El INDEC informó que en septiembre la canasta básica alimentaria (CBA), que establece la línea de indigencia, aumentó 4,9% con respecto a agosto, y una familia tipo –dos adultos y dos hijos menores– necesitó 13.913,89 pesos para no ser indigente. En tanto, la canasta básica total (CBT), que contempla además de alimentos otros bienes como medicamentos, transporte y servicios de salud y educación, creció 5,4%, y una familia tuvo que contar con 34.784,75 pesos para no ser pobre.
En lo que va de 2019, ambas canastas subieron 36,4%. En la interanual, la alimentaria incrementó 53,6% y la total 54,2%, similar al avance de la inflación durante ese periodo, de 53,5%.
Según las cifras del INDEC, una familia tipo necesitó 13.913,89 pesos para no ser indigente y 34.784,75 pesos para no ser pobre.
La CBA se determina tomando en cuenta los requerimientos normativos kilocalóricos y proteicos imprescindibles para que un varón adulto de entre treinta y sesenta años, de actividad moderada, cubra durante un mes esas necesidades. Por su parte, la CBT amplía la CBA, considerando los bienes y servicios no alimentarios.
El avance de la pobreza y la indigencia se produce en el marco de la profundización de la caída de la actividad económica. Ayer, el otro dato que publicó el INDEC fue el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE), que cayó un 3,8% interanual en agosto.
En los primeros ocho meses del año, los datos oficiales muestran que en ese lapso la actividad económica cayó 2,3% en comparación con el mismo período del año anterior. Incluso significó una aceleración, ya que en el acumulado hasta julio la contracción fue de 2,1%, en junio fue de 2,6% y en mayo de 3,1%. Fue la peor caída desde la baja del 7% de marzo. Aunque ese mes la comparación interanual fue previa al estallido de la crisis de abril de 2018, mientras que ahora fue con respecto a un mes ya signado por la debacle económica.
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Las ramas de actividad con mayor incidencia positiva en la expansión interanual del EMAE en agosto fueron el agro y la minería: agricultura, ganadería, caza y silvicultura, seguidas de explotación de minas y canteras. En contraposición, el comercio mayorista, minorista y reparaciones y la industria manufacturera fueron los sectores con mayor incidencia negativa.
Agosto fue un mes signado por la devaluación que permitió el gobierno de Mauricio Macri, que impactó de lleno en la caída de la actividad y también en la sucesiva inflación, que redujo el consumo y por lo tanto afectó las ventas y el mercado interno.
