Por Miguel Croceri (*)
Durante más de un año, que es un periodo muy corto si se lo mide en tiempos históricos, Javier Milei fue exitoso para implantar en Argentina un gobierno de ultraderecha legitimado por la mayoría de votos obtenidos en el balotaje presidencial de noviembre de 2023, y además sostenido por el conjunto de los intereses económicos y demás poderes de facto locales y extranjeros.
En realidad no se trató -no se trata- solo de un gobierno, sino de un régimen político y corporativo dentro del cual el Poder Ejecutivo y sus aliados parlamentarios constituyen solo la parte más visible: la que ocupa cargos electivos en las instituciones del Estado. Pero junto y/o detrás o por encima de ellos, está el bloque social y económico dominante, defendido particularmente dentro de la estructura estatal por un aparato judicial corrompido.
Con semejante acumulación de poderes públicos y privados, Milei vivió una fiesta de impunidad que causaba asombro dentro del país y también en la opinión pública internacional. Vertiginosamente, perpetró una masacre económica, social y humanitaria que él denominó con jactancia “el ajuste más grande de la historia de la humanidad”, y al mismo tiempo mantuvo altos niveles de adhesión en las bases de la ciudadanía.
Otros sectores ciudadanos, en sentido contrario, repudiaron su accionar devastador desde el principio y se manifestaron de múltiples formas a lo largo del tiempo. (La imagen que ilustra esta nota, donde se va a un jubilado frente a represores de la Prefectura Naval Argentina, fue tomada durante la protesta en plaza Congreso el 12 de marzo pasado. Foto: Pepe Mateos).
Apenas asumió Milei, ya en diciembre del ‘23 hubo “cacerolazos” en Buenos Aires y otros centros urbanos, repetidos en muchas jornadas y durante varias semanas. Esa modalidad de protesta se desactivó posteriormente, pero fue el primer signo de disconformidad explícita de ciertos grupos de la sociedad.
Luego, el 24 de enero del ‘24 -un mes y medio después de comenzada la gestión presidencial- se llevó a cabo la primera huelga nacional con movilización convocada por la CGT (Confederación General del Trabajo) y por las dos CTA (Central de Trabajadores de Argentina). Esa vez se realizaron grandes manifestaciones en todo el país con presencia de organizaciones populares de múltiples orígenes.
En el tercer mes del año se repitieron dos enormes “clásicos” de las luchas de la sociedad civil argentina con vigorosa adhesión popular: las movilizaciones del 8 de marzo por el Día Internacional de las Mujeres, y las históricas marchas del 24 en el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Jusiticia.
Posteriormente tuvo lugar otra resonante expresión masiva contraria a políticas oficiales, que fueron las imponentes marchas del 23 de abril en defensa de las universidades públicas. La pluralidad y diversidad de ciudadanos/as y sectores participantes incluyó a una cantidad -indeterminable pero real- de votantes de Milei, así como de espacios políticos afines al gobierno (por ejemplo dirigentes de la Unión Cívica Radical, partido cuyos legisladores/as y gobernadores son aliados/as del oficialismo).
Solo unas semanas más tarde, el 9 de mayo hubo otro contundente paro general convocado inicialmente por las centrales sindicales, con adhesión de infinidad de organizaciones y potenciado por grandes movilizaciones en ciudades y localidades de todo el territorio nacional.(“La resistencia también avanza”, se titulaba un comentario incluido en una edición de Vaconfirma cuando transcurría el quinto mes del año. Nota del 12/05/2024).
Segunda mitad de 2024
El ímpetu opositor tendió a disminuir hacia mediados de 2024. El descenso de la inflación y la estabilización del dólar reafirmaron o capturaron la aceptación de amplios sectores ciudadanos a la gestión de Milei. Las corporaciones económicas, judiciales y mediáticas, entre otras, respaldaron y celebraron siempre al gobierno que representa sus intereses.
Y en la segunda quincena de junio, una mayoría legislativa cómplice le aprobó a Milei la canallesca y antidemocrática “ley Bases”, que incluyó el sistema de prebendas para los capitales más poderosos llamado “RIGI” (Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones), destinado a facilitar el saqueo de los recursos naturales del país.
