El Gobierno de Javier Milei celebra la baja del índice de precios al consumidor (IPC), en relación con el mes anterior, que anunció este miércoles el INDEC. Con un consumo en pique, la inflación con respecto al año pasado creció, en tanto, un 166 %.
El mes pasado el IPC fue del 2,7 %, mientras que este registró un 2,4 %, siguiendo la desacelaración de precios que se viene registrando en los últimos tres meses.
La noticia fue bien recibida tanto por el Gobierno como por el mercado, que estipulaba, según el relevamiento de expectativas del mercado, un 2,8 % para noviembre (0,4 % por encima del dato oficial) y 2,9 % para diciembre.
El IPC acumuló en el año una variación del 112 %, mientras que en la comparación interanual el incremento alcanzó el 166 %, muy por debajo de los incrementos salariales.
La división de mayor aumento en el mes fue educación (5,1 %), seguida de vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (4,5 %), por las subas en alquiler de la vivienda y gastos conexos, suministro de agua y electricidad, gas y otros combustibles.
Con respecto a la canasta básica, un hogar de cuatro integrantes necesitó 1.001.466,22 pesos para no ser pobre. El organismo informó que durante noviembre la variación mensual de la canasta básica alimentaria (CBA) fue de 1,1 %, mientras que la de la canasta básica total (CBT) fue de 1,5 %. Ambas acumulan en el año incrementos del 82,5 % y 102,0 %, y resultaron en variaciones interanuales del 137,4 % y 156,5 % respectivamente.
Según estima la estadística de los trabajadores (IET-UMET), el 43 % de los trabajadores no alcanza a cubrir la canasta básica. «La caída en los ingresos generó un fenómeno muy perverso: el de estar incluido en la producción siendo pobre en la distribución», indicó Nicolás Trotta, ex ministro de Educación y director general del Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD), del cual dependen el IET. «Esta caída sostenida empezó en la segunda mitad del gobierno de Macri y el último gobierno peronista no pudo revertirla», agregó.