“La Ley de Reparación Histórica de la Agricultura Familiar percibe ese nombre porque intenta reparar los daños que sufrió la agricultura familiar en los años de neoliberalismo, con pérdidas del 25% de los productores y la desaparición de organizaciones agrarias”, expresó Sergio Dumrauf, referente regional de la Corriente Agraria Nacional y Popular (CANPO).
La ley de Agricultura Familiar sancionada en diciembre de 2014 está pronta a ser reglamentada para velar por los derechos del sector agropecuario más castigado por las políticas neoliberales del Estado. Dumrauf destacó la importancia de considerar la tierra como un bien social y puntualizó en la regularización dominial, “que significa que los productores que no tienen la escritura o regularizada la posesión de la tierra la puedan hacer”.
También recordó que “establece que se suspendan por tres años los desalojos, que son una práctica común, sobre todo en el norte del país, permitiendo pararse políticamente de otra forma frente a las amenazas”.
¿Cómo se relaciona la soberanía alimentaria con la agricultura familiar?
La soberanía alimentaria está relacionada con lo que se llama mercados de proximidad: poder abastecer a los mercados de la misma zona y no que un producto que se produce en un lugar recorra 500 kilómetros para luego retornar al mismo lugar. Nosotros planteamos los distritos cortos de comercialización, donde haya poca distancia entre el productor y el consumidor o que haya muy pocos intermediarios entre estos actores.
¿Cuál debe ser el rol del Estado?
Hay productos regionales que no se producen en todo el país, y ahí es donde el Estado debe proponer cadenas de comercialización, para que la mayor tajada no la saque una empresa oligopólica, sino que puedan tener un espacio de mayor ingreso las organizaciones de productores. De hecho, hay varios ejemplos. Uno de ellos es la yerba Titrayju, elaborada por la cooperativa de Paraná, Tierra, Trabajo y Justicia, que en vez de vender la producción a Las Marías, la comercializa a un precio menor para el consumidor al mismo tiempo que obtiene un mayor ingreso.
¿Cómo funcionan las líneas financieras para la agricultura familiar?
En la producción agropecuaria, para poder volver a producir, se necesita tener plata de nuevo. Las familias agropecuarias, por lo general, no tienen garantías para tomar créditos porque alquilan o son ocupantes de tierras. La ley establece que haya financiamiento para la agricultura familiar. Es decir, líneas de créditos directas del Banco Nación para este sector.
¿Qué pasa con la comercialización?
Gran parte de los ingresos se los quedan las empresas. Lo que hace que sea mucho lo que tiene que pagar el consumidor y poco lo que percibe el productor. Sabemos que en la industrialización se genera un valor agregado que siempre es mayor a lo que percibió el productor primario. Pero el problema radica en que cada vez es mayor la parte que se queda el hipermercado que comercializa. En este sentido, se pierde soberanía alimentaria porque no permite que sea soberano el que produce.
¿Cómo es la situación en La Plata?
Se paga tres mil o cuatro mil pesos de arrendamiento por hectárea y se debe producir muchísimo para poder percibir una ganancia. Esto lleva a la autoexplotación, a tener que vender de cualquier forma para poder seguir produciendo. La Plata es el principal cinturón de verduras del país y también un importante productor de flores. No tiene un desarrollo institucional acorde con su magnitud que permita visibilizar la producción y, a su vez, posibilite ordenarla. Además, es muy importante para el Gran Buenos Aires y la zona metropolitana y es necesario protegerlo de la avanzada inmobiliaria. Es sustancial para que pueda seguir habiendo productores en la zona como en los últimos cuarenta años.