En el marco del ciclo de actividades que tiene previsto Edulp –el espacio editorial de publicaciones de la Universidad Nacional de La Plata–, se presentaron ayer los escritores Juan José Becerra y Martín Kohan, quienes protagonizaron «Cruzados», propuesta donde cada autor leyó una selección de textos del otro para una entusiasta concurrencia de admiradores.
Los escritores, además de compartir una celebrada trayectoria contemporánea en el ámbito de la novela, mantienen una amistad que se refleja en afinidades tanto personales como profesionales y estilísticas. «Cruzados», iniciativa encabezada por Edulp bajo la gestión de Facundo Ábalo, dejó en claro el seguimiento puntilloso en cuanto a obra que Kohan y Becerra mantienen entre sí.
En el entretelón de la jornada de lectura, ambos escritores dialogaron con Contexto respecto del paradigma de literatura que mantienen tanto frente a sus lectores, como frente al mercado y a la sociedad misma, en una disputa de espacios donde se conjuga lo estético y lo político de manera permanente.
«La literatura, al ser una disciplina marginal, está obligada a ser resistente y tomar posición política», expresó Becerra, casi como una declaración de principios. «Aunque uno no tenga la tentación de hacer política a través de la literatura, la posición política de lo que uno hace está presente siempre».
En tanto, Kohan agregó: «No hay disyuntiva, como quizás se suponía en otros momentos, que una literatura que cuida ‘las formas’ se debilita en términos políticos. No hay dicotomía entre una apuesta estética y otra política».
En esta línea, Becerra continuó: «Uno sienta posición, independientemente de si esa posición es voluntaria o no. No digo que pueda leerse fácilmente si se trata de literatura de derecha o de izquierda. Céline era un nazi que hacía literatura de izquierda, por ejemplo».
«Lo que menciona Juan ya lo advertía Marx respecto de Balzac: cómo una mirada completamente valorada por Marx como crítica de la sociedad burguesa estaba en las novelas de un reaccionario monárquico como Balzac. La literatura muchas veces se plasma por fuera de las intencionalidades del autor, entonces la intención política hay que interrogarla en los textos», sostuvo Kohan, autor de Ciencias Morales, una alegoría permanente de la historia argentina materializada en una escuela aislada –casi devenida en un gueto– y reprimida de lo que sucede en el afuera, informada de aquello apenas por atisbos de información.
Durante el evento, la mayor parte de los fragmentos leídos gravitaron entre algunas de las novelas más celebradas, tanto por la crítica como por sus admiradores, de ambos autores: Ciencias Morales por el lado de Kohan y El espectáculo del tiempo, de Becerra.
Cabe señalar que, además de adquirir repercusión por su obra, Martín Kohan irrumpió con fuerza en la opinión pública al intervenir en un programa de radio, en marzo de este año, con una contundente manifestación respecto de los dichos proferidos por un funcionario del Gobierno –y el propio Macri– que pusieron en duda el número de desaparecidos por parte del terrorismo de Estado.
Respecto de aquella ocasión, Kohan volvió a detenerse respecto a la pugna por el rol del escritor o frente al compromiso del intelectual. «Es mucho más claro en qué se compromete un intelectual, que en qué se compromete un escritor. Cuando yo hablé en la radio, ¿quién habló: mi yo escritor o mi yo intelectual? Yo personalmente suscribo a algo que dijo Hebe Uhart: ‘yo soy escritora solamente cuando escribo’. No sigo esa idea de escritor full time, que se viste como escritor, que come como escritor, que escucha música como escritor. Porque, si es en el orden del compromiso, el posicionamiento político del escritor está en los libros».