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Kumbia Queers: ritmo y constancia

Por Ramiro García Morete

“Somos la voz sin miedo, somos alaridos de los que cayeron/ Somos otra voz que no tiene dueño, no pertenecemos”. Extrañamente, Pat estaba quieta. Incansable agitadora de la autogestión e integrante de bandas como Cadáveres de Niños y She Devils, miraba quieta desde un rincón de la sala de Casa Zombie. No era la resaca típica del 1º de enero, sino una depresión física y emocional que la aquejaba en el inicio de 2007. Sus compañeras de ruta estaban jugando en la sala con su nueva amiga y admirada Ali Gua Gua, de la banda mexicana Las Ultrasónicas. Fue ella quien instó a tocar unas cumbias y, a pesar de algunas miradas reticentes, casi todas se prendieron. Menos, Patricia.

“¡Qué horror!” pensaba, antes de entender lo que muchos puritanos del punk no comprendieron respecto de la libertad inherente al género. “Es muy fácil”, insistió Ali, se colgó un charango y le pasó el bajo. Sonó lo que luego sería “Chica de calendario”. Jugando sin demasiada conciencia, se mezclaron versiones de Nancy Sinatra y Ramones. Ni siquiera era cumbia, recordará Pat. “Era punk con cencerro.” Pero no importaba. En una semana Ali había pasado al castellano todas esas versiones.

“Si hubiera sido folklore era lo mismo”. Patricia lo recuerda como un momento iluminado donde la energía estaba por sobre el género. Casi como una declaración de lo que sobrevendría, viajando por el mundo en un híbrido sonoro que bautizaron Tropipunk y líricas que entre humor y crítica desafiaban el patriarcado cuando lamentablemente la discusión no era tan visible. En poco tiempo la banda se montaría en una interminable gira por el mundo donde la falta de lujos se compensó siempre con miles de experiencias.

Trabajos, novias y demás quedarían en el camino, así como algunos colegas ofendidos por haberse volcado a un ritmo bastardo. Pero a Pat –y posiblemente a Pilar Arrese, Inpes Laurencena, Juana Rosembaum y Florencia Lliteras– nunca le importó aquello de ser aceptado. Poco más de diez años después, giras por Europa y América, la partida de Ali, tres discos y varios temas subidos a las redes, el juego y la amistad están intactos: Kumbia Queers sigue siendo –como dice Pat– “el juego más grande que hubo y hay”.

“Nos dijeron de todo –evoca Patricia Pietrafiesa, nombre completo de la bajista–. Sobre todo bandas de varones. No entendían que hiciéramos cumbia. Nos parecía recontra punk. Yo prefiero no ser aceptada. Conservamos por nuestra personalidad ese espíritu. Difícil tomar otro camino, tenemos irreverencia en nuestras propias personalidades.” Cuenta que fue la primera vez que sonrió al tocar y vio que la gente bailaba, así como fuera del país las personas y los festivales las acogieron de entrada. Sin embargo –aclara–, “no hacemos retrospectiva. Miramos bien el presente. Tenemos varios proyectos todas, hacemos muchas cosas y estamos en movimiento continuo”.

Kumbia Queers suele editar “disco físico cuando nos vamos de gira. Pero como concepto disco ya no tanto. Más bien vamos subiendo temas sueltos”. Aunque precisamente ya están tocando temas nuevos y están preparando un nuevo larga duración donde, dentro del estilo, se advierten algunos cambios. “La verdad es que no me arriesgaría a decir título o etiqueta. Por supuesto está filtrado por el espíritu que hacemos, que es tropipunk. Estamos tocando muchas bases y está metiendo mano Flor Linyera en la producción. Estamos contentas porque armamos las canciones de modo distinto.” Además, ya están tocando una versión de «California Uber Alles» de los Dead Kennedys, dedicada a la gobernadora María Eugenia Vidal. Y destaca: “Estamos contentas con cómo estamos ahora y la recontra fortuna de seguir siendo amigas y pasándola bien juntas, que es lo primero”.

El intenso movimiento de lucha y diversidad de género fue uno de los motivos para que por primera vez en muchos años Kumbia Queers postergara su gira europea, para acompañar actos y movidas de las que vienen participando desde bandas anteriores en los ochenta y noventa, así como también reclamando el aborto legal desde 1998.

Fue en el marco del festival Belladonna que las She Devils conocieron a Sr. Tomate y desde entonces compartieron muchos recitales. La banda platense encabezada por Poli celebra este fin de semana quince años y las Kumbia Queers no sólo abrirán la fiesta, sino que además habrá una importante feria de libros y fanzines con la que Patricia sabe viajar por todas partes. “Es ultra importante”, remarca la música, y reflexiona sobre las redes: “Están buenísimas para hacer un montón de cosas. Pero te empiezan a requerir más horas que un trabajo… como el que nunca tuve. Espero que surja un movimiento contrario a todo esto, para sacar lo bueno y protegernos de ese control”.

Este sábado 20 a las 18 hs en el Galpón de las Artes (71 y 13), Kumbia Queers junto a Sr. Tomate.


 

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