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La Matrix no existe

Por Franco Dall’Oste

Esa noche, cuando López agarró el bolso y lo tiró al otro lado del muro, se murió el kirchnerismo. A la gente le gusta matar entidades abstractas: matar el rock, el comunismo, el fútbol, la derecha (hace no tanto algunos la creíamos moribunda), los emos, la ideología y hasta la historia.

Pero el kirchnerismo ¿es/era así de abstracto? Según el discurso imperante, no era más que un complejo sistema de corrupción, donde cada individuo actuaba como un engranaje que funcionaba sólo en pos de la obtención de dinero ilegal y su posterior lavado. Todo el resto era de cartón: como un escenario mal pintado donde nosotros, los cerebro-lavados, íbamos y veníamos repitiendo discursos, defendiendo al monstruo, ese que era tan grande y tan inmenso que sólo unos pocos sensatos lo podían ver. ¿Existió? ¿Era real? ¿Deberíamos haber prendido nuestras antorchas y formar una turba furiosa? ¿Vivimos en la Matrix?

Lo más llamativo es la bipolaridad de este monstruo populista (y quizás por la famosa “bipolaridad” asignada a su progenitora): es tan bárbaro y vulgar que sólo piensa en billetes, ama el dinero y lo lleva en bolsos, lo guarda en bóvedas, siempre en casa, nunca fuera; duerme con él, hace lluvia de dólares y se ríe de su poder. Es tan descuidado para atacar que envía a dos borrachos a tirar piedras contra el periodismo opositor, y deja casquillos de balas como una amenaza burda, casi de película mafiosa. Pero, a su vez, tiene en su líder a una genia maquiavélica que lava dinero a la vista de todos y sin que nadie pueda terminar de entender cómo, dónde ni por qué; y con la capacidad de asesinar a un fiscal sin dejar rastros, engañando a todos (menos a los sensatos), a lo House of Cards.

Y, sin embargo, este monstruo bárbaro tenía una de sus rocas fundamentales en la educación y la ciencia. Sí, el monstruo era ignorado por los productores y reproductores de conocimiento. Y no se ponga escéptico con esto: realmente aún creen, en lo más profundo de sus entrañas, que lo que veían era real, sólido, y no un escenario de cartón.

Y qué vieron en estos años de oscuridad*:

  • El crecimiento del sistema universitario entre 2003 y 2015 implicó la creación de diecinueve Universidades públicas nacionales (Avellaneda, Moreno, Jauretche, F. Varela, Oeste, Merlo, José C. Paz, Hurlingham, Universidad Nacional de las Artes, Instituto Nacional de Derechos Humanos «Madres de Plaza de Mayo», Universidad Nacional de la Defensa, Comechingones, Villa Merlo, San Luis, Villa Mercedes, Río Negro, Rafaela, Chaco Austral y Tierra del Fuego). A partir de esto, todas las provincias pasaron a tener su propia Universidad.
  • Se creó el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación.
  • Se destinó el 6,4% del PBI a inversión educativa y el 1,65% a inversión en Ciencia y Tecnología .
  • Se realizaron 733 obras en materia de infraestructura.
  • Se llegó a 2 millones de estudiantes universitarios (la tasa más alta de la región), con 93% más de egresados que en 2001.
  • Las becas crecieron de 2.726 a 66.000, promoviendo el acceso a la educación universitaria (programas PROG.R.ES.AR., Becas del Bicentenario, Programa Nacional de Becas Universitarias, etcétera).
  • Aumentó un 50% el plantel docente y más del 60% el plantel de trabajadores no docentes.
  • Los trabajadores no docentes y docentes universitarios aumentaron sus salarios a través de paritarias ininterrumpidas.
  • Hubo convenios colectivos de trabajo.
  • El presupuesto del CONICET creció más de doce veces y aumentó un 130% la cantidad de investigadores. Para hacerlo más gráfico: se pasó de 3.694 investigadores y 3.000 becarios en 2003, a 8.508 investigadores y 9.507 becarios en 2014.
  • Más de 1.280 científicos fueron repatriados por el Programa Raíces.
  • Hay 190.000 metros cuadrados construidos en 123 obras dedicados a las ciencias y la educación.

Y podríamos seguir enumerando.

Entonces, ¿qué ven en el cartón tantos científicos, docentes y trabajadores en general? ¿Por qué no perciben esa trama invisible de corrupción? ¿Qué es lo que no entienden? ¿Por qué no ven al monstruo? ¿No ven que la obra pública es el gran bolso del cual sacar los dólares que luego tiraremos al otro lado del paredón, escapando de la Justicia, la moral y la ética?

