas en plena vía pública, con el apoyo explícito de referentes del ala dura del PRO. Kicillof hizo un llamado a la reflexión y ratificó la necesidad de unificar criterios para evitar un aumento de contagiosidad.
«Hay una parte de la sociedad que parece no ver lo que está ocurriendo, y del otro estamos los que trabajamos para sostener el sistema de salud. Todos estamos hartos, yo tengo hijos que tampoco van a la escuela y no puedo ver a amigos y familiares. La única forma de cuidarse es hacer cosas básicas, como usar barbijo, lavarse las manos y mantener el distanciamiento social. Pero esto no es una pérdida de libertad. A veces parece que hay que explicar lo básico», dijo Kicillof.
Por otro lado, se destacó el estado de situación del sistema sanitario público bonaerense, que todavía mantiene firmes los recursos y estructura para hacer frente a la pandemia. Aunque la alerta mayor sigue concentrada en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), el problema no se agota allí. Según el panorama presentado hoy por el gobernador, la situación epidemiológica comenzó a cobrar cada vez más delicadeza en el interior bonaerense, con aumentos de casos del 5 % al 11 %. Según estimó el propio Kicillof, de cien municipios con 4 millones de personas, el promedio general es de un contagiado cada 250 habitantes. En el GBA, con 13 millones, afecta a uno de cada sesenta; y en CABA, a uno de cada treinta.