(La sanción de dicha ley significó un auge de la acumulación de poder para los sectores dominantes. Una interpretación de ese momento se reflejaba en el artículo de Contexto “El régimen de extrema derecha en su apogeo”. Nota del 18/06/2024). https://www.diariocontexto.com.ar/el-regimen-de-extrema-derecha-en-su-apogeo/
De tal modo, tanto por arriba -es decir por la fuerza que imponen los poderes de facto y por la complicidad de representantes parlamentarios pusilánimes- como por abajo -desde las bases de la sociedad-, Milei obtuvo condiciones para transitar “felizmente” la segunda mitad del año.
Se le pasó viajando por el extranjero -especialmente a Estados Unidos e Israel-, recibió premios de la ultraderecha universal, fue aplaudido en reuniones empresariales del país y del exterior, y disfrutó su “sueño húmedo” al convertirse en un personaje internacional ovacionado por las oligarquías del mundo y los poderes capitalistas globales.
Aún así, hubo sectores populares que siguieron expresándose en contra de Milei, a pesar de que este sostenía al mismo tiempo un considerable apoyo social y, obviamente, el favor y fervor de las corporaciones. El 3 de octubre multitudes ciudadanas se manifestaron otra vez en defensa de la educación pública. Fue para respaldar en particular una ley de Financiamiento Universitario que la oposición había logrado sancionar en el Congreso, pero que después sufriría el veto presidencial y su consiguiente anulación.
Mientras se aproximaba la finalización del año, ocurriría un acontecimiento internacional que provocaría el éxtasis político del gobernante de nuestro país y de todo el bloque dominante. El 20 de noviembre Donald Trump fue elegido presidente de Estados Unidos -ya había ocupado el cargo en el periodo 2017/2021- y así se fortaleció el polo ultraderechista que disputa espacios con otras fuentes de poder a nivel planetario.
El mandatario argentino llegaba recargado de triunfos al primer aniversario de su gobierno, al 10 de diciembre del ‘24. Pero los festejos no pudieron ser plenos. En los días previos PAMI dejó de entregar medicamentos gratuitos a los/las jubilados/as. Y simultáneamente, el senador colaboracionista Eduardo Kueider fue descubierto tratando de ingresar a Paraguay con una descomunal cantidad de dólares en efectivo. Ambos hechos influyeron negativamente en la percepción social respecto del accionar gubernativo. (Puede verse el texto de este mismo autor “Argentina se mueve a velocidad de vértigo”, nota del 08/12/2024).
De Davos a Miami
A pesar de algunas adversidades, Milei empezaba 2025 con el viento a favor. En la segunda quincena de enero viajó a Washington para la asunción de Trump. Desde allí mismo se trasladó a la ciudad suiza de Davos, donde anualmente se reúne la cúpula del poder empresarial del planeta y sus invitados políticos.
El día 23 pronunció en Davos un discurso ultra-violento que traería consecuencias jamás imaginadas por él ni por nadie. Su vómito retórico cargado de odio, extremismo, resentimiento, discriminación y amenazas, provocó la inmediata reacción de la comunidad “lgbtiq+”, es decir de las personas y organizaciones que luchan por el reconocimiento de las diversidades sexo-genéricas.
Resultó entonces que la protesta de ese colectivo social el sábado 1 de febrero, denominada “Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista”, se convirtió sorprendentemente en otra masiva y heterogénea movilización popular y federal en contra del gobierno.
No obstante, faltaba todavía el suceso más determinante que inició la seguidilla de reveses para el oficialismo. En el atardecer del viernes 14 de febrero, el propio jefe del Estado promocionó en su cuenta oficial de la red X (antes llamada Twitter) la criptomoneda “$Libra”. A última hora de la misma jornada empezó a trascender que el lanzamiento de ese activo digital se había convertido en una multimillonaria estafa de repercusión internacional.
En estos días, ya comenzado el mes de abril, es posible comprobar que la fiesta impune de Milei, la cual duró más de un año, al menos por el momento se terminó. De ningún modo puede asegurarse que esa situación sea definitiva, pero las adversidades para el gobierno son muy grandes.
Incluso la represión oficial contra las protestas populares, particularmente la que sufren grupos de jubiladas/os cada miércoles frente al Congreso y que durante largo tiempo resutló indiferente para las/los dirigentes democráticos y la opinión pública, tiene una visibilidad social y una repercusión política distintas desde que participaron solidariamente hinchadas de fútbol, y en ese contexto el 12 de marzo la ultraderecha gobernante descargó una violencia de tremenda ferocidad.
Los peligros de ser víctima del sadismo represivo del régimen no impidieron que una semana más tarde -el miércoles 19- las/los adultas/os mayores volvieron a estar acompañados por otras miles y miles de personas. Mientras que antes y después de eso, tanto el Día de las Mujeres como el Día de la Memoria, otra vez las multitudes fueron protagonistas en el espacio público de la Nación.
Pero además a mediados de marzo empezó a quedar en evidencia la fragilidad de la política económica mileísta. Los llamados “mercados” comenzaron a presionar sobre el tipo de cambio -o, dicho en jerga popular, “a cuánto está el dólar”- y a partir de allí se generó la inestabilidad financiera que desgasta el gobierno.
Milei, como se sabe desde diciembre, apuesta todo su capital político al salvataje que podría otorgarle el Fondo Monetario Internacional (FMI) por decisión política de Trump. Sin embargo, el mandatario argentino y su ministro de Economía, Luis Caputo, acaban de realizar un viaje relámpago a Miami, donde el jerarca norteamericano tiene su residencia privada rodeada de fastuosidad y lujos, y no consiguieron siquiera una reunión informal ni una foto. (Crónica del portal La Política Online, nota del 04/04/25).
El presidente de Estados Unidos consumó, en la semana recién transcurrida, el inicio de la guerra comercial con la cual venía amenazando desde su campaña electoral. (Entre la infinidad de material sobre el tema, se puede acceder al análisis realizado este viernes por la plataforma periodística pública francesa “France 24”. Nota del 04/04/25).
Gobierno debilitado
La economía del mundo es ahora un gigantesco tembladeral, que nuestro país afronta desde una posición de extrema debilidad. Nadie sabe lo que le espera al castigado pueblo argentino -lo que nos espera a las mayorías nacionales-, pero en cambio, hasta el electorado de Milei sabe bien que el principal responsable es el gobierno.
A tal punto ha perdido fortaleza el mileísmo que hasta sus aliados en el Senado resolvieron, junto con la mayor parte del peronismo, votar en contra de los dos jueces de facto que el titular del Poder Ejecutivo -violando alevosamente la Constitución- había designado por decreto en la Corte Suprema. La votación en la Cámara alta fue aplastante. (El portal Infobae detalló cómo se pronunció cada senador/senadora. Nota del 03/04/25).
Además, al presidente de ultraderecha tampoco la resulta gratuita su prédica favorable a los ingleses el pasado miércoles, 2 de abril, nada menos que en el Día del Veterano de Guerra y Caídos en Malvinas. (Información de Página 12, nota del 03/04/25).Quizás sus repugnantes halagos de otros momentos a Margaret Tatcher tendrían hoy otra resonancia, porque ha cambiado la escucha social hacia sus mensajes.
Una muestra más de las modificaciones en el clima social, económico y político, es la reaparición de la CGT como impulsora de un nuevo paro general, el cual tendrá lugar la semana entrante.
Convocan asimismo las dos CTA, tanto la denominada “de los Trabajadores y Trabajadoras” que encabeza Hugo Yasky, como la llamada “Autónoma” liderada por Hugo “Cachorro” Godoy. También, y en todo el país, centenares de organizaciones populares de los más diversos orígenes participarán de la huelga y la movilización.
El jueves próximo (10/05), con previo inicio de manifestaciones a partir del mediodía del miércoles, serán jornadas de lucha expresivas del actual estado de ánimo en las bases de la sociedad.