Por Maximiliano Ceci
«La fiesta estaba arreglada», afirmó el delegado de Melchor Romero, Adrián Daniel Zamudio, ante el fiscal Álvaro Garganta que investiga la muerte de la estudiante de Periodismo, María Emilia Uscamayta Curi, en la fiesta clandestina «La Frontera», realizada en año nuevo por un grupo de empresarios de la noche con vínculos con el poder ejecutivo municipal. El delegado apuntó directamente a Juan Manuel Martínez Garmendia, subsecretario de Gobierno del intendente Julio Garro.
“A las dos de la mañana arrancó la fiesta, ingresaba mucha gente y como vi que no caía al lugar ni control urbano, ni la policía, decido escribir a Calil Ampo, compañero de trabajo que me facilitó el teléfono de un tal Walter de Control Urbano. Lo llamé a las 2:42 am. Cuando me atiende le comento la situación y me dijo que no podía hacer nada porque estaban atados de pies y de manos porque la fiesta estaba arreglada por Garmendia, que dio vía libre para que la fiesta se haga”, declaró ante la Fiscalía Adrián Daniel Zamudio en la tarde del primero de enero, cuando se dio a conocer que Emilia había fallecido.
Juan Manuel Martínez Garmendia, subsecretario de Gobierno de Garro, es quien menciona el Delegado en su testimonio como el responsable de permitir que la fiesta se desarrollara. El funcionario es hijo de la Jueza Marcela Garmendia y de Luis Martínez Varela, uno de los responsables de la disolución del extinto Banco Municipal de La Plata, todos ellos cercanos al intendente de La Plata. Además, Garmendia sería amigo de Santiago Piedrabuena, uno de los organizadores de la fiesta llamada «La Frontera» e imputado en la causa que investiga la muerte de Emilia.
Si bien la causa aún se encuentra en pleno proceso de investigación y todavía no hay ningún detenido por la muerte de Emilia, las declaraciones que dio aquella tarde el delegado de la localidad de Melchor Romero dejan en claro que el funcionario del municipio tuvo responsabilidad directa sobre la realización de la fiesta que debía haber sido suspendida por no cumplir con las normas de seguridad necesarias.
Zamudio dio a conocer también que durante toda la madrugada estuvo intentando que control urbano se acerque al lugar para suspender la fiesta. Sin embargo no tuvo resultados. Control urbano y la policía se acercaban al lugar por sus reclamos pero tenían indicaciones claras de dar continuidad a la fiesta. «Me puse en contacto con gente de control urbano, que se acercan a la Delegación de Romero Roberto Di Gracia y Emanuel Reyes, ellos dos se comprometieron a tomas cartas en el asunto y me iban a llamar para informarme el procedimiento para realizar la clausura de la fiesta y a su vez iban a precisar apoyo de la policía para el operativo, cosa que nunca hicieron», detalló en su declaración.
El delegado de Romero, aquella tarde siguió con el testimonio: “Esta mañana me entreviste con personal de Control Urbano que pasaba por la 520 y la 160, quienes ingresaban en el turno de la mañana y ellos me dijeron que habían arreglado para hacerla por 20.000 mil pesos con gente de de Control Urbano. Supuestamente. De esto último me entero por comentarios, no tengo pruebas”.
“Hicieron tres fiestas en total, que fueron fiestas electrónicas. La primera fue hace un mes. No hubo problemas porque en esa hubo poca gente. La segunda fiesta fue la de egresados de la secundaria del Colegio San Cayetano. La hicieron la noche del 21 de diciembre y madrugada del martes 22, en esa fiesta hubo problemas, tenían el sonido muy alto y esto molestaba a los vecinos, que vinieron a mi casa a protestar porque sabían que yo soy el delegado. También en esa fiesta se agarraron a las piñas”, agregó Zamudio que vive frente al predio perteneciente a la familia Bellone.
La mañana del primero de enero, Zamudio se dirigió al Hospital de Melchor Romero para poder dar claridad de lo sucedido a los padres de Emilia. “Entro a la guardia y vi a una chica que estaban tapando con una sábana, pero no me dicen si murió antes o después de llegar al Hospital. Después, un chico que estaba en la guardia, me contó que la habían llevado unos flacos, la dejaron ahí y se fueron sin dar explicaciones”.
“Me enteré que además de la chica muerta, hubo un flaco que llevaron al hospital también ahogado”, agregó Zamudio que aclaró que el predio “no estaba habilitado para hacer fiestas, es una casa quinta con pileta”.
Con estas declaraciones y el resto de las pruebas que en el proceso de investigación de la muerte de Emilia Uscamayta Curi se fueron recopilando, el abogado de la familia, Adrián Rodríguez, busca cambiar la carátula de la causa de Homicidio Culposo a Dolo Eventual para precisar que hubo una responsabilidad clara de los organizadores en la muerte de la joven, al saber que no contaban con la seguridad necesaria para realizar el evento y sin embargo le dieron continuidad.
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