Lleva, llévame en tu bicicleta
Óyeme, Carlos (o Federico), llévame en tu bicicleta
Quiero que recorramos juntos esa zona
«La Bicicleta», Shakira y Carlos Vives
La realidad argentina, bajo el Gobierno de Mauricio Macri, ha tomado una velocidad asombrosa. Lo que sucede sorprende a propios y a extraños: en ningún extremo del espectro político quizá se esperaba una aplicación tan profunda de un modelo neo-neoliberal. Todo puede pasar. Por ejemplo, que La Nación denuncie “una bicicleta financiera” como “en la última dictadura”.
Sí, en el diario en que aparecen editoriales y notas de opinión negacionistas, este lunes se publicó un artículo titulado “Con tasas altas y dólar estable, volvió el negocio financiero más conocido”.
En la nota se explica de qué se trata: “El rebrote inflacionario que vino de la mano de los nuevos aumentos de tarifas de servicios públicos en los primeros meses del año y los métodos a los que vuelve a recurrir el Banco Central (BCRA) para intentar frenarlo crearon las condiciones para el regreso de un clásico nacional: la bicicleta financiera”.
Y si quedaba alguna duda, Javier Blanco, autor de la pieza periodística, aclara: “La expresión (bicicleta financiera), acuñada en los años iniciales de la última dictadura, alude a la posibilidad de lograr amplias ganancias en plazos cortos casi sin tomar riesgos y sin realizar aportes productivos, con sólo apostar a elevadas tasas de interés internas”.
La preocupación no es nueva, pero es la primera vez que aparece plasmada, sin tapujos, desde un espacio que no pude ser tildado ni de opositores ni de kirchnerista, el insulto preferido por el macrismo y sus aliados mediáticos.
La diferencia con lo que ocurría históricamente es que ahora la operación es en pesos y no en dólares, como antaño. Sucede que la entidad monetaria, a cargo de Federico Sturzenegger, busca absorber circulante para bajar la inflación, según su idea de la suba de precios. Para eso, el BCRA ofrece Lebacs a 35 días que pueden llegar a rendir un 26,80% anual. Eso contra un 18% que estaría dejando la divisa de los Estados Unidos.
El problema tiene que ver con los pronósticos: “Con un efecto pinza de tasas altas y apretón monetario, el BCRA busca apagar el nuevo foco inflacionario, que elevó el costo de vida a un promedio del 6% en el primer trimestre del año, porcentaje que implica la mitad del piso y poco más de un tercio del techo de la pauta del 12 al 17% que se fijó para todo 2017”.
Consultado para la ocasión, Federico Muñoz, consultor y economista, describió la “encrucijada” que enfrenta Sturzenegger: “El aumento de las expectativas inflacionarias lo obliga a un endurecimiento de la política monetaria. Pero para desacelerar las subas de precios al ritmo del 1% mensual, necesario para acertar su meta, haría falta una suba significativa de la tasa (quizás, hasta el umbral del 30%), lo que abortaría abruptamente la incipiente reactivación, que recién empieza a ganar velocidad y todavía no se hizo sentir en los bolsillos».
El escenario había sido adelantado por el candidato presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, durante 2015, advertencias que fueron tildadas de “campaña del miedo”. Era lo que se esperaba si se aplicaba una opción monetarista para enfriar la economía: la plata “trabajando” adentro de un banco y no en el aparato productivo.
Pero esta predilección por las tasas de interés altas arrancó con la llegada de Macri a la Casa Rosada. Hace un año, el 6 de abril de 2015 en Cronista.com, el periodista especializado en economía Marcelo Zlotogwiazda desarrollaba:
«Para los bancos y grandes inversores es una fantástica oportunidad. Las entidades financieras colocan la liquidez sobrante de depósitos que toman a tasas mucho más bajas con una rentabilidad extraordinaria. Otra alternativa abierta a los inversores es la vieja y conocida bicicleta que aparece cuando hay expectativas de que el dólar no suba por un tiempo. En la city abundan los informes que recomiendan aprovecharla y subirse.»
En aquel momento, los Lebac a 35 días daban 38%. Sí, ¡38%! Por eso, Zlotogwiazda alertaba: “La contrapartida de semejante negocio es la pérdida para el Banco Central, conocido como déficit cuasi-fiscal”. Para ese entonces, el saldo negativo para 2016 se calculaba $175 mil millones, que saldrían del Central para engrosar los bolsillos de los jugadores más fuertes.
En relación con esa cuenta, “Zloto” se preguntaba: “¿Se preocupará el juez Claudio Bonadio por este asuntito, al igual que con la causa por el dólar futuro?”. La gran diferencia es que a Cristina Fernández de Kirchner se la acusa por algo que provocó la devaluación de Macri, es decir, por algo que fue consecuencia de otro presidente. En el caso de los Lebac, el precio lo fija la gestión actual.
Zlotogwiazda también daba cuenta de la contraindicación de esa medida: “La tasa de interés que en la city hace rodar la bicicleta, en el resto de la economía opera como un freno más para la producción y el consumo, en un contexto de clarísima recesión”.
Mirá el video sobre la causa del dólar de futuro del CEPA: