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«La fuerza de las mujeres»: cómo era la toma que desalojaron la Justicia y el Gobierno porteño

Foto Telám

Este jueves, un violento operativo en el Barrio 31 de la ciudad de Buenos Aires se llevó puestas con topadoras las casas de mujeres, niñas y niños que vivían en la denominada toma «La Fuerza de las Mujeres», conformada en su mayoría por víctimas de violencia de género.

Fue la Fiscalía N° 11 de CABA, a cargo de Valeria Massaglia, la que dio la orden de desalojo. El Gobierno de la Ciudad, en tanto, justificó el hecho a través del Ministerio de Desarrollo Humano, desde donde se argumentó que se trataba de una «toma ilegal», que los ocupantes «nunca aceptaron ser censados ni la ayuda social y habitacional que se les ofreció» y que «los vecinos del barrio están en contra de la toma», lo que es negado por las mujeres de la toma y por los vecinos y vecinas del Barrio 31.

Desde julio, unas 80 mujeres y 175 niños y niñas comenzaron a acampar y armar precarias viviendas en un antiguo basural del Barrio 31, mientras reclamaban al Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta la apertura de una mesa de diálogo para atender la situación. Según señalaron, nunca hubo intención desde la ciudad para armar ese espacio y este jueves, a las 7 de la mañana, se hicieron presentes con topadoras y efectivos policiales cuando la mayoría de sus habitantes habían ido a trabajar. Hoy la toma cumplía tres meses.

«Llegaron de imprevisto a la mañana y cercaron todo, no dejaron entrar ni salir más nadie y tiraron todo, prendieron fuego casillas, pasaron con las topadoras. No les importó si había chicos, nada, y entraron a sacar todo», relató en diálogo con Contexto Rocío Ponce, una de las habitantes de la toma que ahora, tras el desalojo, busca dónde reubicarse con sus tres hijos.

«No les importó si había chicos, nada, y entraron a sacar todo»

Rocío, integrante de la toma.

Lorena Gómez es referente de la Corriente Clasista y Combativa, vecina del Barrio 31, del sector aledaño a la toma, y fue testigo del desalojo. «Vinieron los uniformados con la fiscalía y el GAP, empujaron a la gente, agredieron a la gente y no les importaron nada. Nos leyeron el escrito que tenían y arrancaron con el desalojo, amenazando a las mujeres que estaban dentro de las casitas diciéndole que le iban a quitar a los chicos. Fue un operativo terrible, con mucha agresión», detalló en diálogo con este medio.

El violento desalojo arrojó duros testimonios. Uno de ellos, el de una niña, que se viralizó en las redes sociales. «Nos trataron como animales. Nos destruyeron el único lugar que tenemos. Que vengan y nos den una casa si quieren que estemos bien», decía la niña de nueve años a los gritos.

Rocío, como la gran mayoría de sus compañeras y vecinas, alquilaba habitaciones para vivir con sus hijos. Los precios de los alquileres hicieron que pasase a acampar en lo que primero se denominó «Villa Container», para pasar a llamarse «La Fuerza de las Mujeres». Es que, de las cien familias, ochenta eran mujeres con sus hijos e hijas, muchas de ellas escapando de violencia por razones de género. «Hoy la Justicia en vez de amparar a las mujeres ampara al agresor. Lamentablemente tardan mucho en estar y las mujeres se tienen que ir de sus casas. El tema acá en el barrio es que no alquilan a las madres solteras con hijos. Eso llevó a la toma del predio», explicó por su parte Lorena, en diálogo con Contexto.

En este marco, fueron ellas quienes limpiaron un antiguo basural y montaron sus casillas y construyeron su barrio, que poco a poco fue funcionando como tal, con su olla popular, su ropero comunitario, el apoyo escolar para niños y niñas.

«Para los vecinos era tremendo ver un basural, con basuras que traían de todos lados y tiraban acá. Hace cuatro años nos dijeron que iban a hacer un Polideportivo y una Escuela, pero hasta el día de hoy, nada. Solo traían basura», destacó Lorena. La construcción de «La Fuerza de las mujeres» generó un gran movimiento para los vecinos, quienes se acercaban a colaborar con lo que podían, ya sea para la olla popular, con materiales o abrigo, visto que las mujeres pasaron los tres meses más fríos del año en casilla.

«Hace cuatro años nos dijeron que iban a hacer un Polideportivo y una Escuela, pero hasta el día de hoy, nada. Solo traían basura»

Lorena, vecina del lugar.

A pesar de los reiterados pedidos por una mesa de diálogo para resolver el problema habitacional, nunca hubo respuestas. «No hubo respuesta de nadie, solo vinieron con el desalojo a reprimir. Nos dejaron sin nada», destacaron desde la toma.

Por otro lado, hoy el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, logró un nuevo avance en los negocios inmobiliarios de la ciudad: la Legislatura porteña le dio el visto bueno al proyecto del Gobierno de la Ciudad para la construcción de once nuevas torres.


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