Sí, eso se ve, no son ciegos ni sordos. Pero lo que también ven de la obra pública son los ladrillos, y eso es demasiado sólido como para ser sólo cartón.

“Lo que pasa es que antes los científicos no protestaban en público”, dijo el ministro de Ciencia y Técnica, quien gracias a todo eso que se enumeró continúa en su cargo hoy en día. Eduardo Dvorkin comentó, en una entrevista a Página/12, que lo que se comprobaría a partir del macrismo es que la continuidad del mismo ministro en un entorno político distinto iba a servir para demostrar que “las políticas científicas no son franchisings que pueden implementarse en cualquier situación y obtener idénticos resultados”.

Estamos experimentando con Lino. Él, que antes vivía en el escenario de cartón, ahora debe destruirlo, pero no destruir lo que hizo que sobreviviera a ese mismo escenario al que le debe el ser lo que es ahora, porque eso no es cartón, eso es otra cosa.

Y entonces, ¿qué pasa ahora?, ¿por qué protestan en público?, ¿no van a decir nada de López?, ¿del bolso? El resto era cartón y murió, decí algo de López, que no es cartón, es otra cosa.

El sector universitario y científico protesta por lo que dijo Dvorkin: porque, a pesar de que siga un nombre, ahora hay una nueva concepción del Estado que no garantiza los derechos sociales, sino que funciona como administrador de servicios públicos. Antes el monstruo protegía estos sectores de las lógicas de mercado, su enemigo natural, al igual que cualquier país desarrollado (si fuese por rentabilidad económica, nunca más se enviaría una nave o un satélite que no sea comercial al espacio, por ejemplo). Hoy se quiere privatizar el conocimiento.

Se reclama por:

  • La decisión administrativa Nº 519 /2016 publicada en el Boletín Oficial, donde el Gobierno modificó el Presupuesto General y suspendió el giro de 878.877.000 pesos que estaban destinados a las Universidades nacionales, instituciones culturales y de enseñanza, y sociedades sin fines de lucro.
  • La anulación de convenios y la suspensión de obras.
  • La insuficiencia del “refuerzo” anunciado de 500 millones de pesos para afrontar los aumentos excesivos en las tarifas de los servicios (no está ni cerca de lo que aumentaron).

A su vez, se reclama que se asigne la totalidad de las partidas presupuestarias adicionales para las Universidades, aprobadas por el Congreso de la Nación de acuerdo con lo establecido en el Presupuesto General de la Administración Nacional para el Ejercicio 2016. Así se garantizará el correcto desarrollo y condiciones de trabajo en las Facultades, centros, dependencias, laboratorios, bibliotecas y hospitales, actividades de docencia, investigación, extensión y asistencia.

Desde la Red de Carreras de Comunicación Social y Periodismo (REDCOM) se denunció, a su vez, el DNU 267/2015 que modificó las leyes 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual y 27.078 Argentina Digital, tanto en aspectos de fondo como en las autoridades de aplicación de cada una de las leyes. ¿Por qué? Porque el servicio de televisión por cable deja de ser considerado un servicio de radiodifusión y pasa a ser regulado como un servicio de telecomunicaciones. Esto implica que no se aplican los límites antimonopólicos; además, se elimina el carácter de servicio público esencial y estratégico en competencia al uso y acceso a las redes de telecomunicaciones.

Por otra parte, denuncia la creación del ENACOM, que absorbe las competencias asignadas a la AFSCA por la LSCA y a la AFTIC por la Ley 27.078, y disuelve el Consejo Federal de Comunicación Audiovisual y el Consejo Federal de Tecnologías de las Telecomunicaciones y Digitalización. Cuatro de los siete miembros del ENACOM son designados por el PEN y todos pueden ser removidos por el PEN en forma directa y sin expresión de causa. Para redondear: los decretos corrieron a las Universidades de todos los espacios de toma de decisiones sobre el sistema de medios, tanto del directorio de la AFSCA como del Consejo Federal.

El día que López agarró ese bolso repleto de guita para esconderlo de forma villanezca (le faltaba la bolsa con el signo $), quizás algo del kirchnerismo haya muerto, ya veremos qué parte. Lo que es seguro es que lo que se hizo en ciencia y en educación fue real, que los edificios están ahí, que las leyes y los logros también, al igual que investigadores y estudiantes. No estuvimos siguiendo un espejito de colores, como quieren que creamos, y no hemos sido engañados como nuestra gobernadora sugiere. No estamos en la Matrix y ella no es Trinity.

Hay que defender todo lo que vimos que era real, porque en medio de la desorganización y la confusión es cuando más indefensos estamos, y ya nos están atacando.


* Cifras de Universidad en Lucha.